Luis Javier Garrido
El voto
El camino que ofreció Vicente Fox está llegando, pero en sentido regresivo, y el régimen foxista ya no sólo es incapaz de defender los intereses de los mexicanos, sino que es señalado como una vergüenza para América Latina.
1. El voto de México en Ginebra condenando a Cuba en la sesión de la Comisión de Derechos Humanos de la ONU de hoy (19 de abril), a tan sólo una semana del fallido golpe de Estado en Venezuela, y que contraviene el mandato constitucional de dirigir la diplomacia bajo el principio de "no intervención", es un voto en contra de nuestra historia, marcada por las continuas intervenciones militares y económicas, y la injerencia estadunidense en nuestros asuntos internos, pero también un voto en contra de los intereses del pueblo mexicano.
2. La estupidez oficial creyó que el voto de condena generaría prestigio a Fox, pero ha puesto de manifiesto su incapacidad para gobernar, su subordinación servil a Washington, su falta de entendimiento de lo que son los intereses de la nación y su pretensión banal de dedicarse a viajes inútiles para promocionarse con el pretexto de ayudar a los empresarios. Las consecuencias son evidentes: en todo el continente se admite que el gobierno mexicano actúa como un lacayo de Washington.
3. En todo caso, Ƒqué autoridad moral tiene Fox para condenar a otros países en materia de derechos humanos después de las violaciones sistemáticas en lo que va de su gobierno, y cuando se ha empecinado en que se niegue el reconocimiento a los derechos humanos de los pueblos indígenas de México? ƑQué autoridad moral puede tener quien se ha coludido con Carlos Salinas y Ernesto Zedillo para encubrir los crímenes políticos que cometieron y sus delitos contra la nación, y cuando él mismo y empresarios socios suyos se benefician delictivamente del Fobaproa, endosando su costo el pueblo?
4. La justificación que dio Fox al frustrado golpe de Estado, orquestado por la CIA en Venezuela, y cuyo objetivo final era el petróleo defendido por el presidente Chávez, atribuyéndolo a una supuesta mala conducción económica de su gobierno (13 de abril), lo pinta como lo que es: un pobre hombre que ha aceptado el papel indigno de ser vocero de los intereses de Washington apareciendo como intervencionista.
5. El escaso margen de independencia que mantenía nuestra política exterior durante los últimos gobiernos priístas les permitía una mínima capacidad de negociación con los poderes trasnacionales, representados por Washington, y un margen para resistir a las exigencias del gobierno estadunidense. Después del voto bochornoso, que tiene carácter simbólico pues corrobora que con Fox y Castañeda nuestra política exterior está completamente subordinada al Departamento de Estado, las posibilidades del gobierno foxista de defender los derechos de los mexicanos son nulas, pues ha cedido en casi todo.
6. La pretensión de la cancillería mexicana de que la Suprema Corte acuda en su auxilio y determine si el gobierno viola o no el mandato del artículo 89 constitucional, que obliga al Ejecutivo a conducir la política exterior respetando principios jurídicos fundamentales, constituye un acto de desesperación y un grave error político. Es evidente que Fox, pretendiendo congraciarse con Bush mostrándole una y otra vez su sumisión, creyendo, en su ya evidente tontería, que obtendría una buena imagen, ha violado la Constitución en múltiples aspectos. Y hacer que el más alto tribunal del país falle en contra de la razón y del derecho para rescatarlos a él y a su titular de Relaciones Exteriores de las barbaridades que están cometiendo, sería ahondar la crisis institucional abierta con sus ineptitudes.
7. La Suprema Corte no ha podido emitir sus resoluciones en dos casos de enorme importancia por las presiones que recibe de Gobernación para fallar en el sentido que pretende Fox: a) el de las controversias que se suscitaron por la contrarreforma indígena de 2001, que cancela los derechos fundamentales de los pueblos y comunidades indios del país contraviniendo el marco jurídico internacional en materia de derechos humanos, y b) el de los habitantes de Atenco y de otros pueblos, a los que se pretende expulsar para construir el aeropuerto, que será uno de los más turbios negocios de los Amigos de Fox. Obligarla a que se pronuncie sancionando la subordinación del Ejército Mexicano a fuerzas de EU para defender el territorio estadunidense, a que acepte que cuerpos armados de otros países actúen impunemente en México o a que la diplomacia se conduzca violando principios jurídicos esenciales, sería sumir al país en una crisis de enormes dimensiones, pues confirmaría que no existe en México un estado de derecho.
8. El anuncio de Donald Rumsfeld (secretario de Defensa de EU) en el sentido de que las fuerzas armadas mexicanas se subordinarán al Pentágono en un Comando Norte, cuyo objetivo será "la defensa del territorio estadunidense por aire, mar y tierra" (17 de abril), abre nuevas certezas sobre la capacidad y la integridad moral de Fox para continuar al frente del Ejecutivo comprometiendo impunemente el destino del país. El acuerdo de Rumsfeld y Fox se hizo a espaldas del Senado mexicano y de las propias fuerzas armadas mexicanas, cuyos comandantes no tienen una explicación para los mexicanos y balbucean galimatías en un comunicado (18 de abril).
9. La apuesta de Fox y de Castañeda ha sido hasta ahora que el Senado no va a cumplir su función constitucional de frenar al Ejecutivo y de servirle de contrapeso, porque le tienen tomada la medida al PRI y al PRD, cuyas cúpulas saben que no irán demasiado lejos para no evidenciarse con Washington. Los grupos parlamentarios de ambos partidos se han doblegado hasta ahora al foxismo, y sólo algunos legisladores se han atrevido a levantar la voz, pero ahora la cuestión se ve en toda su gravedad: está en juego el destino de México como país independiente.
10. El escenario está muy claro: la defensa de los derechos de México, de sus tierras y de su petróleo, que Fox pretende entregar al control estadunidense, tiene que hacerla el propio pueblo.