Millones protestaron en las calles contra la reforma laboral
Huelga de ocho horas paralizó Italia por primera vez en 20 años
Berlusconi dijo estar dispuesto a retomar el diálogo
Más de 400 mil ovacionaron al líder sindical Cofferati
AFP, REUTERS Y DPA
Roma, 16 de abril. Una huelga general de ocho horas, la primera en los últimos 20 años, paralizó este martes Italia, mientras dos millones de personas salieron a protestar pacíficamente en las principales ciudades del país contra la reforma laboral que pretende el gobierno del derechista Silvio Berlusconi.
El transporte aéreo y los trenes se paralizaron, y las escuelas, bancos y oficinas de correos cerraron sus puertas, mientras se detuvieron las líneas de producción de las principales compañías italianas.
"El país está paralizado", afirmó Sergio Cofferati, líder de la CGIL, la mayor central sindical, de izquierda, en un discurso pronunciado este mediodía en Florencia, ante unas 400 mil personas, quienes lo ovacionaron repetidas veces, lo que según analistas locales confirma que se perfila como el nuevo fenómeno en el panorama político italiano.
"Hay una respuesta masiva", se informó en un comunicado conjunto de los tres principales sindicatos, el católico CISL, el centrista UIL y la CGIL, que convocaron al paro, el cual estuvo acompañado de manifestaciones en varias ciudades, como Roma, Milán, Florencia, Turín, Nápoles, Palermo y Padua, entre otras, que reunieron a más de 2 millones de personas.
La huelga se realizó en rechazo a una parte de las planeadas reformas laborales impulsadas por Berlusconi, que prevé eliminar temporalmente el artículo que obliga a las compañías a reincorporar a cualquier trabajador que haya sido despedido sin causa justificada.
El jefe de gobierno, quien se manifestó hoy dispuesto a retomar las mesas de negociaciones, pero al mismo tiempo insistió en que hay que proseguir con las reformas, había llegado a asegurar que los sindicatos no representan a la mayoría de los trabajadores del país.
Una suerte de batalla de cifras se registró durante el día: mientras los tres gremios, que representan a cerca de 11 millones de afiliados, divulgaban sus estimaciones de adhesión al paro, los representantes de la policía las reducían en la mitad. La empresa Fiat dijo que casi 50 por ciento de su personal no acudió al trabajo, pero los sindicatos dijeron que 90 por ciento de los empleados de ese gigante industrial dejaron de lado sus herramientas durante la huelga.
La sensación en toda la península era la de un día festivo. El paro comenzó oficialmente el lunes, con periodistas y tipógrafos de prensa que buscaban asegurarse que los periódicos no salieran este martes. Los únicos diarios que aparecieron fueron Il Giornale, dirigido por un hermano de Berlusconi, y Il Foglio, propiedad de un aliado del primer ministro.
Las estaciones de trenes estaban desiertas desde primeras horas de la mañana, cuando sólo se observaban turistas esperando por un tren que no llegaba. "Nos vemos mañana", dijo un vendedor de boletos a un turista español, en la estación central de Roma.
A poca distancia, los manifestantes ondeaban banderas rojas de la CGIL marchando en las calles. "Los derechos no se despojan, se amplían", decía una pancarta, al tiempo que los trabajadores gritaban a coro: šBerlusconi, estás despedido!
"Esperamos que con esta huelga el gobierno reflexione", declaró una maestra toscana, de 55 años, quien teme que la reforma laboral se traduzca en despidos masivos.
La protesta de este martes fue la primera en Italia desde el 25 de junio de 1982.