Paralizó a la isla la mayor manifestación de rechazo al bloqueo
y a la política de Bush
Millones respaldan reforma que declara "intocable"
el régimen socialista cubano
Fidel Castro encabezó la marcha en La Habana; hubo mítines
en las cabeceras provinciales
Afirma la disidencia interna que esa iniciativa es un "atentado cívico
contra la Constitución"
GERARDO ARREOLA CORRESPONSAL
La Habana, 12 de junio. Cuba quedó paralizada
hoy por millones de personas que salieron a las calles, en la mayor manifestación
popular que se recuerde en el país, en respaldo a una reforma legal
que declara "intocable" el régimen socialista y de rechazo a la
política del presidente estadunidense George W. Bush hacia la isla.
La movilización en la capital, las cabeceras provinciales
y decenas de poblaciones fue también la mayor expresión de
apoyo al gobierno del presidente Fidel Castro desde el triunfo de la revolución
de 1959, y mostró la capacidad y eficiencia de una aceitada maquinaria
organizativa que pudo ejecutar el despliegue en menos de 36 horas.
El blindaje legal del sistema de partido único
y economía estatal y su respaldo masivo son la réplica a
la iniciativa de Bush del pasado 20 de mayo, que condiciona el levantamiento
del bloqueo a re-formas políticas y económicas en la isla
caribeña.
También descartan la apertura sugerida aquí
el mes pasado por el ex presidente estadunidense Jim-my Carter, y provocan
el aborto del Proyecto Varela, una iniciativa de la oposición, respaldada
con más de 11 mil firmas, para someter a referéndum cambios
en el régimen cubano.
El líder abre la marcha
El mandatario cubano convocó personalmente a la
gente a la calle, en cadena nacional de radio y televisión el lunes
pasado, y este miércoles encabezó en La Habana la más
numerosa de las marchas.
La entusiasta columna de hombres, mujeres, niños
y jóvenes tardó cuatro horas y media, de las 8 a las 12:30
horas, para serpen-tear a lo largo de unos 10 kilómetros sobre el
Malecón, la vía rápida que bordea el litoral norte
de la capital nacional.
Castro, en su habitual uniforme militar, caminó
poco más de un kilómetro, desde la parte baja del hotel Nacional
hasta la sede de la Sección de Intereses (oficina di-plomática)
de Estados Unidos.
Ahí alzó la vista hacia el edificio, agitó
una banderita cubana que llevaba en la mano derecha y se unió al
coro que en ese momento gritaba: "¡Abajo la mentira! ¡Viva
el socialismo!" Unos pasos atrás iba su hijo mayor, Fidel Castro
Díaz-Balart.
En un contingente posterior desfiló un compacto
grupo de altos oficiales del ejército, encabezado por el ministro
de las Fuerzas Ar-madas Revolucionarias, el hermano menor del mandatario,
Raúl Castro, y, en una excepcional participación en un acto
público, el ministro del Interior, Abelardo Colomé Ibarra.
El máximo dirigente de la revolución presenció
el paso de la columna desde un templete, ubicado en la Tribuna Antimperialista
José Martí, plaza para concentraciones masivas frente a la
oficina estadunidense.
En un gesto simbólico, niños de primaria
y adolescentes de secundaria animaron el desfile ante los micrófonos,
gritando incesantemente lemas de apoyo al socialismo y de rechazo a Bush.
Los cubanos menores de 35 años, la mayoría
de la población, pudieron haber vivido hoy una jornada particular:
nacidos después de 1967, no conocieron la dictadura de Fulgencio
Batista, la insurrección civil y armada contra ese régimen,
el triunfo de la revolución ni los años cruentos del conflicto
con Estados Unidos.
En cambio, han tropezado sucesivamente con el envío
de tropas a Africa, la perestroika de la Unión Soviética,
el colapso del socialismo, la mayor crisis económica en Cuba y la
limitada apertura a me-canismos de mercado.
Esas generaciones han estado en el foco del interés
de la política emprendida por Castro en los últimos tres
años, llamada "batalla de ideas", un relanzamiento masivo del discurso
político, opacado en la década anterior por la crisis económica.
A tono con el nuevo impulso, los preparativos de la marcha
y su realización aquí transcurrieron en un clima efervescente.
La radio y la televisión detonaron a lo largo del
martes y durante las primeras horas del miércoles un ambiente de
agitación y estímulo a las marchas: en programaciones especiales
alternaban indicaciones, encendidas arengas en defensa del sistema político
y descalificaciones a Bush.
En los tres últimos fines de se-mana el presidente
Castro había respondido al mandatario estadunidense ante concentraciones
de cientos de miles de personas, en las provincias de Sancti Spiritus (centro)
y Holguín y Santiago de Cuba (oriente).
Desde la madrugada de hoy casi toda la franja norte de
la capital quedó inundada de autobuses, camiones y camionetas que
mo-vilizaban a la gente del resto de la ciudad y de la vecina provincia
de La Habana.
En algunas provincias, como Pinar del Río (extremo
occidental) y Villa Clara (centro), las marchas se realizaron bajo lluvia.
El pivote de la movilización fueron los Comités
de Defensa de la Revolución, agrupaciones vecinales que conocen
al detalle el movimiento de cada barrio.
Sistema perenne
El giro cubano se inició el pasado lunes, cuando
ocho organizaciones sociales, con capacidad legal para hacerlo, se reunieron
para proponer a la Asamblea Nacional del Poder Popular una reforma constitucional
para "consignar expresamente la voluntad del pueblo de que el régimen
económico, político y social consagrado en la Constitución
es intocable".
Al concluir la reunión, Castro convocó a
la marcha. El texto de la iniciativa fue difundido en cadena nacional de
radio y televisión y reproducido el martes por el diario oficial
Granma.
Sus promotores son la Central de Trabajadores de Cuba,
la Asociación de Combatientes de la Revolución Cubana, la
Asociación Nacional de Agricultores Pequeños, la Federación
de Mujeres Cubanas, los Comités de Defensa de la Revolución,
la Federación de Estudiantes Universitarios, la Or-ganización
de Pioneros José Martí y la Federación de Estudiantes
de la Enseñanza Media.
La Asamblea Nacional del Poder Popular, que podría
celebrar este mes la primera de sus dos sesiones anuales, aún debe
adoptar formalmente la iniciativa.
En esa forma Cuba respondió a las demandas del
presidente Bush, formuladas el pasado 20 de mayo, de que la isla realice
elecciones pluripartidistas con observación internacional y adopte,
además, reformas capitalistas.
Pero también responde a un discurso de la semana
pasada, en el que el mandatario estadunidense anunció que Washington
lanzará ataques "preventivos y sorpresivos" contra blancos que considere
una amenaza.
La declaración de Bush siguió a acusaciones
de su gobierno, desmentidas por La Habana, de que Cuba desarrolla o puede
fabricar armas biológicas, y a la inclusión de la isla caribeña
en una lista de siete países inculpados de apoyar el terrorismo.
La movilización cubana también se ha llevado
en el torrente el Proyecto Varela, una iniciativa de la disidencia interna
presentada a la Asamblea Nacional del Poder Popular el mes pasado, que
pide convocar a un referéndum para darle garantías de organización
y expresión a los opositores, otorgar amnistía a los presos
políticos, conceder libertad de empresa a los cubanos, modificar
la ley electoral y convocar a comicios generales. La propuesta no fue dada
a conocer públicamente.
Un comunicado de los promotores del Proyecto Varela rechazó
la moción constitucional como un "atentado anticívico contra
la propia Constitución", y la calificó de "gravísimo
acto contra la soberanía popular, típico de los regímenes
fascistas, comunistas y otros de terror, en fase de totalitarismo agonizante''.
Agregó la declaración que "llamamos a las
personas que ostentan el poder a la reflexión, para que actúen
con lealtad y por la vía de la consulta popular devuelvan ese poder
al pueblo".