Leonardo García Tsao
Woody Allen abre hoy el festival de Cannes
Cannes, 15 de mayo. La 55 edición del mayor festival de cine del mundo se inicia hoy, ostentando una programación promisoria a primera vista aunque, para no variar, muchos de los directores convocados pertenecen al club de consentidos del mandamás Gilles Jacob, quien celebra 25 años de mandato. Vean si no: de los 22 cineastas con películas en competencia, 14 -o sea, más de la mitad- repiten la experiencia. Y algunos como el israelita Amos Gitai, el iraní Abbas Kiarostami, el portugués Manoel de Oliveira o el ruso Alexandre Sokurov, ya pueden considerarse consuetudinarios.
Pero sí hay algunas novedades, para que no digan. Por ejemplo, el hecho de que la más reciente realización de Woody Allen, Hollywood ending, inaugure fuera de concurso. Según se sabe, Allen había mostrado antes su preferencia por el festival de Venecia; su decisión por Cannes en esta ocasión puede interpretarse como un repudio a las maniobras políticas italianas que despidieron al director Alberto Barbera, sustituyéndolo con el suizo Moritz De Hadeln. Lo cierto es que será un cambio favorable, pues la tradición de Cannes era abrir con horrores como El quinto elemento o Moulin Rouge.
Otra sorpresa fue el regreso de Roman Polanski a la competencia con The pianist, un drama sobre el Holocausto, 26 años después de que El inquilino fue rechazada. Desde entonces Polanski sólo había asistido oficialmente a Cannes como presidente del jurado, en 1991.
La presencia hollywoodense es, en número, más o menos igual que en años anteriores. El estreno del Episodio II: el ataque de los clones, de George Lucas, en función especial para demostrar los avances del cine digital, significará el regreso de la superproducción gringa a La Croisette. Mientras que Bowling for columbine, de Michael Moore, es el primer documental que compite tras décadas de predominio absoluto de la ficción.
De los países europeos, el Reino Unido es el más representado, además del país anfitrión. Hay seis títulos británicos en la sección oficial, incluyendo dos coproducciones. Mientras que Al
emania nuevamente se va en ceros. En cambio, tanto Africa como el Medio Oriente sí están presentes, e incluso se ha dado la coincidencia de una cinta palestina y una israelí en competencia.
Cannes no suele ser un festival muy interesado en el cine hablado en castellano, y la edición 2002 no desmiente esa afirmación. La cinematografía argentina es otra vez la más representada con El bonaerense, de Pablo Trapero, en Una cierta mirada, y Un oso rojo, de Israel Adrián Caetano, en la Quincena de los Realizadores.
Por otra parte, la participación mexicana se limita a un largometraje, Japón de Carlos Reygadas, en la programación de la Quincena, igualmente; y el corto De Mesmer, con amor o té para dos, de Salvador Aguirre y Alejandro Lubezki, en la Semana de la Crítica. Producida en forma independiente, Japón se estrenó en el pasado festival de Rotterdam y no se ha proyectado en México hasta la fecha.