Dejarán las filas perredistas de no limpiarse el monstruoso fraude, advierten líderes
Exige el PRD-DF que renuncie Amalia García a la dirigencia nacional del partido
La presidenta del sol azteca conmina al CEE a entregar pruebas de sus acusaciones
RAUL LLANOS SAMANIEGO
En una ríspida conferencia de prensa, consejeros, dirigentes delegacionales e integrantes del Comité Ejecutivo Estatal (CEE) del PRD, encabezados por el presidente y el secretario general interinos, Porfirio Martínez y Agustín González, reconocieron que durante las pasadas elecciones internas en el DF hubo "mapaches", "ladrones de urnas" y "prácticas fraudulentas priístas", que finalmente llevan a un "monstruoso fraude" y a un "basurero moral" al partido.
Al dar lectura al documento, los 29 representantes perredistas responsabilizaron de tal situación tanto al Comité Ejecutivo Nacional como a los órganos electorales -que validaron el triunfo de Rosario Robles-, por lo que se declararon en "rebeldía" y exigieron la renuncia de Amalia García y su comité.
Además pidieron que se convoque al Consejo Nacional para que nombre a un servicio electoral independiente de las corrientes en pugna y una Comisión de Garantías y Vigilancia integrada por "militantes de prestigio y reconocida autoridad moral", que limpie la elección y revise imparcialmente todas las impugnaciones.
Por la noche, la presidenta nacional del PRD, Amalia García, en un comunicado lamenta la actitud de los dirigentes del PRD capitalino, pues no sólo se "agruparon" en torno a la fórmula de Agustín Guerrero sino que también "cometieron acciones graves", por lo que los conmina a presentar las pruebas de sus acusaciones para que se examinen escrupulosamente y se dé el triunfo a quien legítimamente lo obtuvo; asimismo, ratifica que "no se permitirá la impunidad" en ningún caso.
Menciona que propondrá al comité del Servicio Electoral que "invite a un grupo de ciudadanas y ciudadanos con autoridad moral para que revisen las actas, los documentos, es decir, la totalidad del proceso electoral interno, y se mantengan atentos a la actuación de la Comisión Nacional de Garantías y Vigilancia, la cual actuará con absoluta pulcritud".
Porfirio Martínez y Paco Ignacio Taibo II fijaron por la mañana la postura del Comité Estatal, en una conferencia que desde un principio fue impugnada por Ruth Martínez, quien alegó que ella y Antonio Alemán -también miembros del CEE- nunca fueron convocados para acordar el texto ahí leído.
En el documento, Martínez y Taibo criticaron a los órganos electorales y a la comisión de garantías -"que no ofrece ninguna garantía"-, los cuales "representan a una sola corriente partidaria". Cuestionaron la lista de 111 perredistas suspendidos en sus derechos -entre ellos Agustín González-, por ser una "cortina de humo" para no corregir las anomalías. Incluso adujeron que a 15 días de las elecciones los datos finales "permanecen en la clandestinidad" para manipularlos y darle el triunfo a la planilla que representan.
Luego de exigir la renuncia del CEN y declararse en rebeldía, mencionaron que esta postura les puede costar su expulsión, pero preguntaron: "Ƒquién querría militar en un partido que reproduce las prácticas fraudulentas priístas contra las que centenares de nuestros militantes lucharon y en esa lucha perdieron la vida? ƑPara qué podría servirle a la sociedad un partido de izquierda dominado por el colaboracionismo y la ausencia de principios? ƑQué militante de izquierda honesto querría seguir conviviendo en un basurero moral?"
Ante el cuestionamiento de si renunciarían al partido de no corregirse esas anomalías, mientras Porfirio Martínez dijo que seguiría para corregir el rumbo, Paco Ignacio Taibo II fue contundente: "si no se limpia la elección yo no seguiré en el PRD", postura que fue secundada por Teresa Martínez, también integrante del CEE.
Luego, Ruth Martínez señaló la actitud facciosa que ha mostrado el CEE y la intervención de dirigentes en el proceso electoral, que llevó a la suspensión de derechos de algunos. La interpeló David Navarro, líder del PRD en Iztacalco, quien criticó el silencio de ella ante las anomalías en esa demarcación. Luego siguieron los gritos, manoteos, empujones y conatos de enfrentamiento.