"¡Ya son 72 marcas foráneas!"
En 1933 Armando Tornel Murillo fundó su primera
fábrica (Hulera Mexicana) y casi siete décadas después,
con 93 años de edad, su lucha no es por expandir su emporio, sino
por la "sobrevivencia" de la única llantera de capital mexicano.
Las
otras, dice, si les va mal acuden a su planta matriz, pero en nuestro caso
debemos luchar solos a capa y espada. "Estamos muy mal. Sería bueno
que el gobierno haga algo ante la entrada masiva de llantas de importación,
¡ya son 72 marcas foráneas!, y que los sindicatos flexibilicen
su opinión, porque de otra manera en no más de cinco años
quebramos."
La Compañía Hulera Tornel se ha convertido
en un negocio familiar en el que laboran como ejecutivos 10 de sus descendientes;
sin embargo, este nonagenario no acepta la idea de irse a su casa a descansar.
Es contemporáneo del extinto Fidel Velázquez, quien le entregó
la medalla única Rosendo Salazar por sus méritos en favor
de los trabajadores.
Tornel llega a diario a su oficina a una hora exacta;
"puntualidad religiosa", dicen sus colaboradores, porque para él
la industria hulera se ha convertido en un reto personal: "Yo inicié
esto y tenemos que sobrevivir".
Al tratar de encontrar una explicación a la crisis
en la industria, concluye que además del elevado costo laboral están
desprotegidos por todos los acuerdos comerciales que ha firmado México
a partir de 1994. "¿Me pregunta si espero un cambio de política
comercial del país?, ¡qué va, (el gobierno) tiene tantos
compromisos, que poco le importa si los llanteros estamos viviendo el peor
momento."
A los obreros pide que no falten (en Tornel se reporta
un nivel de ausentismo de 15 por ciento) y principalmente que acepten cambios
en el contrato colectivo. "Allá en los años 70 vivíamos
la bonanza y de la misma forma repartimos ganancias; se dio cuando se pudo,
ahora ya no hay con qué... Las utilidades han caído 60 por
ciento y es tiempo de darse cuenta de que la única forma de conservar
el empleo es con mayor producción y competitividad, porque si no
de verdad que vamos a morir por inercia."