MEXICO, SA
Carlos Fernández-Vega
A MEDIADOS DE 1995, un confiado José Madariaga Lomelín,
a la sazón presidente de la Asociación de Banqueros de México
y del Banco Mercantil Probursa, afirmaba que en México "la ley es
muy clara respecto al narcotráfico... El lavado de dinero
es una actividad fuera de la ley que hay que perseguir y castigar... Quienes
aseguran que el narcotráfico ha penetrado en los bancos mexicanos
deben aportar pruebas para, en dado caso, solucionar el problema".
CASI SIETE AÑOS después parece que su solicitud ha sido
atendida: "Un informe de la FBI, que está integrado en la solicitud
de la Fiscalía Anticorrupción de España para que el
juez Baltasar Garzón investigue las operaciones del Banco Bilbao
Vizcaya Argentaria (BBVA) en Latinoamérica, vincula directamente
a José Madariaga (Lomelín), ex propietario de Mercantil Probursa,
y a uno de sus hombres de confianza, en operaciones de lavado de
fondos del narcotráfico empleados para realizar transacciones financieras
en México.
"EL DOCUMENTO señala que participa también en la operación,
por parte de Mercantil Probursa, su presidente y representante de los socios
mayoritarios de la entidad, José Madariaga, cuyo hombre de confianza,
Eduardo Pérez Montoya, es situado, según documento facilitado
por el enlace de la FBI en Madrid, en la órbita del narcotráfico,
y quien a su vez facilitaría a BBV la participación mayoritaria
(en Mercantil Probursa) a cambio de legitimarle fondos en principio procedentes
de tal actividad ilícita, depositados en Gran Caimán" (La
Jornada, Roberto González Amador).
DESDE QUE LA autoridad española formalmente ordenó, el
pasado 3 de marzo, investigar la presunta comisión de ilícitos
por parte del Banco Bilbao Vizcaya Argentaria y el consecuente uso de dinero
sucio -en España y en otras partes del mundo-, las operaciones
que esa institución financiera ha realizado en México (la
compra de Mercantil Probursa en 1996 y la adquisición de Bancomer
en 2000) no han permitido otra cosa más que engrosar el expediente
respectivo.
A PESAR DE LA "rogatoria" que el juez de la Audiencia Nacional de España,
Baltasar Garzón, emitió a las autoridades mexicanas para
que faciliten toda la información relacionada con la venta de Mercantil
Probursa al BBVA y las transacciones que José Madariaga Lomelín
habría realizado a través de uno de los más reconocidos
paraísos fiscales (las Islas Caimán), el gobierno
del cambio reaccionó de inmediato (como en su momento lo hiciera
la administración Zedillo cuando bancos y banqueros estaban en la
picota -que, dicho sea de paso, era un día sí y otro también-)
por medio del secretario de Hacienda, Francisco Gil Díaz: "Las operaciones
fraudulentas llevadas a cabo por la ex cúpula del Banco Bilbao Vizcaya
Argentaria -en España- no tienen nada que ver con México;
Yo no tengo ninguna duda de que el BBVA no violó ninguna ley ni
disposición legal mexicana, porque esas operaciones se analizaron
en su momento y se consideró que respetaban el régimen legal
mexicano".
SOSPECHOSA, SIN DUDA, resulta la actitud asumida por el gobierno mexicano,
toda vez que sin mediar investigación alguna recurrió a la
exoneración inmediata de banco, banquero y fondos utilizados en
la adquisición de instituciones financieras nacionales. Igualmente
sospechosa ha sido la decisión -en plena tormenta de acusaciones-
del Grupo Financiero BBVA Bancomer de ratificar a José Madariaga
Lomelín como vicepresidente primero de su consejo de administración.
No hay que obviar la posibilidad de que otros personajes de la política
y las finanzas aparezcan en este nuevo escándalo bancario en México.
MIENTRAS ESO SUCEDE, es necesario señalar que el secretario de
Hacienda en el momento de concretarse la venta del Banco Mercantil Probursa
al Banco Bilbao Vizcaya (la institución española aún
no se fusionaba con Argentaria, lo que sucedió en octubre de 1999)
no era otro que el actual gobernador del Banco de México, Guillermo
Ortiz Martínez, quien cuatro años atrás presidió
el Comité de Desincorporación Bancaria, el cual decidió
aceptar la oferta que para la compra del Multibanco Mercantil de México
presentaron José Madariaga Lomelín, Eugenio Clariond Reyes
Retana y Javier Pérez Rocha.
EN DICHO COMITÉ también participaron, entre otros, Oscar
Espinosa Villarreal (primero como presidente de la Comisión Nacional
de Valores, después como director general de Nacional Financiera);
Guillermo Prieto Fortún (entonces presidente de la Comisión
Nacional Bancaria); Carlos Ruiz Sacristán (director general de Crédito
Público y en el zedillato secretario de Comunicaciones y Transportes,
tras el nombramiento de Guillermo Ortiz Martínez como titular en
Hacienda); Víctor Miguel Fernández (director general de Banca
Múltiple); Jacques Rogozinsky (por aquellas fechas zar de
las privatizaciones y ahora funcionario del BID) y Miguel Mancera Aguayo
(director general del Banco de México).
EL 19 DE MAYO DE 1995 la Secretaría de Hacienda, a cargo de Ortiz
Martínez, anunciaba con bombo y platillo que ingresarían
al país 350 millones de dólares como resultado de la venta
de 70 por ciento de las acciones del Grupo Financiero Probursa, un consorcio
"saneado y recapitalizado", al Banco Bilbao Vizcaya, lo que representaba,
de acuerdo con el criterio del gobierno mexicano, "un signo de confianza
en la economía de nuestro país", confianza que, sin embargo,
tuvo que ser fortalecida mediante la intervención del Fobaproa en
"un esquema de compra de cartera en proporción directa de dos a
uno a las aportaciones de capital que realicen los accionistas de la institución".
ASI FUE. LA "confianza" de la institución financiera española
y de su socio José Madariaga se tradujo en que el Fobaproa compró
cartera de Mercantil Probursa por 4 mil 700 millones de pesos (más
de 650 millones de dólares al tipo de cambio de esa fecha) y esa
misma cartera quedó bajo la administración del consorcio
privado, generando intereses (los mayores del mercado y permanentemente)
a favor de los nuevos propietarios.
INICIADO EL ESCANDALO, a José Madariaga Lomelín no le
ha quedado de otra que abogar por sí mismo y declarar su inocencia
por cuanto micrófono le sea facilitado. Pero la historia continúa.
Las rebanadas del pastel:
¿QUIÉN ES EL BANQUERO que a mediados de 1996 fue citado
a declarar por la autoridad judicial por sus nexos empresariales con Raúl
Salinas de Gortari y dijo sentirse "en medio de la
guerra de las galaxias"?
Mañana lo comentamos.