Pese al reconocimiento jurídico, el nivel de vida en las comunidades no ha mejorado
"Letra muerta" en América Latina, leyes que reconocen los derechos de indígenas: Celam
JOSE ANTONIO ROMAN ENVIADO
oaxaca, 26 de abril. Aun cuando pueblos y comunidades indígenas de América Latina, en muchos casos, han obligado a sus respectivos gobiernos a legislar sobre sus legítimos derechos, la tendencia general es que dichas normas permanezcan como "letra muerta" o con "serias dificultades" para hacerlas presentes en la realidad cotidiana, afirmó el Consejo del Episcopado Latinoamericano (Celam).
En el comunicado final del encuentro Emergencia indígena. Un desafío para la pastoral de la Iglesia, convocado por el Celam y realizado los pasados cinco días, los más de 40 obispos asistentes a la reunión señalan que si bien en muchos países hay un importante reconocimiento jurídico de los derechos de los indígenas, el nivel de vida y bienestar de estos pueblos no ha mejorado.
"La situación económica en la mayoría de estos pueblos continúa siendo desfavorable. En muchos casos siguen habitando tierras poco productivas y en otros han sido expulsados de éstas, e incluso podrían correr el riesgo de extinguirse. Carecen de oportunidades necesarias para la educación y por muchas razones se sienten obligados a emigrar", dice el comunicado, presentado en conferencia de prensa por el secretario general del organismo, el obispo mexicano Carlos Aguiar Retes.
Durante la conferencia, efectuada en la sacristía de la catedral de Oaxaca, el prelado de la diócesis de Texcoco reconoció que el riesgo de extinción de estos pueblos está presente en algunos países de Latinoamérica, como por ejemplo en Paraguay. No es una invención ni se exagera en esta afirmación, señaló.
Recordó que aun cuando el Celam lo integran 22 conferencias episcopales del área, a esta reunión, que congregó a los responsables de la pastoral indígena de cada conferencia, sólo estuvieron representados 15 países, pues en las iglesias del Caribe ya no hay indígenas y en algunos sólo queda el recuerdo de su cultura.
Aseveró que los indígenas, grupo numéricamente importante en América Latina y del que se estima hay 60 millones de personas en todo el continente, han recobrado su voz y están emergiendo de un silencio secular. Por fortuna, dijo, ahora levantan no sólo su voz para exigir derechos, sino también para proponer soluciones.
"Nos alegramos porque se abren nuevos horizontes para los pueblos indígenas. Este momento histórico es muy especial, porque gracias a sus esfuerzos y luchas, y al acompañamiento y acción de la Iglesia, se da hoy una presencia nueva y crece la conciencia del lugar que les corresponde en el mundo", señaló Aguiar al dar lectura a la declaración episcopal. Consideró que la sociedad latinoamericana está compuesta mayoritariamente por mestizos, que cada vez valoran más sus raíces amerindias. "Los indígenas no son un problema, sino protagonistas para encontrar la solución a los desafíos del mundo. Ellos, con su sabiduría, pueden colaborar para un mayor respeto a la vida, a la naturaleza, a los valores humanos y a la fraternidad de los pueblos."
Las tareas pendientes de la Iglesia
Acompañado por el nuncio apostólico Giuseppe Bertello, el secretario general del Celam enumeró una serie de tareas que tiene la Iglesia católica ante el notorio surgimiento de los indígenas: estar atenta al dinamismo actual del mundo, que parece querer apagar todas las luces que brillan en nuestro continente; afianzar la identidad y culturas indígenas, y fortalecer el interés y entusiasmo pastoral por los valores autóctonos de los pueblos indígenas, que con su sabiduría fortalecen la vida de la sociedad.
Asimismo, aclaró que el hecho de que la mayoría de los indígenas acepten el Evangelio implica que obispos, sacerdotes y religiosos muestren un "mayor recelo pastoral" para inculcarlo.
La declaración episcopal, de dos cuartillas y siete numerales, también hace referencia a un documento que indígenas de la sierra sur de Oaxaca -que desde hace varios días están en plantón permanente en el zócalo de la capital del estado y mantienen un ayuno indefinido- les entregaron a los obispos, solicitándoles su apoyo para que las autoridades civiles estatales los reciban y escuchen, situación que no ha pasado hasta este momento.
"Hemos comentado esta solicitud a la autoridad correspondiente, augurando que sus demandas justas y las de los indígenas del continente sean resueltas en diálogo, justicia y transparencia."
El documento concluye con un "agradecimiento" al papa Juan Pablo II por la próxima canonización del indio Juan Diego, de Pedro de San José Betancourt, de Guatemala, y la beatificación de los mártires oaxaqueños de Cajonos. La declaración de los obispos no dice, por ejemplo, que Juan Diego será el primer santo indígena, 510 años después de que el Evangelio llegó a tierras americanas.
La discusión servirá, explicó el secretario general del Celam, para continuar la elaboración del documento de trabajo que el Secretariado Episcopal de Pastoral Indígena (Sepai) del Celam presentará a los obispos en octubre próximo en Bogotá, Colombia, en la reunión final sobre la "emergencia indígena".