Discreto operativo de la SSP; no se reportaron
incidentes graves
Ayer, entre 6 y 15 mil asistentes en el Love Parade,
reportaron la policía y el GDF
JOSEFINA QUINTERO Y ANGEL BOLAÑOS
''Toda forma de silencio es homicida'', fue la consigna
de más de 6 mil jóvenes que marcharon del Angel de la Independencia
al Zócalo, como protesta por la negativa de las autoridades para
la celebración del festival Tecnogeist, argumentando riesgos de
seguridad.
Pero
hasta el cierre de la edición los temores de las autoridades capitalinas
resultaron infundados. No se registraron incidentes graves en el recorrido
por el Paseo de la Reforma ni en la Plaza de la Constitución, en
medio de una discreta vigilancia de la Secretaría de Seguridad Pública,
ni tampoco los asistentes se toparon con las macanas de los policías.
El Agrupamiento Femenil abanderó la marcha con
tres patrullas y tres cisne pie a tierra, sin más armas que
sus radios de comunicación, que partió de la Glorieta del
Angel de la Independencia alrededor de las 18:20 horas y llegó a
su destino casi tres horas después.
La misma dependencia no acabó por ponerse de acuerdo
sobre el número de asistentes al acto en el momento de mayor aforo,
y la cifra variaba de entre 6 mil, según las cisne, y hasta
15 mil, según Comunicación Social, las personas concentradas
en el desfile y el concierto en el Zócalo.
Cuando hubo algunos problemas de vialidad, como automovilistas
atrapados entre el contingente, los mismos asistentes se encargaron de
resolverlos y personas vestidas de blanco y negro se apostaron en el acceso
de la calle de Madero y Tacuba, para verificar en lo posible que no ingresaran
objetos que pudieran servir de proyectiles, como botellas y latas de refresco.
Alejandro Encinas, subsecretario de Gobierno del Distrito
Federal, ofreció desde la mañana de ayer todas las garantías
al festival como un acto político y desechó la posibilidad
de sancionar a las empresas que lo promovieron, luego de que, por razones
de seguridad, la delegación Cuauhtémoc negó el permiso
para que se efectuara como un festival cultural.
"Era un evento cultural, ahora es una manifestación
política cuestionando la actitud del Gobierno del Distrito Federal,
que nosotros respetamos plenamente", dijo.
Marcelo Ebrard, secretario de Seguridad Pública,
quien estuvo al frente de la negociación con los organizadores luego
de que el GDF se opuso terminantemente a realizar el acto en el Zócalo,
señaló que el operativo policiaco que se establecería
para la marcha y la concentración sería igual al que se despliega
en cualquier otra manifestación, esto es, mediante cierres escalonados
en las vialidades por las que va pasando el contingente, con personal del
Agrupamiento Femenil monitoreando el desarrollo de la movilización
desde diferentes posiciones: abanderando el contingente y en la retaguardia.
"Vamos a cumplir nuestra labor, tenemos que garantizar
la libertad de las normas constitucionales, no vamos a impedir una manifestación,
nunca lo hemos hecho", señaló Ebrard, no sin antes advertir
que la responsabilidad de lo que sucediera en el evento sería responsabilidad
de los que lo organizaron.
Al final de la controversia y hasta el cierre de la edición,
nada hubo que lamentar.