El obispo González Beltrán revela que 7% de los sacerdotes del país padece alcoholismo
Confirma el Episcopado que en México hay centros de rehabilitación de curas pederastas
PATRICIA MUÑOZ, JOSE ANTONIO ROMAN Y GUADALUPE LOPEZ REPORTEROS Y CORRESPONSAL
La Conferencia del Episcopado Mexicano (CEM) confirmó que existen varios centros de "rehabilitación" en México para sacerdotes con problemas de pederastia y otros, donde se les da atención integral, sicológica, médica y espiritual. También reconoció que 7 por ciento de los ministros de la Iglesia católica tienen problemas de alcoholismo, "lo cual es más grave que los casos aislados de pederastia".
El secretario general del CEM, Abelardo Alvarado Alcántara, dijo que la Iglesia católica mexicana estará atenta a las normas complementarias que el Vaticano dé a conocer en cuanto a los casos de abuso sexual en sus ministerios. "La definición del Santo Padre en este sentido será la línea que siga toda la Iglesia y la directriz", dijo. Expuso que en México no hay ningún registro ni estadística al respecto y llamó a no olvidar a las víctimas de estos casos y "darles una atención especial".
El prelado participó ayer en un ciclo de conferencias que por los diez años de la Ley de Asociaciones Religiosas y Culto Público organizó el Instituto de Investigaciones Jurídicas de la UNAM. En el acto habló también el arzobispo suplente de la Catedral Metropolitana y vocero del CEM, Guillermo Ortiz, quien expuso que en México hay varios centros de rehabilitación para sacerdotes con problemas de pederastia y homosexualismo.
En estos centros se les da atención integral, pero este apoyo y orientación que se les brinda para que analicen y enfrenten su situación "no significa solaparlos", de todas formas, la Iglesia, de acuerdo con la gravedad del asunto, la situación de la persona y después de analizar si superan o no ese problema, les pide que abandonen el ministerio. Además, en el derecho ca-nónico la pederastia está señalada como delito y hay sanción.
En Jalapa, Veracruz, el secretario ejecutivo de la Comisión de Comunicación Social del Episcopado Mexicano, Rafael González Beltrán, señaló que 7 por ciento de los sacerdotes católicos mexicanos padece alcoholismo, lo cual es más grave que los "casos aislados de pederastia". Según sus datos, cerca de 980 de los 12 mil sacerdotes que hay en el país enfrentan esta situación, por lo que la problemática es grave.
"Los periodistas quisieran que nosotros, como en Estados Unidos, publicáramos la lista de sacerdotes pederastas- pero no la hay porque no es problema de magnitudes alarmantes.".
Culpan del escándalo a los medios
Por otra parte, en Oaxaca, en el encuentro Emergencia indígena. Un desafío para la pastoral de la Iglesia, convocado por el Consejo Episcopal Latinoamericano (Celam), varios obispos, entre ellos algunos mexicanos, aceptaron hablar sobre las acusaciones de pederastia en contra de sacerdotes y religiosos católicos, que han colocado a la Iglesia católica en medio de una serie de escándalos iniciados en Estados Unidos y Europa.
Los miembros de la jerarquía eclesiástica entrevistados sobre el tema coincidieron no sólo en la influencia determinante de los medios de comunicación masivos de Estados Unidos, que han convertido estas denuncias en "verdaderos escándalos", los cuales han "afectado" internacionalmente a la institución eclesiástica.
Incluso, en lo personal, algunos de los obispos asistentes señalaron que con este tipo de escándalos y la dimensión que adquirieron, prácticamente echaron por tierra cualquier posibilidad que algún cardenal estadunidense hubiera tenido para llegar a ser el sucesor de Juan Pablo II.
En las acusaciones contra sacerdotes y religiosos pederastas, la Iglesia católica es el "chivo expiatorio" de la "hipocresía" y doble moral con la que actúa la sociedad estadunidense, que busca justificar su "permisividad" en el campo sexual, afirmó el obispo de la diócesis ecuatoriana de Riobamba, Víctor Corral Mantilla.
Por su parte, el presidente del Celam, Jorge Jiménez Carvajal, rechazó que el Papa II haya intervenido tardíamente en el escándalo de sacerdotes pederastas en Estados Unidos. A los cardenales de ese país seguramente los ha convocado a "tomar medidas y líneas pastorales" para hacer frente a esas acusaciones y, en caso de que se hayan presentado, impedir que se repitan en el futuro, agregó el obispo de la diócesis colombiana de Zipaquirá.
En tanto, el arzobispo de Puebla, Rosendo Huesca Pacheco, calificó la pederastia como un "pecado muy grave" que lesiona la integridad y el desarrollo de los niños y de sus familias que, por igual, son víctimas. Además, este "delito" está tipificado en las leyes civiles y quien lo cometa debe responder ante las autoridades judiciales, entendiendo que estas patologías difícilmente se pueden superar.
El obispo de Riobamba, Víctor Corral, asistió, junto con el arzobispo anfitrión, Héctor González Martínez, a la conferencia de prensa para informar sobre el desarrollo del tercer día de trabajos de la reunión episcopal, la cual concluye el viernes próximo con la presencia del nuncio apostólico Giuseppe Bertello.
Durante el encuentro con los medios, ninguno de los dos obispos accedió a responder sobre el tema de la pederastia en clérigos. Pero ante la insistencia de los reporteros, el obispo ecuatoriano prácticamente se vio obligado a responder un par de preguntas, una vez terminada formalmente la conferencia y cuando ya se dirigía al salón donde el resto de los prelados continuaban los trabajos diarios.
Corral Mantilla pidió a los católicos "no dejarse arrastrar por los mass media" de Estados Unidos, que están "influyendo muchísimo" en todo el continente. Y agregó: "todo esto (lo relacionado con la pederastia) ha sucedido principalmente en la sociedad estadunidense; ésta de alguna manera vive una situación de, diríamos el término es duro, cierta hipocresía en el sentido de que busca chivos expiatorios para lógicamente justificar su permisividad, sobre todo en esta temática sexual y erótica. Por eso hace un escándalo mayor de lo que en realidad es", dijo.
Uno de los obispos mexicanos que se refirió al tema fue Felipe Arizmendi Esquivel, de la diócesis de San Cristóbal de las Casas, quien en términos generales coincidió con el prelado ecuatoriano. Arizmendi dijo que Estados Unidos está sufriendo los frutos de su permisividad moral y de la libertad sexual que desde hace mucho tiempo se presenta en su sociedad.
"Esa sociedad se ha burlado de la Iglesia católica, del evangelio, y esto les llama la atención muy fuerte para que vean que no se puede cambiar la naturaleza hecha por Dios, no se puede prescindir de las leyes de Dios sobre la sexualidad. Claro, es una llamada de atención para todos, también para nosotros, porque somos muy dados a copiar todo lo que hace Estados Unidos. Han querido permitir todo y ahora ellos (los estadunidenses) se espantan de lo que han propiciado. Ojalá que tanto a ellos como a toda la humanidad nos sirva para hacer un examen de conciencia de que no se puede jugar con la sexualidad ni caer en el libertinaje".
Arizmendi, quien asiste a la reunión del Celam en calidad de invitado, porque en su diócesis hay una fuerte presencia indígena, consideró que al reunirse con los cardenales estadunidenses "el Papa ha querido ponerle a tiempo un hasta aquí a demasiada tolerancia que, quizás, hubo en la sociedad de Estados Unidos".
Detalló que en las normas que tiene la Iglesia católica respecto a los seminarios, los obispos tienen el deber de separar a los seminaristas que manifiesten alguna tendencia no solamente de homosexualidad, sino de perversión sexual. Las normas de la Iglesia son muy claras y drásticas. No se le puede permitir a alguien a quien se le detecte alguna deficiencia en ese sentido que continúe hacia el sacerdocio. De ninguna manera. "Pero hubo tal tolerancia en la sociedad estadunidense que se les colaron algunos casos de esta naturaleza".
Con toda esto, añadió, el Papa está pidiendo ahora que los obispos seamos más exigentes en la selección de candidatos al sacerdocio y en la formación inicial de los seminaristas como en la permanente de los presbíteros. "Los obispos debemos verlo también, como vulgarmente se dice, para ponernos más las pilas y estar atentos de que no se presenten casos de esta naturaleza".
Por su parte, el arzobispo de Puebla, Rosendo Huesca, señaló que el abuso sexual es un "gran pecado", que adquiere mayor gravedad cuando se comete contra un menor y termina lesionando a toda la familia de la víctima. "Por lo tanto, como obispo estoy en batalla contra todo esto; debo buscar que no suceda, pero cuando ocurre tengo que llamar a la reconciliación, al arrepentimiento y al perdón".
Pero además, dijo en breve entrevista, es un delito civil que debe enfrentar quien fue capaz de cometerlo. "Pero yo nunca presionaría a la víctima o a su familia a que se calle, no cohecharía. Le pido a Dios no tener que enfrentar un caso así de doloroso, pero sé que estadísticamente no soy inmune".