Antonio Gershenson
Petróleo, guerra, recortes
Algunos supuestos analistas atribuyen el alza de los precios petroleros a las recientes acciones de guerra en el Medio Oriente. Lo cierto es que esos precios están subiendo sin cesar desde hace más de 10 semanas. Ya sin contar la que está concluyendo, en las 10 semanas transcurridas desde la tercera de enero hasta la última semana de marzo, el promedio de los crudos de referencia WTI y Brent había subido siete dólares por barril, equivalentes a un aumento de 38 por ciento. En la semana que termina, ese mismo promedio subió casi dos dólares más.
Las acciones bélicas, en todo caso, dieron un empujoncito adicional en la más reciente etapa de estos aumentos de precios. En efecto, el crudo del Golfo Pérsico es fundamental para el mercado petrolero mundial. Todos los intentos, sobre todo del gobierno estadunidense, de reducir esa dependencia, apuntan a plazos de algunos años en cuanto a resultados. Y será más lo que funcionen para suplir la producción declinante de la mayoría de las zonas petroleras de fuera de la OPEP, que otra cosa. Algunas cuestiones de las que se ha hablado en los medios de difusión, y que apuntan a un eventual corte total del flujo del crudo del Pérsico, están fuera del escenario político real. Lo que sí es cierto es que cualquier nueva limitación o reducción del flujo de crudo de esa procedencia acelerará la tendencia ascendente de los precios que ya se presenta.
El verdadero motor de los precios petroleros fue la reducción en la oferta acordada y puesta en práctica por los países de la OPEP y los principales exportadores de fuera de esa organización. Como esa medida no es de corto plazo, tampoco puede decirse que el aumento lo sea.
Para México, esta realidad implica ingresos importantes. Ya en marzo fueron más de mil millones adicionales. Ahora es más, por el mayor precio del crudo. Por la ineptitud de los tecnócratas que dijeron que el precio de nuestras exportaciones sería de 15.50 dólares por barril, ni estos ingresos ni su destino están previstos en la Ley de Ingresos ni en el Presupuesto de Egresos del año en curso. Sin embargo, ya Hacienda anunció el enésimo recorte presupuestal. Suponiendo que en efecto hubiera un faltante, no tienen a quién echarle la culpa del mismo más que a su propia impericia al haber presupuestado con las patas. Están entrando miles de millones de pesos adicionales a lo previsto debido a estos precios del crudo, y ni así les alcanza. ƑO ya se trata de una recortofilia, o tijeromanía?
Para colmo, casi 30 por ciento del recorte, de más de 10 mil millones de pesos, se tomó de los recursos de los estados y municipios. El gobierno federal anuncia que el gasto social federal no tendrá reducción. En caso de que eso se cumpla, mostrará que este gobierno ya actúa en términos de la elección federal parcial del año próximo: los estados, gobernados en su mayoría por partidos diferentes del gobernante, no tendrán los recursos programados para atender a sus ciudadanos, pero sí los tendrá la Federación, buscando una ventaja electoral a costa del presupuesto federal.