Directora General: Carmen Lira Saade
México D.F. Jueves 25 de abril de 2002
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Sociedad y Justicia

Sin consenso, el planteamiento para que sean excluidos los gays

Expertos abren debate sobre homosexualidad y sacerdocio

REUTERS

Ciudad del Vaticano, 24 de abril. Los escándalos de abuso sexual infantil que están sacudiendo a la Iglesia católica estadunidense también han atraído la atención sobre los homosexuales en el clero.

Los expertos en el tema están divididos sobre si los homosexuales son un problema en el sacerdocio, aun en el caso de que se abstengan de tener relaciones sexuales.

Las autoridades eclesiásticas insisten en que no hay vínculo entre la pederastia y el reglamento de la Iglesia sobre el celibato, diciendo que la mayoría de los casos de abuso sexual infantil en la sociedad ocurre en las familias.

"Ningún investigador de la corriente principal sugeriría que hay vínculo alguno entre la homosexualidad y la verdadera pederastia, es decir, la atracción sexual de un adulto hacia menores prepubescentes", escribió el padre Stephen J. Rossetti en la revista jesuita estadunidense América.

Nadie oculta el hecho de que existan los homosexuales en el clero, pero, Ƒhay demasiados homosexuales, y debería permitírseles entrar, para empezar?

Las enseñanzas tradicionales de la Iglesia católica dicen que la orientación homosexual no es pecaminosa, pero que los actos homosexuales lo son.

Sin embargo, el portavoz del Vaticano, Joaquín Navarro-Valls causó una ola de indignación recientemente, cuando sugirió que los homosexuales debían ser excluidos del sacerdocio por completo.

El cardenal Theodore McCarrick, de Washington, D.C., dijo que no había consenso entre los dirigentes eclesiásticos estadunidenses en torno a la opinión de Navarro-Valls, que parece respaldar un clero totalmente heterosexual. "El celibato debe vivirse de manera perfecta, cualquiera que sea la orientación de uno", dijo McCarrick.

Algunas personas han sugerido que entre 40 y 50 por ciento de los sacerdotes son gays, pero el biógrafo papal George Weigel dijo que estudios más recientes y confiables colocan la cifra en alrededor de 15 a 18 por ciento.

Cualquiera que sea la cifra, al menos un católico estadunidense de alto rango dijo esta semana que la Iglesia enfrenta un problema porque su sacerdocio atrae un alto número de solicitantes homosexuales.

"Es una lucha asegurarse de que el sacerdocio católico no esté dominado por homosexuales (y) de que los candidatos que recibimos sean saludables de todas las formas posibles, sicológica, emocional, espiritual e intelectualmente", dijo el obispo Wilton Gregory, presidente de la Conferencia de Obispos de Estados Unidos.

"Una de las dificultades que enfrentamos en la vida seminarista o el reclutamiento es que existe una atmósfera o dinámica que hace que los hombres heterosexuales lo piensen dos veces" antes de entrar al sacerdocio, declaró Gregory.

"La preparación para la ordenación debería evaluar directamente la capacidad y determinación del seminarista de llevar una vida casta, célibe", agregó en el mismo artículo para América.

Weigel, teólogo y autor del libro Testigo de la esperanza, una biografía del papa Juan Pablo II que ha sido un éxito de ventas, señaló que es difícil para los curas con inclinaciones homosexuales "leves" combatir lo que llamó una intensa cultura gay en la sociedad.

"Estoy bastante seguro de que ha habido muchos, muchos clérigos castos con tendencias homosexuales leves en la historia de la Iglesia", dijo Weigel a Reuters en una conversación telefónica desde Washington.

"Pero en una cultura en la que la homosexualidad se ha convertido en una causa, y donde hay presiones para que un hombre con tendencias homosexuales leves declare que ser gay es una parte central de sí mismo, esto coloca una enorme presión sobre ellos", declaró.

"Esto coloca presión sobre ellos en términos no sólo de su propia conducta, sino de excusar la mala conducta de los otros", dijo.

"Todos hemos tenido amores des- controlados. Algunas personas sien- ten un amor desenfrenado por la co-mida, otros sienten un amor apasionado por el dinero. Pero en los términos del sacerdocio, este amor descontrolado es un problema particular, y la Iglesia católica necesita ser mucho más clara al respecto."

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