Existe riesgo de enfrentamiento con los defensores del prelado, advierten vecinos
Divide a la comunidad de Santa Clara el cierre del templo ordenado por el obispo Onésimo Cepeda
Aceptamos condiciones del jerarca católico por temor a represalias, afirma un grupo
JAVIER SALINAS Y JOSE ANTONIO ROMAN CORRESPONSAL Y REPORTERO
Ecatepec, Mex., 14 de mayo. A nueve días de que el templo de Santa Clara cerrara sus puertas por decisión del obispo de Ecatepec, Onésimo Cepeda, las diferencias entre los vecinos de la comunidad aparecieron. Mientras un grupo de vecinos acepta para el próximo jueves la reapertura del recinto religioso con el mismo sacerdote -del cual pedían su remoción- por temor a las represalias del prelado otra agrupación de colonos se niega a aceptar las condiciones impuestas por él.
El conflicto que llevó al cierre de la parroquia y sus tres capillas se debió a la exigencia de la comunidad católica de que el obispo Cepeda removiera al sacerdote Fernando Uribe Quintero, con argumentos como el de que no respetaba las tradiciones del lugar, entre otras quejas.
Ante las posiciones encontradas de los feligreses del lugar existe el riesgo de enfrentamiento en la zona. Salvo en la diócesis de San Cristóbal de las Casas, Chiapas, Chiapas, donde por diferencias entre diversos grupos de feligreses permanece cerrada desde hace varios años una decena de templos católicos, no existe en el país otra parroquia cerrada por conflictos de esta naturaleza.
Un grupo de vecinos de Santa Clara aceptó la reapertura, para el próximo jueves, de la parroquia y sus tres capillas, en la cual permanecería el párroco Uribe Quintero, de quien pedían su retiro. Los colonos aclararon que esta decisión la toman ante el temor de las represalias que pudiera tomar el obispo Onésimo Cepeda contra la comisión de colonos.
Pero también hay otro grupo que se niega a aceptar las condiciones del prelado; advirtieron que impedirán la reapertura de la iglesia si el párroco no es destituido. El riesgo de enfrentamiento está latente.
Desde la tarde de ayer, una comisión de vecinos de Santa Clara se reunió con el obispo, a fin de solucionar el conflicto del cierre de la iglesia y evitar un posible enfrentamiento. El prelado entregó a la representación vecinal un documento de sugerencias que tiene que acatar a fin de que se abra la parroquia.
Cepeda sugiere a los feligreses que acepten el perdón que ofreció ya el sacerdote Uribe a la comisión de vecinos por su actuar, que a su regreso el párroco sea tratado "como se merece un sacerdote católico", además de que se forme un consejo parroquial de vecinos "que aconsejará, no impondrá" en las actividades de la iglesia. Asimismo ofreció a los feligreses, una vez abierta la parroquia, visitarla al cabo de tres meses para realizar una evaluación de la situación.
En asamblea, la mayoría de los feligreses que asistieron aceptaron dichas condiciones, pero fue debido al temor de las represalias. Se informó que será el próximo jueves por la mañana cuando la comisión se reúna de nueva cuenta con el prelado para abrir la parroquia y sus tres capellanías.
Mientras, esta tarde un grupo de colonos se congregó en el jardín principal de la colonia y señaló que prefiere cerrada su iglesia si el padre vuelve al pueblo. Dijeron que impedirán su entrada.
Por su parte, el delegado de Santa Clara, Sergio Ramírez, dio a conocer que el pasado domingo por la madrugada se observó que un sujeto desconocido salía por una ventana de la iglesia con varios objetos sacros; sin embargo este robo no se ha podido comprobar debido al conflicto que se vive en la comunidad.
En tanto, el obispo de Veracruz, Luis Gabriel Cuara, entrevistado en la basílica de Guadalupe, luego de oficiar la misa por la peregrinación de su diócesis, señaló que este tipo de problemas se registran en "casi todas" las diócesis del país con "cierta frecuencia".
Dijo que al obispo le asiste la facultad de cerrar temporal o definitivamente el templo cuando la comunidad de feligreses del lugar "está en entredicho" y muestra "síntomas de rebeldía" hacia la autoridad religiosa. El obispo que toma una decisión de esta naturaleza, agregó, lo hace con el propósito de que los feligreses recapaciten en su actuar.
Incluso señaló la posibilidad de que los feligreses inconformes incurran en pena de excomunión, lo cual acontece en el momento en que se "violan las especias sagradas", como el Santísimo.
Conocedor de la región, pues antes de ser nombrado obispo hace doce años se desempeñó como párroco en la zona de Tulpetlac, cerca de Santa Clara, Cuara Méndez dijo que debe actuarse con prudencia, y aunque precisó que no tiene ninguna injerencia en dicho conflicto, siempre es mejor el diálogo.