Rechaza el obispo Aguiar juicios sumarios a
prelados implicados en el escándalo
"Empañan" pederastas histórico papado
de Juan Pablo II: Celam
Las críticas contra el celibato se deben a que
"la sociedad tiene problemas con la sexualidad"
JOSE ANTONIO ROMAN ENVIADO
Oaxaca, Oax., 25 de abril. El escándalo
sobre sacerdotes y religiosos acusados de pederastia en Estados Unidos
y Europa "empaña" el "histórico" pontificado de Juan Pablo
II, reconoció aquí el secretario general del Consejo del
Episcopado Latinoamericano (Celam), Carlos Aguiar Retes. Además,
dijo, la difusión de esos hechos ocurre en un momento en que si
bien el Papa tiene mayor madurez y experiencia, también posee menor
vitalidad y fuerza.
Preocupado por la difícil situación por
la que atraviesa la Iglesia católica estadunidense y sus consecuencias
en otros países, el obispo mexicano se declaró por una actitud
prudente de esa institución en las denuncias contra curas por abuso
sexual. "Como en otros casos, es difícil determinar la culpabilidad",
dijo.
Consideró que lo conveniente es que el obispo
escuche siempre no sólo a las partes involucradas, sino a las personas
más cercanas al caso. Las juicios sumarios no son, desde su punto
de vista, la mejor opción para determinar la culpabilidad o el castigo.
Descartó que estos escándalos obliguen a
un futuro pontífice a redefinir la postura de la Iglesia en torno
a celibato, homosexualidad, magisterio de la mujer y en general la postura
de la Iglesia católica en los temas sexuales.
Es cierto, consideró, que hay voces dentro y fuera
de la Iglesia que ya piensan en el siguiente Papa o en una nueva forma
de conducir el destino de la Iglesia, pensando que hay una debilidad interna.
Yo no lo creo. Juan Pablo II tiene una gran vitalidad y es consciente de
la magnitud del problema. Está con tal vigor, que lo primero que
hizo ante las reacciones y escándalos surgidos desde hace varios
meses fue convocar a todos los cardenales de Estados Unidos para analizar
la situación y acordar la forma en que se afrontará.
Aguiar Retes, quien se encuentra en esta ciudad encabezando
el encuentro Emergencia indígena. Un desafío pastoral
para la Iglesia, convocado por el Celam y al que asisten medio centenar
de obispos de casi todo el subcontinente, rechazó que Juan Pablo
II haya actuado de manera tardía en el caso.
Dijo que el pontífice intervino cuando lo consideró
oportuno. "Siempre ha sido muy respetuoso de que cada iglesia particular,
cada conferencia episcopal, tome las decisiones o los proyectos necesarios
para afrontar el problema y, en este caso, dadas las consecuencias y el
nivel de escándalo que provocó en otras latitudes de la Iglesia
católica, evaluó oportuna su intervención. No siempre
va a ser así."
Incluso, sostuvo que la intervención papal es una
clara señal de su preocupación como pastor, a pesar de su
edad y de sus limitaciones físicas. La convocatoria, en cierto sentido,
fue sorpresiva debido a que no es su estilo, dijo el obispo de la diócesis
mexicana de Texcoco, y que desde hace casi dos años ocupa la secretaría
general del Celam, órgano que aglutina a las 22 conferencias episcopales
de América Latina.
?Hay quienes piensan que estos escándalos obligarán
al siguiente Papa a replantear muchos temas que hasta ahora parecen tabúes
para la Iglesia, todos vinculados a la sexualidad.
?Sí, hay quienes piensan de esa forma. Pero lo
mismo ocurrió en los últimos años del pontificado
de Paulo VI (1965-1978). Se creía que al venir un nuevo personaje,
y por consiguiente una nueva forma de conducir a la Iglesia, podía
haber esa supuesta apertura. Muchos no han entendido que aquí no
se trata de si puede o no haber apertura o cambio. Se desconoce en ciertos
ámbitos de la sociedad que la Iglesia se mueve por valores, que
los hereda y que los descubre en una vida interna, proponiéndolos
como forma de vida en las diferentes circunstancias sociales que se suceden
en la historia.
Por ejemplo, expuso, el celibato es un tema que siempre
ha sido cuestionado, lo fue ayer, lo es hoy y creo que será así
siempre, porque la humanidad tiene problemas ante la sexualidad. Es uno
de los grandes retos madurar sexualmente, ubicar la sexualidad dentro de
la vida del hombre, y el sacerdote es ser humano, no está exento,
pero la Iglesia presenta al celibato como propuesta, nunca como imposición.
Entonces, el problema central de la sexualidad siempre
ha estado presente. Para descubrir el valor del celibato, a veces tiene
más problemas una generación concreta que otra, pero siempre
es algo que hay que formar, dijo el prelado durante la entrevista que se
llevó a cabo en uno de los recesos del encuentro que, a puerta cerrada,
se realiza desde el pasado lunes en un hotel del centro de la capital oaxaqueña.
"Sinceramente no creo que viniendo un nuevo pontífice
haya un cambio en estos renglones. Lo que yo sí creo que pueda venir
es una consideración fuerte, muy clara, sobre las formas en que
deberemos afrontar estas fragilidades de los sacerdotes y que nos llevará
a la necesidad de una adecuación distinta en los procesos formativos
que se dan en los seminarios tradicionales."
El obispo estimó que las denuncias contra sacerdotes
y religiosos son "muy difíciles" de esclarecer, pues "fácilmente
se puede mentir o manipular, de manera que no quede clara la culpabilidad
de alguien".
Por otra parte, se refirió al pontificado de Juan
Pablo II como "histórico" no sólo por la duración
de su gestión ?el sexto en toda la historia?, sino por la conducción
de la Iglesia católica en una nueva época que seguramente
marcará las décadas futuras.
El Papa, agregó, ha sido consciente de la entrada
de la humanidad a esa nueva etapa. "Sus primeras palabras tras ser designado
nuevo pontífice en 1978: 'No tengan miedo de abrir las puertas a
Cristo', intuía que la secularización europea iba a continuar,
como pasó, y que la reserva religiosa estaba no en esa latitud,
sino en el Tercer Mundo, sobre todo en América Latina."