PRI, PAN y PRD no logran ubicarse en la nueva realidad política, aseguran
El país vive una "democracia de elites, indican participantes de foro de análisis en Casa Lamm
ENRIQUE MENDEZ
Como partidos en los que las decisiones se toman en la elite, PRI, PAN y PRD no sólo realizaron procesos para renovar a sus directivas en medio del escándalo y dudas sobre la limpieza de los resultados -excepto el blanquiazul, en el que sólo votan los delegados, pero con autoridades involucradas en delitos-, sino que a 16 meses del relevo presidencial todavía no logran ubicarse en la nueva realidad política, coincidieron en señalar los participantes del foro "Los partidos políticos. La elección de sus nuevas dirigencias y la democracia en México", organizado el viernes por Casa Lamm y La Jornada.
En el foro participaron Alberto Aziz Nassif, articulista de La Jornada y profesor universitario; Carlos Martínez Assad, profesor del Instituto de Investigaciones Sociales de la UNAM, y Octavio Rodríguez Araujo, también colaborador de este diario y profesor en la Facultad de Ciencias Políticas y Sociales de la UNAM.
"Tres partidólogos eminentes", los definió Angel Guerra, moderador cada viernes de estas mesas.
Los participantes indicaron que los tres principales partidos continúan operando con un financiamiento público -que este año será superior al presupuesto destinado al gasto social-, con lo que en México la democracia no sólo sigue siendo cara, sino que también "se nos pasa la mano" para sostenerla.
Aziz Nassif indicó que si bien después de la derrota presidencial del PRI "al dinosaurio lo habían sustituido los partidos políticos, a un año y cuatro meses después el país sigue estando sin dinosaurio, pero sufre la pesadilla de su posible regreso".
Consideró que si bien en 2000 -luego de dos décadas de ejercicios electorales modernos- se logró "el mejor proceso de la historia de México", la democracia continúa en una fase inicial, llena de riesgos, pues el viejo régimen todavía no termina de irse y el nuevo aún no logra instalarse.
Dijo que se mantiene el peligro de "regresar a fases del pasado, a una restauración del partido político dominante", pues concluidas las elecciones internas para elegir directivas de los tres principales partidos, "tal parece que ni PAN ni PRD podrán detener la amenaza restauradora".
Indicó que el PRD tiene los retos de identificar que el enemigo está fuera y de corregir su rumbo, pues hoy está muy lejos de representar al partido de izquierda que necesita el país.
El PAN, señaló, aún batalla por dar el paso de la oposición al gobierno, y también está obligado a encontrar una estrategia electoral exitosa para las elecciones federales de 2003.
Acción Nacional, dijo, ha vivido "alteraciones fundamentales" en su vida política reciente. Por ejemplo, citó que su intención de voto ha caído 17 por ciento, de 40 a 23 puntos en un año, porcentaje que se ha "distribuido" entre PRI y PRD.
Azis Nassif indicó que la popularidad de Vicente Fox ha caído 39 puntos este año, cuando inició el sexenio con 73 por ciento de aprobación.
Aunque comentó que en el PRI se dio una "lucha feroz entre los grupos con prácticas dinosáuricas" para arrebatarse el control de ese instituto, resolvió sus diferendos entre facciones con una "solución barata".
A pesar del trago amargo que le implicó al tricolor perder la Presidencia, agregó, todavía tiene capacidad de chantaje y de obstaculizar al gobierno, que se recupera en las inercias, en los errores de la administración foxista.
Para Carlos Martínez Assad -que en 1995 participó en la organización de las primeras elecciones vecinales del Distrito Federal-, los únicos que ganan en la práctica electoral del país son los partidos políticos.
Hoy, dijo, se requiere mucho dinero para la democracia. "Antes, porque éramos tradicionales, hoy porque somos modernos",
Indicó que para los partidos "pequeños" y las agrupaciones políticas nacionales, el juego electoral es "un negocio redondo", y recordó que, además del PRD, los otros partidos que postularon a Cuauhtémoc Cárdenas recibieron 113 millones de pesos, cuando en lo individual ni siquiera habrían obtenido 2 por ciento de la votación nacional para mantener su registro.
En el caso de las elecciones internas, al PRI le costó 140 millones, al PRD casi 40 millones y, en su análisis, Martínez Assad cuestionó: "ƑCuántas acciones sociales podrían llevarse a cabo con ese dinero?".
Octavio Rodríguez Araujo sintetizó, al decir que el país continúa viviendo una "democracia de elites" que conducen, hacen política y deciden por sus representados, que si no participan es por falta de politización; actividades que, sostuvo, deben ser promovidas por los propios partidos políticos.