Directora General: Carmen Lira Saade
México D.F. Lunes 29 de abril de 2002
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Cultura
La sensualidad renovada, libro de Esperanza Balderas sobre el artista jalisciense

Rescata experta obra inédita de Montenegro

Su trabajo, ajeno a las ambiciones épicas y alejado de las ideologías, escribe Monsiváis

MERRY MAC MASTERS

De acuerdo con la especialista Esperanza Balderas, no obstante los diferentes estilos pictóricos a los que durante su trayectoria se subordinó el pintor Roberto Montenegro (1885-1968) -hecho además que nunca escondió, en su afán de "no quedarse atrás"-, siempre estuvo presente la sensualidad propia del simbolismo.

Si tanto en las diferentes épocas de la vida de Montenegro como después de fallecido la crítica de arte siempre ha dicho que el artista jalisciense ''no tenía un estilo específico'', según la investigadora del Centro Nacional de Investigación, Documentación e Información de Artes Plásticas (Cenidiap), del Instituto Nacional de Bellas Artes, siempre hay ''ese dejo de languidez, de sensualidad'' en su obra, sean bodegones, retratos o cualquier tipo de interpretación.

Creador de múltiples facetas, Balderas precisa: "A diferencia de la obra de Montenegro ilustrador, donde es demasiada manifiesta la languidez ?esos alargamientos? y, además, llena de los recobecos del simbolismo, de la ornamentación, en la obra de caballete todas estas líneas son sintetizadas. Sólo permanece la sensualidad. Todo lo demás tiene que ver con los sueños y con estos pensamientos de los simbolistas y, sobre todo, de los poetas. Allí está más que nada Mallarmé''.

De allí que Balderas haya titulado Roberto Montenegro. La sensualidad renovada al libro que le fue encargado por el Fondo Editorial de la Plástica Mexicana, y que será presentado por Alberto Argüello, Víctor Manuel Espíndola, Carlos Monsiváis -autor de la introducción-, Julieta Ortiz Gaitán, la investigadora y Américo Sánchez como moderador, el martes 30, a las 18:30 horas, en el Museo Mural Diego Rivera (Balderas y Colón, Centro).

Un dato que no se incluye en la edición es la verdadera fecha de nacimiento de Montenegro. Hace un mes, "por fin" Balderas, con sus propios medios, se fue a Guadalajara, donde en el Registro Civil consiguió el acta de nacimiento del artista conocido por quitarse los años. La investigadora revelará el dato mañana, en el contexto de la exposición de José Antonio Gómez Rosas El Hotentote, ya que en uno de sus telones se mofa de diferentes creadores de la época y sus "autorretratos".

Encuentro casual

Fue casual el encuentro de Balderas con Montenegro. En 1994, recuerda, una de las subdirectoras del Cenidiap le dijo que "podía empezar a guardar algunas cosas que había en desorden" del jalisciense. Primero estuvo bastante tiempo con las publiciones periódicas. Luego buscó los murales. Montenegro hizo el primer mural del movimiento nacionalista, El arbol de la vida (1922), en el ex colegio de San Pedro y San Pablo.

Ya para 1998, Balderas empezó a trabajar la faceta de Montenegro como ilustrador, esfuerzo que desembocó en una exposición en la Biblioteca México. La investigadora publicó Roberto Montenegro, ilustrador, para la serie Círculo del Arte del CNCA.

roberto_mural_1Respecto de su obra de caballete, la entrevistada señala que hay mucha, tanto en Estados Unidos como en México, que aún es inédita, porque no siempre hay la facilidad de acceder a los coleccionistas. Esto se debe a que Montenegro estuvo relacionado, "como decía Villaurrutia, con los ministros, con los políticos más importantes, y claro, son personalidades que a veces no tienen muchas ganas de proporcionar sus colecciones".

Preguntada acerca de las aportaciones de Roberto Montenegro. La sensualidad renovada, la autora dice que, por un lado, mucha de la obra reproducida es inédita, mientras que por el otro esos mismos trabajos muestran como ya en 1915, estando en España, el artista manejaba "las imágenes que van a ser el núcleo fundamental del muralismo mexicano". Eso, a pesar de que "las toma y luego las abandona". El libro también refrenda el virtuosismo patente de Montenegro en su faceta como ilustrador.

A Balderas todavía le falta trabajar la obra escenográfica del artista, tanto en cine como en teatro, ballet y ópera. Luego está la gráfica, así como su relación con la educación artística. Incluso, a los mismos murales ?en 1994 merecieron un libro de Julieta Ortiz Gaitán? dice haberles encontrado "otra veta", que sería analizar la iconografía.

En su texto ''Roberto Montenegro: el pintor muy conocido, el gran artista desconocido'', Carlos Monsiváis sostiene que en la historia del arte en México al artista jalisciense "se le regatean los méritos y se le prodigan las menciones". Reflexiona: "Tal parece como si la condición de Personaje Indispensable dispensara de la necesidad de valuar su obra, tan extensa, tan irregular, tan extraordinaria en sus grandes momentos, más numerosos de los que se admite". Afirma: "Algo tiene que ver con esto el estilo de vida de Montenegro, a contracorriente de las ambiciones épicas y alejado de las ideologías. De acuerdo con los criterios de la cultura de la Revolución Mexicana, Montenegro es un frívolo y un conservador, sin que la contradicción planteada en estos términos se advierta".

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