MELON
Luis Angel Silva
De son y danzón
INTERPRETAR MUSICA CUBANA con propiedad no es cosa de
enchílame otra, en particular el son, que tiene varias facetas,
cada una de ellas con características propias que algunas veces
confunden al que no está familiarizado con esta música y
le hacen creer que todo es lo mismo. Pero no es así. No todas las
facetas se interpretan igual.
ESTA EXPRESION MUSICAL tan bella fue creada por personas
que no sabían música y fue evolucionando progresivamente
en cuanto a dotación, formato, así como armonía, sólo
que sus raíces no han cambiado. La forma de tocar las percusiones
sigue igual. Sigue vigente el martillo y, aunque en este tiempo se utilizan
dos tambores y se agregó la paila, el mazacote está presente.
Lo mismo se puede decir de la clave, que sigue dominando el panorama si
se quiere tocar con propiedad.
EL NENGON, CHANGÜI, quirivá, maracaibo y rumbanvá,
todos son antecedentes del son, al cual le han querido cambiar el nombre,
como es bien sabido. Los jóvenes lo conocen con la etiqueta salsa
y se han entusiasmado con la palabra, pero si usted es observador se dará
cuenta que es la misma gata y no revolcada.
YA EXPRESE QUE para tocar montuno no hace falta papel.
O, en palabras llanas, no hace falta saber música para interpretar
son. Hay que conocerlo a fondo aunque no está de más aprender
solfeo y si se puede también armonía, canon, fuga, contrapunto
y composición, lo cual lo convertirá, mi asere, en músico,
pero no en sonero. Para ser esto último hay que aprender los puntos
finos del son y llevarlos a la práctica con algo más que
no se enseña en ninguna escuela, academia o profesor particular,
ya que eso lo da mamá. Como diría Ricardo Rocha: es de nacencia,
y se llama sabor. Sin ese atributo el destino es el montón. Para
decirlo más claro, la mediocridad.
EL MAZACOTE -LO que los doctos llaman polirrítmia-
es cuando la sección de percusiones toca únicamente lo básico,
dándole a los solistas apoyo, utilizando la técnica de cinco
sonidos y tres apoyos. No de ocho golpes, como están refiriéndose
los soneros de hoy a esa manera de tocar.
LO DEL DANZON. Aquí en nuestro país es más
difícil hacerle entender a la elite de la música cubana,
los danzoneros, que han vivido en el error a través de los años,
preocupándose más por el atuendo que por investigar lo verdaderamente
importante de este ritmo. Aunque no lo quieran reconocer, lo que han interpretado
desde Acerina hasta las danzoneras actuales no puede ser danzón.
Sin cinquillo no hay danzón. Tampoco existe el danzón mexicano.
Podría ser "a la mexicana", aunque éste, su enkobio, lo califica
de gallego (término sonero que significa mal ejecutado o carente
de sabor). No importa que la elite me odie.
TERMINO CON LO siguiente. Para cocinar sabroso, no es
necesario ser chef. Así de sencillo. En cuanto al cinquillo, esto
no es un instrumento. Es una figura que deben ejecutar la paila y el güiro
al unísono, es decir, los mismos golpes. Por lo demás, por
mi parte pueden seguir haciéndose como el tío Lolo.