Directora General: Carmen Lira Saade
México D.F. Jueves 25 de abril de 2002
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Espectáculos

Alternarán con la Orquesta Aragón; mañana, al Zócalo

Las Maravillas de Malí se presentan esta noche en el Teatro de la Ciudad

PABLO ESPINOSA

En 1971, recuerdan Eduardo Llerenas y Mary Fahrquarson, la Orquesta Aragón visitó Africa, donde los músicos cubanos fueron recibidos como héroes por entusiastas multitudes africanas, para quienes aquella música ya era un tesoro preciado de sus osamentas, puestas a danzar por todas las regiones, de Tanzania a Timbuktú, en un intercambio cultural que había iniciado desde los años 30 y 40 del siglo pasado, en una suerte de viaje de retorno a los orígenes profundos.

Desde que la música cubana empezó a viajar a Africa, formulan Llerenas y Fahrquarson, siempre ha sido recibida "como un viejo pariente retornado a casa". En los nacientes centros urbanos africanos era común que los músicos locales tocaran valses y foxtrots para el gusto de los extranjeros, pero la raigambre fuerte se asentó desde el principio en el son, el bolero y la rumba cubanos, de manera que al mediar el siglo 20 surgieron muchas orquestas tipo cubanas en Etiopía, Sudán, Congo, Senegal, Egipto, Malí y desarrollaron un estilo propio en base a los mambos, guarachas y sones cubanos que copiaban de Cuba.

Dentro de esa euforia cultural, el cha cha chá de Enrique Jorrín y la música finísima de la Orquesta Aragón siempre han sido soberanos. Luego de los periodos sangrientos que ha narrado el periodista Ryzard Kapuscinski, llegó el periodo inicial de independencia y los gobiernos nacientes socialistas enviaron a sus propios músicos a estudiar a Cuba. Entre ellos viajó, desde Malí, un joven flautista de gran talento: Dramane Coulibaly y en Cuba se quedó durante siete años, estudiando en el Conservatorio de La Habana y luego con su propio grupo, Las Maravillas de Malí. A su regreso a casa -apuntan Fahrquarson y Llerenas- este grupo tuvo mucho éxito en toda Africa Occidental, donde la gente bailaba su versión del son cubano africanizado: "más suave, más sensual, más quieto que la versión original".

El gobierno de Malí pidió a los músicos quedramane adaptaran su repertorio para "modernizar" la música tradicional maliense. Rebautizados como National Badema, buscaron a un gran cantante tradicional con una voz que fuera capaz de conmover tanto a los públicos conocedores de los cantos ancestrales como a los jóvenes que buscaban divertirse un rato en las fiestas y conciertos de la capital maliense.

Narran Mary Fahrquarson y Eduardo Llerenas: "Kasse Mady Diabate fue el cantante escogido. Nacido en Kela, pueblo de los jelis; Kasse heredó el talento y el destino de ser músico, guardián de la historia y conciliador de las disputas. Desde principios de los 80, Kasse Mady ha viajado mucho a París, donde ha grabado discos como solista y junto a músicos internacionales de renombre: Ketama, Taj Mahal y Toumani Diabate, entre ellos. En Malí, Kasse Mady siegue siendo el jeli prefereido para las bodas y fiestas, donde canta acerca del pasado glorioso de las familias presentes y saborea su canto con consejos y advertencias para los momentos difíciles".

En abril de 2001, la disquera mexicana Cora Son fue a Malí para grabar la música de Kasse Mady Diabate. El resultado fue el disco compacto Kassi Kasse, del que nos ocupamos en estas páginas cuando su lanzamiento, hace unos meses, y en el que se ventila una parte de toda esta historia del re-hermanamiento de las culturas musicales africana y cubana, pues en el disco de Kasse Mady con Cora Son hay temas rituales, tradicionales y modernos de Malí por igual que un par de temas cubanos, uno de ellos cantado en bamaná y el otro en español.

La noticia ahora es que ambas instituciones culturales, la Orquesta Aragón de Cuba y Las Maravillas de Malí, se encontrarán en un país hermano de Cuba: México, para una intensa gira que se inició el 19 de abril en San Luis Potosí, y que tendrá su punto culminante esta noche en el Teatro de la Ciudad y mañana en el Zócalo capitalino, para culminar el 30 de abril en el teatro Degollado.

Un par de días antes de tomar el avión rumbo a México, en Malí, Kasse Mady Diabate y Dramane Coulibaly se pasaban de mano en mano un teléfono celular durante una supuesta entrevista que habríamos de sostener, la cual no hay manera de transcribir en la forma tradicional de preguntas y respuestas porque mientras Kasse Mady hablaba entre francés y bamaná, a Dramane no le paraba la lengua en un español simpatiquísimo a manera de monólogo desatado y todo entre el ruido de la aldea, de algún patio bajo un árbol bajo el sol quemante y ruido de animales semidomésticos y toses de ancianos, la urgencia de los africanos por ya llegar a México y el fervor de Dramane que no había tomado la llamada una hora antes porque, explicaba en español-bamaná en el aparato celular que está a nombre de Diabate, que estaba escribiendo una canción para México y qué mejor... qué mejor entrevista, querido lector, que escuchar esta noche y mañana a Kasse Mady, Coulibaly, Las Estrellas de Malí junto a sus héroes, los integrantes de la mismísima Orquesta Aragón, en concierto, que es la manera en que se expresan mejor y por completo estos músicos maravillosos: Las Maravillas de Malicuba, La Orquesta Maliaragón, o simplemente, juntos, africanos y cubanos: Las Maravillas.

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