El 8 de enero de cada año, en San Juan Nuevo Parangaricutiro, Michoacán, tiene lugar la ceremonia-danza de los cúrpites. En la plaza principal se ha colocado una gran plataforma a la altura de un metro 20 centímetros; ahí se presentan.
La coreografía, aunque ha variado, es en esencia la misma desde hace más de cien años. Durante la ejecución, los danzantes abren los brazos tomando sus bellos delantales decorados con diseños geométricos; las evoluciones de esa actitud semejan el vuelo de las mariposas.
Los trajes costaban, en 1974, de acuerdo con lo registrado por Janet Brody, 250 pesos; en el presente Rocío Próspero señala que el costo del traje del personaje principal T´arepiti (Tata K´eri) es superior a 12 mil pesos, además del delicado y laborioso trabajo que aportan las mujeres en la refinada ornamentación.
En Michoacán se encuentra la población de San Juan Nuevo Parangaricutiro. Esta localidad es particular, pues ha tenido dos ubicaciones. Cuando en febrero de 1943 hizo erupción el volcán Paricutín, sus habitantes se quedaron sin vivienda; el poblado, de manera paulatina, fue invadido por lava, hasta que sólo sobresalió la torre de la iglesia. Los campos de cultivo se cubrieron de cenizas y negras arenas volcánicas.
Los habitantes de Parangaricutiro son orgullosos portadores de los saberes y las tradiciones de la cultura purépecha; su sentido comunitario se expresa en la organización para el aprovechamiento de sus recursos naturales.
Danzas de origen remoto
Kúrpites (K´urpiticha) significa ''los que se encuentran o se reúnen''; es el nombre de una de las danzas-ceremonias que celebran en Nuevo Paran-garicutiro; tienen un origen remoto. La historiadora Rocío Próspero, además de hacer una investigación documental, recogió testimonios de la tradición oral que así lo muestran.
Ubica una etapa de transformación de la danza-ceremonia en la época del contacto y señala similitudes entre el personaje principal, Tata k´eri y los grandes sacerdotes purépechas de la época mesoamericana, los petámuti. Ambos portan en la espalda un guaje decorado con maque, como símbolo de sabiduría y poder, y un bastón de mando. Así aparecen en la Relación de Michoacán. En la actualidad se utiliza laca industrial para decorar el guaje del Tata k´eri, quien también porta un bastón largo rematado con una cabeza de caballo.
Las máscaras que usan los personajes son de madera; las hay de pino, aile, aguacate y tzirimo; las mas antiguas se pintaban al maque. Su apariencia es europea y son tres los personajes representados: el sabio mayor (T´a-repeti), la María (maringuía) y los K´urpiticha; los dos primeros son personajes únicos, mientras que los cúrpites pueden llegar a ser hasta 40.
La danza-ceremonia la ejecutan sólo varones jóvenes y solteros; bailan unos minutos en la casa de la novia de cada uno. Antes de representar en la plaza principal, los grupos se organizan de acuerdo al barrio en el que viven.
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Fotografías:
Instituto de Cultura del Estado de Michoacán.
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