| Cuando a finales del
        año pasado se reabrió la investigación del asesinato
        del luchador universitario Joel Arriaga Navarro, la
        Procuraduría General de Justicia (PGJ) determinó que no
        era procedente llamar a declarar al ex gobernador de
        Puebla, Gonzalo Bautista OÕfarril, y al alcalde de la
        Angelópolis, Luis Paredes Moctezuma, como probables
        responsables del homicidio o para que aportaran información
        que pudiera ayudar a esclarecer este caso. Meses después
        hubo un cambio súbito en esa determinación. En los primeros meses de este año, sin explicación
        alguna, de una manera que no trascendiera ante la opinión
        pública, Gonzalo Bautista y Luis Paredes comparecieron
        ante el Ministerio Público (MP); pero no aportaron nada
        y se puede incluso intuir que no fueron objeto de un
        exhaustivo interrogatorio que pudiera aportar datos para
        determinar quiénes fueron los probables responsables del
        homicidio de Arriaga y del clima de violencia que en 1972
        había contra miembros de la Universidad Autónoma de
        Puebla.
 Contradicciones en la
        PGJ  El año pasado, cuando se reabrió el
        caso de Joel Arriaga, se consideró fundamental, por su
        viuda, Judith García Barrera, y un grupo de militantes
        de izquierda que la apoyaban en su lucha por esclarecer
        la muerte de su cónyuge, que se llamara a Gonzalo
        Bautista y otros funcionarios públicos que en 1972
        fueron señalados como los responsables intelectuales del
        asesinato del luchador universitario y miembro del
        Partido Comunista Mexicano (PMC). Entre ellos se llegó a incluir a Luis Paredes, quien fue
        destacado miembro del Frente Universitario Anticomunista
        (FUA). Cuando se hizo la solicitud de que compareciera,
        él era candidato del PAN a la alcaldía de Puebla.
 El 18 de octubre de 2001, Judith García recibió de la
        agente del MP, María Gema del Rocío Montero Valencia,
        la notificación de que no procedía llamar a Bautista y
        Paredes. El argumento era que: "Esta representación
        social considera por el momento improcedentes dichas
        citaciones, ya que no existen indicios suficientes sobre
        lo que versa su declaración. No omitiendo señalar que
        posteriormente de considerar procedente la comparecencia
        de estas personas serán citadas en términos de ley".
 El viernes de la semana pasada, cuando Judith García, el
        abogado Samuel Porras y otros acompañantes se
        presentaron en la PGJ para anunciar al MP que presentarían
        un recurso legal para evitar que se cierre el caso de
        Arriaga, les entregaron por escrito las conclusiones de
        la averiguación previa, encontrándose con la sorpresa
        de que ahí están incluidas declaraciones ministeriales
        de Gonzalo Bautista, realizada el 2 de enero de este año;
        la de Luis Paredes Moctezuma, efectuada en febrero
        pasado; así como de Raymundo Zamudio Muñoz, quien en
        1972 era procurador de Justicia.
 Nunca se especifica en el documento por qué el año
        pasado hubo la negativa de que Bautista, Paredes y
        Zamudio comparecieran y a principios de este año se les
        citó. Ni mucho menos se da a conocer qué preguntas se
        les hizo y si fueron llamados por ser presuntos
        responsables del asesinato en cuestión o porque pueden
        poseer información valiosa.
 Luis Paredes compareció -según el documento- ya siendo
        alcalde. El 27 de febrero y el 1 de marzo de este año
        entregó al MP un documento y el 1 de marzo ratificó el
        contenido del texto. En la averiguación no se da
        detalles de lo el edil manifestó, únicamente se
        menciona que expresó que no conoció a Joel Arriaga y se
        enteró de su muerte por la prensa. Nada más.
 El ex procurador Raymundo Zamudio compareció el 19 de
        enero de este año. Sólo dijo que a él le encargaron el
        caso de Joel Arriaga Navarro. No hay más.
 
 Odio anticomunista  De las tres declaraciones la que más
        destaca es la Gonzalo Bautista, la cual es inverosímil y
        denota que cuando era gobernador tenía una visión
        anticomunista exacerbada, extremista, misma en la que aún
        sigue creyendo. En el expediente de la averiguación
        previa referente al asesinato de Joel Arriaga -que tiene
        la identificación 123/2130/72/DMSIIII- nunca se aclara
        si el ex gobernador acudió a una agencia del MP o si un
        agente investigador lo fue a interrogar.Anterior y posteriormente al asesinato de Joel Arriaga -ocurrido
        el 21 de julio de 1972-, había en la ciudad de Puebla un
        ambiente de violencia y linchamiento contra miembros de
        la UAP. Los testimonios de la época han mostrado
        evidencia de que los ataques provenían de las
        agrupaciones derechistas Náhuatl, Juventud Nueva y el
        FUA. Después del crimen de Arriaga se sucedieron los
        homicidios de otros siete universitarios y nunca hubo un
        muerto del lado de las agrupaciones empresariales o que
        eran dirigidas por el clero.
 Por eso no resulta realista la versión de Bautista y,
        por el contrario, su declaración ante el MP demuestra el
        odio que sentía contra los promotores del movimiento de
        reforma universitaria. En la foja 38 de la averiguación
        previa se asienta que el ex mandatario creía que esto
        ocurría en la UAP, en 1972:
 "Los estudiantes en aquella época para poderse
        inscribir en la escuela -es decir, en la UAP-, tenían
        que presentar su credencial de miembros del Partido
        Comunista, 200 pesos, 200 cartuchos y una pistola de
        cualquier calibre".
 Dicho de otra manera, el ex gobernador asegura que en la
        UAP los alumnos de nuevo ingreso eran comunistas armados
        y en la institución se estaba formando un gran arsenal.
 Cabe recordar que Gonzalo Bautista fue un gobernador
        sustituto, quien suplió en ese cargo a Rafael Moreno
        Valle, que renunció a la gubernatura en 1972. En su
        declaración ante el MP señala que intentó realizar en
        el estado "una labor constitutiva y progresista",
        pero: "Con todos sus esfuerzos se vieron
        obstaculizados por el grupo que capitaneaba el rector
        Sergio Flores -entonces rector de la UAP-, quien pertenecía
        al Partido Comunista".
 Bautista, en su entrevista con el MP, sin hacer una
        acusación directa, sugiere que los asesinatos de Joel
        Arriaga y Enrique Cabrera Barroso, quien también era
        luchador universitario, fueron producto de la lucha que
        había en la UAP por la sucesión rectoral, al haber
        aseverado:
 "En aquella época fueron asesinados dos eminentes
        universitarios que pretendían llegar a la rectoría en
        sustitución a Sergio Flores, el primero arquitecto Joel
        Arriaga Navarro y el segundo ingeniero Enrique Cabrera
        Barroso, quienes fueron asesinados por arma de fuego y el
        grupo violento apoderado de la universidad no se detuvo
        en inculpar inmediatamente al gobernador sin ninguna
        justificación, el inspector de la policía y al director
        de las fuerzas de seguridad Antonio Reguero" (sic).
 Posteriormente, Bautista narró lo que ya se sabe, que días
        después del homicidio intervino el entonces presidente
        del país, Luis Echeverría çlvarez, quien ordenó que
        la Procuraduría General de la República se encargara de
        las investigaciones, y esta dependencia, llegó a la
        conclusión de que:
 "El gobierno no había tenido ninguna
        responsabilidad por el contrario grupos aspirantes al
        grupo del rector se les encontraba como sospechosos de
        esos crímenes, pasando algunos meses en que continuó la
        investigación orientada según las disposiciones se cerró
        expedientes dándose por concluido" (sic).
 Con estas explicaciones que dio Bautista al MP no se
        aclaran dos importantes interrogantes que hay en torno al
        caso de Joel Arriaga.
 Primero, no aclara por qué se dio por terminado el caso
        si no había el más mínimo avance en las indagatorias.
        El ex gobernador reconoce que "pasados algunos meses"
        se cerró el expediente, cuando se supone que un
        homicidio, por oficio, debe ser investigado por la PGJ
        hasta lograr su esclarecimiento o hasta que el delito
        prescriba una vez que hayan pasado más de 30 años.
 Además, destaca que el mismo Gonzalo Bautista asienta
        ante el MP que la investigación de la PGR apenas duró
        un mes.
 Segundo, el ex mandatario no aclara qué pasó con el
        expediente del caso de Arriaga. A finales del año
        pasado, el entonces secretario de Gobernación de Puebla,
        Héctor Jiménez y Meneses, reconoció que el archivo se
        había extraviado y que una de las dificultades para
        continuar con el caso era ubicar en dónde estaban los
        papeles que contenían las indagatorias de dicho
        homicidio.
 El extravío, explicó Jiménez y Meneses en esa fecha,
        se debía a que la PGR en 1972 se había hecho cargo del
        caso del asesinato de Joel Arriaga.
 Otra incongruencia que hubo en el caso Arriaga y que
        Bautista comentó ante el MP es que después del
        asesinato ofreció a la ciudadanía poblana una
        investigación "imparcial", pese a que lo
        acusaban a él de ser autor del crimen. Pero resulta que
        las primeras diligencias se hicieron en el rancho de
        Gonzalo Bautista, que está en la colonia La Calera, pese
        a que él era señalado por amigos de Joel Arriaga como
        responsable del homicidio. Después se hicieron en la
        casa de Franco Rodríguez, quien era titular de la PGR.
 La justificación que dio a esa anomalía es la siguiente:
        "Fue porque no había Casa Puebla, ni estaba
        construido el edificio de la PGJ, ya que la procuraduría
        se encontraba en el centro de esta ciudad -de Puebla- en
        la calle 12 Poniente y 7 Norte".
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