ASTILLERO
Julio Hernández López
L FOSCISMO ESTA levantando en lo alto la bandera patriotera, convocando a los mexicanos a aprestar el acero y el bridón contra aquellos cubanos enemigos que osaren profanar con sus grabaciones y declaraciones el honor de Los Pinochos SA de USA.
AL LADRON, AL LADRON, sería la frase que explicaría las maniobras distractoras que el presidente Fox y el senador Diego Fernández de Cevallos están realizando para tratar de culpar a otros del entreguismo que es la divisa esencial de este gobierno. El primero se había lanzado el pasado martes contra los diputados federales de quienes no entendía que anduvieran llevando ofrendas de desagravio a gobiernos extranjeros. (En ese mo-mento parecería que aún no entendía muchas cosas el Presidente. Por ejemplo, no se decidía a responder a la andanada que desde La Habana le habían recetado por partida múltiple; lo hizo gracias a un milagro más de Marta, la piadosa esposa, que empujó al indeciso guanajuatense a hablar frente a la prensa: Vamos, Vicente, habría dicho la señora Sahagún, sin que ello fuera la declaratoria inaugural de una nueva fundación que congregara apoyos de la SEP, Hacienda y la Secretaría de Salud en sus proyectos "independientes". Fue así, gracias a que la primera dama en ser vocera presidencial reasumió efímeramente su cargo prenupcial, que los mexicanos pudimos al fin escuchar palabras presidenciales específicas sobre el caso Cuba. Vamos Vicente, hay que hablar, hay que explicar, alentó en Acapulco la apasionada adversaria interna de Jorge Castañeda a su esposo, hasta entonces dispuesto a mantenerse callado, conforme lo había instruido el Faro de Tlatelolco.)
AL OTRO DIA, un barbudo le ayudó al presidente Fox a continuar en su treta de poner a la patria por delante frente a los embates del otro barbudo. Diego, el abogado litigante que en sus ratos libres hace política, aunque ello le represente el riesgo de ganar en millonarios asuntos jurídicos (aquel que cuando fue candidato usó como lema de campaña el hoy telefónicamente sacrílego "Por un México sin mentiras"), dijo que hasta podían perder la ciudadanía mexicana los legisladores que habían ido a La Habana a expresar desacuerdo con la política exterior diseñada por el mandatario Jorgente G. Fush (perdón a los lectores: un extraño virus cibernético ha mezclado inexplicablemente los nombres y apellidos de tres distinguidos personajes, por lo cual, si alguien, de alguna manera, se siente ofendido, este tecleador le pide que lo disculpe, sobre todo porque, cuando escribió... lo hizo pensando en México...).
LA ESTRATAGEMA está siendo repetida por dirigentes, funcionarios y legisladores panistas (y por la máquina tortilladora que produce cadenas de correos electrónicos foscistas): debe ser defendido el Presidente de México porque está siendo atacado por el presidente de otra nación. Los trapos sucios se lavan en casa, y no se vale estar contra el señor Presidente cuando lo agrede un dictador decrépito que, además, habla ante las cámaras con tal lentitud senecta porque no sabe cuánto cuesta el minuto al aire en horario triple A.
CIERRAN CONVENENCIERAMENTE los ojos esos exaltadores del patrioterismo a las evidencias constantes y contundentes de que ha sido justamente este gobierno el que se ha dedicado diariamente a sacrificar el interés nacional en aras de su enganchamiento a Estados Unidos. No ha habido un presidente de México tan entregado a los intereses de Washington, desde Antonio López de Santa Anna (ni siquiera Carlos Salinas de Gortari, cuyo proyecto, expresado en el TLC, no era tan primitivo y servil). Nunca antes, desde luego, se había escuchado de viva voz a un presidente de México pedir como favor a un mandatario extranjero que no fuera a agredir en un foro mundial a Estados Unidos y su dirigente actual. Nunca antes se había tenido una versión local de Richard Nixon mintiéndole a su pueblo (por cierto, el jefe Jorge va soltando hebra: ha reconocido que, en algunas pláticas, con algunos funcionarios, hubo algunas referencias a algún asunto relacionado con que no estuvieran juntos Castro y Bush en el famoso viernes que Fox quería que el cubano "no le complicara". Como es natalmente sabido, "nomás tantito" es una de las mentiras clásicas en nuestro país. Así está George Boy: nomás nos pidieron tantito.
PERO TODO SE ARREGLA con el expediente de la mentira patriótica. Todo puede quedar santificado con la simple invocación de tales pensamientos elevados: si un agonizante puede ser perdonado de sus pecados por la Iglesia católica con un oportuno arrepentimiento, el Presidente de México puede ser exonerado al infinito siempre y cuando cualquier error, por grave que sea, lo cometa "pensando en México". Querida, vendí el país, pero con buenos pensamientos.
OTRA MENTIRA PATRIOTICA es la que ayer rechazaron formalmente ocho de 11 ministros de la Suprema Corte de Justicia. Resulta que Fox, pensando siempre en México, había decidido abrir más las puertas a los particulares que producen energía eléctrica para que la pudieran vender a la Comisión Federal de Electricidad. En mayo de 2001, por sus botas, el Presidente tomó tal decisión que el Congreso federal combatió por la vía de pedir al Poder Judicial que la declarara contraria a la letra constitucional. Así sucedió: ayer, por mayoría de votos, el máximo tribunal nacional consideró que el Presidente violó la Constitución e invadió la esfera propia de los legisladores al reformar el reglamento de la Ley del Servicio Público de Energía Eléctrica. La Corte le dijo al Gran Gerente que privatizar esa área estratégica atenta contra el interés nacional y, en alguno de los históricos alegatos de los jurisperitos, se estableció que la acción del Presidente de México era "un auténtico fraude". La decisión tendrá consecuencias negativas en la muy difundida pretensión foxista de abrir al capital privado, nacional y extranjero, las tareas relacionadas con la energía eléctrica.
DE CUALQUIER MANERA, y a pesar de todo, el presidente Fox sigue siendo optimista en cuanto a parlar nuevamente con Fidel Castro. Ha dicho, reincidente, que está dispuesto a saludar al cubano en algún foro en donde lo llegara a encontrar e, incluso, "sentarse a platicar" con él (aunque no explicó si en esa presunta nueva ronda de conversaciones le pediría al isleño que, esta vez, no le grabara los diálogos).
POR LO DEMAS, el país sigue su marcha sin sobresaltos: el ex procurador Carpizo pide a la PGR que establezca, tomando en consideración un libro recién publicado, si han cometido algún tipo de delitos una subprocuradora federal y un cardenal jalisciense; en Mexicali, un helicóptero militar cae y deja soldados heridos; los trabajadores de la Secretaría de Hacienda hacen un paro nacional por las maravillosas medidas laborales tomadas por sus jefes y, lo peor de todo: el espacio de esta columna se ha terminado y no queda a este tecleador con banderita tricolor made in Texas sino desearle a sus lectores (que sí dan teléfono y referencia confiable al escribir por Internet) que pasen un feliz fin de semana portándose bien aunque, si acaso alguno es pillado en engaño o mentira, simplemente se excuse diciendo que echó mentiras "pensando en México".
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