El delantero dedicó el gol a su abuela recién fallecida

Cuauhtémoc Blanco se confirmó como la figura del Tricolor

El mérito es de todo el equipo, pues se encuentra muy motivado, dijo

AGENCIAS

Niigata, Japon, 3 de junio. Cuauhtémoc Blanco dedicó el gol anotado de penal que dio la victoria a México a su abuela María del Refugio, quien falleció en la ciudad de México la semana pasada, cuando el atacante ya estaba en la concentración de Fukui.

"Lo dedico a mi abuelita, no pude estar allí (en el funeral), pero me da muchísima alegría dedicarle este gol", declaró Blanco, quien tras la anotación elevó un beso al cielo, luego levantó la mirada y ambas manos, casi sin hacer caso a los abrazos jubilosos de sus compañeros que lo zarandeaban con gran euforia.

Cuauhtémoc agregó: "Lo más importante eran los tres puntos y gracias a Dios se lograron. Contó mucho que se mantuvo la calma y que se corrió durante los 90 minutos... El equipo se vio contento, fue un gran trabajo de todo el conjunto que se encuentra muy motivado. El mérito es de todos, porque hicieron un gran esfuerzo".

Añadió que ahora van por Ecuador y "le podemos hacer daño; sabemos que tenemos que conseguirlo si queremos pasar a la segunda fase".

Con un estilo de futbol natural, desgarbado y creativo, Blanco es uno de los jugadores mexicanos más conocidos en el continente asiático pese a no haber triunfado en la gran ventana, Europa, durante su paso por el Real Valladolid de España.

Cuau se convirtió en el segundo mexicano en anotar en dos mundiales consecutivos (antes lo logró Beto García Aspe), lo hizo ahora y en Francia 98, donde saltó a la fama por su cuauhtemiña, la jugada en la que prensa el balón con ambos pies y salta con él entre dos rivales; pese a sus numerosos intentos, su mejor ejecución fue ante Corea del Sur, hace cuatro años.

Insolente y atrevido son los términos que mejor definen al polémico jugador que de niño, mientras la madre trabajaba, fue criado en gran medida por la abuela a la que hoy dedicó su gol, y a la que solía escapársele para ir a jugar futbol cerca de las vías del tren, en el popular barrio de Tlatilco de la capital mexicana.

Incluso, doña Refugio eligió el nombre de Cuauhtémoc, tomado del último emperador azteca; "a ella le gustaba mucho y quiso que yo me llamara así", ha explicado el propio Cuau, quien lo lleva con orgullo, pues durante un tiempo, en el festejo de cada gol, adoptó la postura de una estatua del citado emperador, con el brazo derecho simulando una flecha.

Blanco de nuevo fue el hombre clave tras la acertada decisión del técnico Javier Aguirre de darle mayor libertad de movimiento, consciente de su gran creatividad y asumiendo el riesgo de un posible fracaso, toda vez que el bravo jugador, pese a su capacidad, tuvo muy poca actividad con el plantel del Valladolid y mucho se especuló y dudó sobre su condición física.

Aguirre también fue acertado en el manejo de este habilidoso atacante, clave en la clasificación de México al Mundial, cuando afectado por diversas cuestiones profesionales, económicas y personales renunció a la selección y no participó en la Copa de Oro, pero una vez más, hoy quedó de manifiesto que México es mucho más equipo con él.