El historiador habla de su nuevo libro, publicado
por La Jornada Ediciones
Gilly posa su mirada en el relámpago que ilumina
los momentos de peligro del siglo XX
Reúne siete ensayos sobre la lucha contra la
opresión y en favor de la dignidad humana
La obra se presentará el domingo en la Feria
Internacional del Libro Ciudad de México
PABLO ESPINOSA
Articular históricamente el pasado -escribió
Walter Benjamin- no significa conocerlo ''como verdaderamente ha sido".
Significa adueñarse de un recuerdo tal como éste relampaguea
en un instante de peligro.
A partir de esa idea, el escritor e historiador Adolfo
Gilly vertebró una serie de ensayos creados en la última
década del siglo XX con los cuales ilumina la mirada. Estos escritos
han sido reunidos en el libro El siglo del relámpago. Siete ensayos
sobre el siglo XX, de Ediciones La Jornada, en colaboración
con Editorial Itaca, y que será presentado el domingo 21 a las 19
horas en el Salón Huichol del World Trade Center, como acto central
de la versión 31 de la Feria Internacional del Libro Ciudad de México.
En entrevista, Adolfo Gilly define la savia que recorre
este árbol de la vida en forma de libro:
La fuerza expropiatoria del capital
-¿Cuál es el gran relámpago del siglo
XX?
-El
siglo entero es de lucha de los seres humanos por su liberación
de las más diversas formas de opresión. Estas luchas por
la liberación de las opresiones aparecen separadas, se manifiestan
en algunas regiones como luchas de liberación nacional; en otros
países o regiones, como lucha directa contra la opresión
y la deshumanización que supone la civilización del capital.
En muchas otras partes, traslapándose, aparecen como luchas por
derechos, luchas por la igualdad entre mujeres y hombres, y las luchas
de liberación de los diversos movimientos de las mujeres. Si observamos
el siglo desde esta mirada, vemos una enorme, infinita variedad de acciones
y actos en la afirmación del ser humano, de su persona y del respeto
a su propia persona y a las personas de los demás, que eso sería
una definición de dignidad. Esto es una mirada que podemos echar
sobre el siglo. Por el otro lado, es un siglo de desastres, matanzas, de
fuerzas de opresión que buscan imponerse, que derrotadas una vez
vuelven a tratar de imponerse y son, encarnadas en seres humanos por supuesto,
las fuerzas de dominación de una relación inhumana como es
la relación del capital, que expropia las cualidades, las capacidades,
los goces y hasta los sueños de los seres humanos en nombre de la
ganancia, que es la acumulación de unos pocos a costa de una inmensa
mayoría, y esta dominación que quiere disfrazarse bajo el
aspecto del intercambio comercial y de una libertad de comercio, se sostiene
en una infinita violencia.
''La dominación por la violencia es una de las
constantes de la historia humana, pero la impiedad de la violencia que
se vivió en ese siglo no tiene precedentes y se prolonga en el XXI.
De este choque planetario surgen iluminaciones, relámpagos, como
quiere Walter Benjamin, que creo yo nos iluminan los momentos que vivimos
y que corresponden a la definición de ese pensador: momentos de
peligro. Este es el relámpago. Es una advertencia que ilumina la
vida nuestra de hoy y el siglo nuestro de hoy; por eso digo que el XX es
un siglo trágico, cargado de destino. Un siglo enigmático
cuyo sentido, si es que lo tiene, hay que tratar de desentrañar
con operaciones de la inteligencia y del sentimiento.''
-¿Cuáles serían las claves para desentrañar
esa centuria?
-Cada quien tiene sus claves. Yo busco la clave de los
esfuerzos y las luchas de los seres humanos por ser ellos mismos, por la
liberación de toda opresión, por la defensa de su respeto
a sí mismos y de los demás, es decir, de la dignidad, por
la resistencia no sólo a la explotación sino a las humillaciones.
Desde esta clave puedo ver el siglo. Por eso existe el término claves
de interpretación y hay otros que pueden interpretar desde claves
diferentes. Yo escojo éstas y esto es, creo, un hilo que atraviesa
los ensayos del libro. Estos siete ensayos han sido escritos durante los
años 90 y los siete han sido presentados, de manera significativa,
en reuniones, seminarios, coloquios de las universidades, que son campos
de expresión y discusión del pensamiento.
De Hiroshima a Auschwitz
-En tu mirada, ¿qué unificaría las
distintas formas de resistencia que se han sucedido en este siglo?
-La afirmación de la persona humana y de las comunidades
en tanto formas como las personas se manifiestan, se crean, se hacen a
sí mismas. Y la resistencia, la pelea tenaz por la expresión
más amplia de la persona humana. Podemos ver el siglo también
como un aumento impresionante de formas inéditas de opresión
y de explotación. Prefiero verlo desde este ángulo, porque
creo que ese es el tono del siglo. Pero no sólo resisten los de
abajo: los dominadores resisten a que se acabe su dominación. Lo
que veo allí es una cruel y despiadada resistencia de los dominadores
a que estas expresiones se manifiesten porque debilitan su dominación,
y como es tan cruel y despiadada esa resistencia, puede habilitar el nazismo,
las guerras mundiales, la opresión del estalinismo. El siglo XX
nos advierte también que la conquista o la realización de
la libertad y de la plenitud de las personas y las comunidades no se realiza
sin una feroz resistencia de los poderes que son capaces de emplear todos
los medios, desde la bomba de Hiroshima hasta Auschwitz, para resistir
esta expansión hacia la plenitud de la persona humana. Son claves
y son miradas, porque otra mirada podría ser la contraria: un siglo
de tragedia, de sombras; yo digo el siglo del relámpago utilizando
la metáfora de Benjamin y contrastando con los nombres que se han
vuelto canónicos: el XVIII, como el siglo de las luces, y el XIX,
como el siglo del progreso. Podríamos llamar al XX el siglo de las
sombras. Prefiero llamarlo el siglo del relámpago, por las razones
que señalé y porque me lo dijo Walter Benjamin.
Imposición de un poder planetario
-¿Cómo cambió el tono de esta crisis
de civilización después del 11 de septiembre?
-No creo que haya una crisis de la civilización;
así es como es nuestra civilización, no es que estuviera
muy bien y entró en crisis. El 11 de septiembre es una condensación
de algo que ya estaba formándose, la lucha de un poder planetario
por imponer su poder, que ya estaba presente. Se manifestó en la
elección de Bush y en su imposición, en sus ambiciones sobre
México, en el acta de vasallaje que firmó el gobierno mexicano
en el rancho San Cristóbal, el 16 de febrero de 2001. Ahí
estaba ya la declaración de que México es territorio nuestro,
pero a ese poder no le importa México en tanto simplemente país,
es territorio, es parte de su zona de seguridad, como acaba de verse en
el pacto militar que hoy nos anuncian que estamos metidos y es parte de
un plan planetario de una nueva dominación, enloquecida pero poderosísima.
''El 11 de septiembre da el motivo, el pretexto, hubiera
sido otra cosa. Descarto todas las hipótesis y todas las teorías
de que el 11 de septiembre fue producto de los servicios de Estados Unidos.
No sólo porque para afirmar que es así hay que tener pruebas
y no hay ninguna, sino porque el poder imperial no se infligiría
a sí mismo semejante humillación, que no son sólo
las Torres Gemelas sino el Pentágono, y porque estas hipótesis
parten de una mirada paternalista sobre los pueblos oprimidos.
''Este libro es una mirada sobre el mundo de hoy, sobre
la humanidad, en la cual no veamos sólo el poder, sino que el mundo
está lleno de gente y que la mirada de Bush o de Fox no ven un hecho:
que el mundo está lleno de gente, que hay concentraciones de poder
nunca vistas, pero que la gente resiste y se hace bolita y se hace chiquita,
y cuando pasa el peligro vuelve a salir y resiste, porque es la única
manera en que son seres humanos y las formas de la resistencia son infinitas.
''La propuesta de estos ensayos es esta mirada, ver el
siglo desde estos últimos 10 años del siglo, desde que cae
la Unión Soviética, esa dictadura en que se había
transformado lo que en principio fue el socialismo, desde ese momento hasta
ahora, ver para atrás todo el siglo, tomar en nuestra mirada el
relámpago y mirar con el relámpago en los ojos sobre nuestra
vida y sobre lo que viene. De todo esto tenemos que pensar entre todos
una nueva visión del socialismo, como propuesta de liberación,
de superación de la explotación de los seres humanos, de
justicia y de libertad en las condiciones que nos ha legado la historia
que todos vivimos y todos hicimos durante el siglo XX.''