La Iglesia católica busca preservar un
corporativismo machista, considera
La homofobia del Vaticano, sin sustento bíblico,
afirma el teólogo James Alison
La realidad va imperando poco a poco sobre la ideología
del pasado, asegura
ANGELES CRUZ
El rechazo de la Iglesia católica a los homosexuales
no tiene sustento en la Biblia, sino más bien en el interés
por preservar un corporativismo macho, totalmente alejado de la realidad
que viven las personas. No obstante, cada vez con más fuerza se
impone un cambio profundo en el que ya no tienen cabida las máscaras
ni las conveniencias, afirmó el teólogo James Alison.
La
posición tradicional católica de rechazo y conmiseración
hacia la población gay es como estar en contra de la lluvia
o la marea de los océanos, las que inevitablemente existen, aseguró
el experto. El meollo del asunto está en cómo crear espacios
de tolerancia para admitir que la preferencia emocional, síquica
y erótica hacia personas del mismo sexo es parte de la naturaleza
y nada más.
A partir de estas consideraciones, el teólogo católico
romano, de 42 años, impartió ayer una conferencia "con visión
serena de la vida cristiana gay". Su objetivo fue dar algo que no
fuera estridente ni polémico, pero que transmitiera al auditorio
la convicción de fortalecer su autoestima, su capacidad para discernir
entre lo bueno y lo malo, así como para reconocer sus errores y
aprender de ellos para mejorar. No se trata más que de reconocernos
como seres individuales que no tienen por qué perder su identidad
en aras de una convivencia social "sana", dijo.
En entrevista, el especialista de formación dominica
resaltó que la línea homofóbica del Vaticano está
basada en la ley natural y no en la Biblia, porque no hay perito bíblico
serio que ahora dé crédito a la interpretación tradicional
de los pasajes del libro sagrado que supuestamente se refieren a los homosexuales.
De hecho, explicó, ha habido una tergiversación
del texto bíblico, porque algunos de sus pasajes se relacionan muy
bien con sociedades primitivas cuyas principales características
eran el abuso y la violencia. La penetración anal era una manera
de humillar al enemigo después de derrotarlo en batalla, por ejemplo,
y con ello se reducía su hombría al estatus de la mujer,
que en aquel tiempo era una forma de no ser. Actualmente, eso ya no es
socialmente aceptado. En cambio, ha sido utilizado por la Iglesia para
sustentar lo "antinatural" de la homosexualidad.
Incluso, recordó Alison, existen otros pasajes
bíblicos que relatan situaciones de incesto, como el que se refiere
a Lot y sus dos hijas después de salir de Sodoma. Con el fin de
tener descendencia, las jóvenes sostienen relaciones sexuales con
su padre. Sin embargo, la interpretación tradicional de la jerarquía
católica lo utiliza para rechazar a los homosexuales. No hay ninguna
razón lógica que lo sostenga, subrayó el especialista
doctorado en Brasil.
En la medida en que se cuestiona todo esto se descubre
que hubo una mitología sacralizada que no tiene que ver con la fe
cristiana ni con el comportamiento humano.
Para Alison, la negativa de la jerarquía católica
a admitir las relaciones entre individuos del mismo sexo tiene que ver
con que "el liderazgo de la Iglesia es de una generación bastante
avanzada, la cual tiene más dificultad para aceptar los cambios
que la generación más reciente admite con más facilidad".
Y cada vez será más evidente. De hecho,
dijo, ese discurso de defensa de las familias en contra de los homosexuales
no se sostiene cuando los feligreses dan cuenta de que en sus hogares alguno
de sus hijos es gay. Ninguna familia puede mantener una actitud
hostil contra sus propios hijos. Así que la realidad va imperando
poco a poco sobre la ideología del pasado, apuntó.
El caso del gay de Big Brother
Otra prueba de ello es lo que recientemente ocurrió
en Inglaterra con el programa Big Brother, similar a la emisión
que actualmente se realiza en México. Allá el ganador fue
un sobrecargo gay. Obtuvo 15 millones de votos del público,
más que los partidos políticos, "porque era un tipo encantador
y a nadie le importó su preferencia sexual".
En el seno de la Iglesia también se está
dando un "movimiento tectónico" muy importante, porque los homosexuales
que siempre han estado ahí como santos, papas, obispos, curas y
otros religiosos empiezan a ser "descubiertos" y a entrar en un conflicto
de conciencia.
Y es que antes la gente se imaginaba que "cierto tipo
de comportamiento de princesa era el propio del mundo clerical y todo el
mundo lo aceptaba. Ahora las personas se preguntan si esa actitud no corresponde
más bien a un gay", sin que comprobarlo sea motivo de escándalo.
En realidad a la mayoría de la gente no le importa. Ese es el mundo
moderno, concluyó el experto.