José Cueli
šAy Zotoluco!
El negro de Miura, embestía por delante y por atrás: metía los apanicantes pitones y sacaba las patas y los sevillanos se emocionaban dispuestos a ver a nuestro Zotoluco, pálido y transparente.šCualquiera toca malagueñas con uno de Miura!
El Zotoluco sentía que se le caía la Giralda y los sevillanos, cansados de toros, juerga y lo demás, mentaban madres. Quien sabe cómo consiguió el de Azcapotzalco despachar al de Miura y una sensación de felicidad se dibujó en su rostro.
Al llegar al callejón con temblor en todo el cuerpo, se decía: šEstoy vivo! y los sevillanos lo miraban en silencio de Viernes Santo y a una guapa la ironía se le escapaba por el cuerpo juncal. Al salir de la plaza la gente cantaba coplillas...