Disidentes aceptan que estuvo mal lo hecho en
SG y Senado
Estudia la CNTE nuevas formas de lucha para evitar
el descrédito
Justifican su conducta por la "cerrazón" de autoridades
Piden a sus críticos buscar el origen de actos
violentos
CLAUDIA HERRERA BELTRAN
En un balance sobre las movilizaciones del magisterio
disidente en la ciudad de México, sus dirigentes admiten que los
destrozos que ocasionaron en los edificios de Gobernación y del
Senado en cierta medida perjudicaron la imagen del movimiento, pero argumentan
que no les quedó otra alternativa ante la "cerrazón" de las
autoridades.
En entrevistas por separado, los representantes coinciden
en que a la Coordinadora Nacional de Trabajadores de la Educación
(CNTE) le conviene revisar sus formas de lucha y plantear nuevas para hacerse
escuchar y sensibilizar a la opinión pública sobre el riesgo
de la desaparición de la educación pública con la
política del gobierno foxista.
En
los 24 días que los profesores estuvieron en plantón en el
Zócalo capitalino hicieron decenas de marchas, plantones y mítines
que causaron severos problemas viales. Gobernación los denunció
por haber derribado una reja y una cámara del sistema de circuito
cerrado; en tanto, en el Senado rompieron cristales.
Alejandro Leal, secretario general de la sección
22 de Oaxaca reflexiona sobre lo ocurrido: "es incorrecto, pero es a lo
que nos ha llevado la política de oídos sordos y de cerrazón
del gobierno".
El profesor de educación indígena no justifica
la violencia ni está en favor de que la CNTE se reivindique con
ella, pero considera que antes de que los medios de comunicación
y la sociedad los juzguen deben buscar dónde está el origen
de la desesperación de los docentes.
Señala que cuando llegaron a la capital del país,
el 15 de mayo, buscaron manifestarse sin recurrir al bloqueo de calles,
pero esta estrategia no les funcionó. "Fue a partir de este mecanismo
incorrecto (las agresiones en Gobernación) como pudimos lograr que
se atiendieran nuestras demandas".
Víctor Echeverría, dirigente del magisterio
disidente en Guerrero, reconoce que este tipo de acciones los "pone en
conflicto con la opinión pública" y puede desacreditar el
movimiento.
Explica que para evitar la confrontación con la
sociedad, la CNTE tendrá que hacer un análisis autocrítico
de lo ocurrido y buscar con audacia y creatividad nuevas formas de lucha
que permitan a los maestros difundir sus críticas a la política
educativa, y que sus demandas sean atendidas.
Sin embargo, señala que los críticos de
la CNTE deben darse cuenta de que también la actitud "irresponsable
y de exclusión" del gobierno federal es violencia.
"La primera agresión que sufren los trabajadores
y nuestros alumnos es la ausencia de una política de cobertura y
de equidad. El gobierno está permitiendo que las escuelas se caigan,
que los niños no tengan maestros. Eso también es violencia".
Explica que en sus más de 20 años de historia,
la CNTE ha reivindicado el diálogo y la tolerancia, pero en los
años recientes se ha encontrado con una actitud de "puertas cerradas"
que ha exacerbado los ánimos de los educadores.
En opinión de Echeverría, si los sectores
más pobres del Distrito Federal no aplauden estas manifestaciones,
tampoco las reprueban. "Quienes se molestan son los automovilistas en las
grandes zonas residenciales por las que hicimos las marchas".
La disidencia magisterial, señala, no se ha quedado
con los brazos cruzados, y por eso está recurriendo a otras formas
de lucha para sensibilizar a la población sobre sus demandas. Por
ejemplo, este año los contingentes se trasladaron en cinco caravanas
desde sus estados de origen hasta la ciudad de México.
Además, instalaron en el Zócalo un campamento
"por la defensa de la educación pública" que permanecerá
por tiempo indefinido, donde organizarán actos culturales y educativos
y darán cuenta de que los profesores de la CNTE no sólo están
involucrados en protestas políticas, sino en labores educativas
innovadoras.
Eugenio Rodríguez, vocero de la sección
18 de Michoacán, dice que a los maestros sí les preocupa
que por estas acciones se ganen la animadversión de la sociedad,
por eso refiere que en un principio privilegiaron las manifestaciones pacíficas
sin el bloqueo de calles, pero nadie les hizo caso.
Señala que de todos modos los docentes discutirán
lo ocurrido y buscarán "formas más creativas" para expresar
sus demandas e involucrar a la sociedad para que entienda que el problema
de la educación es de todos, y no sólo de los maestros.