Acusan a la Guardia Civil
Denuncia detenido vasco nuevo caso de tortura
DE LA REDACCION
El vasco Oskar Calabozo, detenido por la Guardia Civil de España el jueves pasado en Trapagaran, denunció este martes que, al igual que otros arrestados bajo cargos de pertenencia a banda armada, fue sometido a torturas, informó el diario vasco Gara en su edición de este miércoles.
Esta nueva denuncia de torturas a detenidos vascos se conoció en momentos en que un escolta privado de la edil socialista Ainhoa Villanúa murió durante un tiroteo con guardias civiles, a quienes confundió con presuntos integrantes del grupo armado vasco ETA en San Sebastián. El incidente ocurrió a las 8:30 de la mañana, cuando el guardaespaldas Joseba Andoni Urdaniz, de 32 años, disparó contra agentes de la Guardia Civil vestidos de civiles, quienes se disponían a detener a tres presuntos delincuentes.
El agente privado creyó que los guardias eran etarras que pretendían atentar contra Villanúa, concejal de la localidad guipuzcoana de Lezo, cuando ésta salía de una cafetería para dirigirse a su trabajo. Uno de los guardias civiles resultó herido en una pierna, y aunque su pronóstico es grave, su vida no corre peligro, informó Gara.
El diario reporta además que Calabozo relató a su familia las condiciones en que estuvo sometido tras su detención el jueves pasado. Askatasuna señaló en una nota de prensa que "le aplicaron en numerosas ocasiones la bolsa. Además le golpearon en la cabeza y le amenazaron con aplicarle electrodos".
Calabozo explicó que escuchó gritos de otro de los detenidos la semana pasada, "supuestamente de Unai Bilbao, quien gritaba: me voy a morir. Esto no hace más que aumentar nuestra preocupación, ya que todavía nadie ha podido hablar con los encarcelados", agregó Askatasuna.
Refirió que Olatz Larrañaga y Joseba Iturbe, liberados el domingo, indicaron que fueron torturados con los mismos métodos. "En el caso de Olatz han existido vejaciones sexuales", precisó.
Calabozo, detenido por órdenes del juez de la Audiencia Nacional española, Baltasar Garzón, bajo cargos de "integración en banda armada", declaró ayer ante el magistrado en calidad de incomunicado. Sin embargo, este martes se le asignó el régimen de comunicación, que también les ha sido aplicado a los otros nueve encarcelados, por lo que pudo hacer la denuncia a sus familiares.
El mes pasado, la organización vasca humanitaria Torturaren Aurkako Taldea informó que el joven vasco Unai Romano fue sometido a torturas en septiembre último cuando estaba detenido por la Guardia Civil.