Asuntos clave no han podido ser conocidos de
modo directo por los coadyuvantes
Entre inconsistencias, la PGJDF se acerca a una conclusión
polémica sobre el caso Digna
Según filtraciones a la prensa, el "suicidio"
de la abogada fue planeado durante años
BLANCHE PETRICH /I
Ayer se cumplieron ocho meses del asesinato de la abogada
defensora de derechos humanosDigna Ochoa. Con un expediente que cuenta
ya con 20 tomos, declaraciones de casi 200 testigos y un avance "de 80
por ciento, aproximadamente", la fiscalía que encabeza el subprocurador
Renato Sales se acerca a una conclusión polémica, por decir
lo menos: la del suicidio.
Sin embargo, las pistas y evidencias que el equipo de
la fiscalía ha puesto a circular en medios de comunicación,
vía las llamadas "filtraciones", han sido sacadas de contexto o
no coinciden con el contenido de las declaraciones ministeriales del expediente
oficial. Otras son, simplemente, falsas.
Algunas
piezas de la investigación, como las periciales de balística
que según el fiscal Sales soportan la hipótesis del suicidio
?trayectoria de las dos balas que penetraron en un muslo y la cabeza de
la víctima? no han sido analizadas por peritos independientes y
no coinciden necesariamente con otras pruebas que deben ser evaluadas científicamente
y en conjunto: la posición en que quedó el cuerpo de Digna,
con la cabeza reclinada sobre un sofá del mismo lado donde recibió
el impacto de la bala y la pierna herida flexionada; el cabello cubriéndole
la cara de atrás hacia delante y el sitio donde quedó ?o
fue colocada? la pistola, debajo de su cuerpo sentado.
Según expertos criminalistas, es cierto que un
suicida puede disparar dos o más veces antes de darse un tiro fatal.
También es un patrón frecuente que en un asesinato, el homicida
dispare tres veces: una para intimidar y controlar a la víctima,
otra en una pierna para inmovilizarla y una tercera en la cabeza para ejecutarla.
La clave para determinar si es suicidio u homicidio es la posición
donde cae el arma. Digna Ochoa estaba sentada sobre la pistola. No hay
una explicación de cómo llegó el arma a ese sitio.
Nomás tres tiros
El abogado Lamberto González estuvo presente el
20 de octubre en el despacho de la calle Zacatecas mientras los agentes
del Ministerio Público hacían las diligencias para encontrar
las balas. Refiere así la escena: "Habían encontrado un casquillo
medio aplastado en el sillón. Dijeron que era el de la pierna. Tardaron
mucho tiempo en encontrar otro, aplastado casi como una corcholata. Dijeron
que ese había pegado en el piso. 'Ya tenemos los tres, el otro está
en la cabeza de la señora', dijeron. Y se mostraron satisfechos.
Esa fue la versión inicial del primer fiscal, Nicolás Chávez:
que primero le dispararon para asustarla, después para herirla y
al final para matarla. Lo que no cuadraba desde el principio era la posición
del cadáver. Insistieron durante mucho tiempo en que nosotros ?Lamberto,
el otro abogado del despacho, Gerardo González, y el médico
Arturo de León? la habíamos movido, hasta que se comprobó
que no fue así. Alguien movió el cadáver antes de
que nosotros llegáramos. ¿Quién fue? Eso es lo que
no han podido averiguar".
Líneas de investigación que pudieran señalar
a los antiguos cuerpos represivos de autores del asesinato permanecen como
secundarias, o francamente desechadas, en la campaña de prensa que
emprendió la propia procuraduría. Otra hipótesis,
la que señala como responsable intelectual del homicidio a un poderoso
cacique de la sierra de Petatlán, Rogaciano Alba (documentada desde
noviembre en Masiosare, suplemento de La Jornada), fue desechada
desde el inicio y ahora es reiniciada prácticamente desde cero,
por la presión de los recientes hallazgos periodísticos en
el entorno guerrerense. Esta vertiente se reanudó interrogando a
los reporteros que hicieron públicas las nuevas evidencias.
Inconsistencias de la hipótesis Sales
Para promover la aceptación de la hipótesis
del suicidio, fuentes cercanas a la Procuraduría General de Justicia
del Distrito Federal han proporcionado a columnistas y reporteros de distintos
medios algunos tips a cuentagotas, que conducirían a "descubrir",
detrás del prestigio de la abogada y de su notable trayectoria como
defensora de grupos perseguidos y vulnerables, una personalidad retorcida
?"compleja", le llaman? capaz de fabricar a lo largo de cinco años
una trama de amenazas y atentados falsos para atemorizar a sus amigos y
compañeros.
No fue del todo vano el cabildeo. En días recientes,
un vespertino encabezaba su edición llamando "neuras" a Digna Ochoa.
"Hay una tendencia muy vieja y muy persistente entre los
agentes judiciales de convertir a la víctima en victimario cuando
se trata de crímenes relacionados con los cuerpos represivos o cuando
la resolución del caso se presenta demasiado difícil", opina
el colega y amigo de Digna Lamberto González Ruiz. "Este parece
ser el caso".
Entre las inconsistencias de las pistas divulgadas, se
afirma que la pistola de la que salieron los tiros mortales era propiedad
de Digna y que le había sido "regalada" por uno de sus hermanos;
que en el despacho de Zacatecas 31, donde fue hallada muerta, no se encontraron
huellas digitales. Vaya, ni siquiera de la misma abogada o de los seis
clientes que la noche anterior estuvieron con ella en ese sitio preparando
una audiencia.
Se dice también que las últimas tres amenazas
de muerte que recibió la abogada, deslizadas en sobres debajo de
su puerta, son "idénticas" a muchas otras denunciadas en años
previos. Sobre las amenazas anteriores, por las cuales Digna y varios colegas
levantaron actas ante la ex subprocuradora Patricia Bugarín, se
integraron seis averiguaciones que sin concluir ni resolver fueron enviadas
a reserva.
Sales y su equipo comentan que, al igual que las anteriores,
las últimas tres amenazas fueron fabricadas por la propia Digna.
No se explica, sin embargo, por qué estas tres amenazas, que no
han merecido mayor seguimiento, registran en los sobres cerrados con saliva
rastros de genotipo masculino.
La abogada Bárbara Zamora, que representa a la
familia Ochoa y Plácido como coadyuvante en la indagatoria, advierte
que, contra lo que marca la ley y lo que asegura el procurador, su equipo
no ha tenido acceso pleno e inmediato a los expedientes. Algo más
grave aún es que los legajos del expediente no están debidamente
foliados ?lo que permitiría a la fiscalía desaparecer o sustituir
una foja por otra? y que varios de los dictámenes periciales más
importantes de la investigación no están debidamente integrados
con el resto de los documentos, sino que son mantenidos en un sitio distinto,
dentro de una caja fuerte y fuera del alcance de los familiares, que deberían
tener acceso a ellos. Así, aspectos clave como el levantamiento
de huellas y pruebas en la escena del crimen no han podido ser conocidos
de manera directa por los coadyuvantes.
Referencias místicas en el método científico
La evidencia del suicidio más vistosa y grotesca
ha sido, hasta ahora, la del "hallazgo" de un ejemplar del librero del
despacho de Zacatecas 31, Antología poética de la muerte.
Sales incluso ha memorizado el verso Santa Rosalía ve a Jesucristo
en el espejo, y gusta de repetirlo. Según la deducción
científica del fiscal, ese texto místico habría inspirado
a la abogada veracruzana en los momentos en que perpetraba su propia ejecución.
La pista fue "descubierta" porque en un librero que siempre estuvo desordenado
?a decir de sus dueños? ese ejemplar en particular fue colocado
en posición horizontal. Al hojearlo, los investigadores encontraron
que el libro se abría "de manera natural" en una página con
un poema sobre la fascinación con la muerte inspirado en la vida
de una mártir cristiana del siglo XII.
Sin embargo Sales sabe desde diciembre que ese libro no
pertenecía a Digna Ochoa y que ésta probablemente ni siquiera
conocía de su existencia. "Todos los libros en este despacho son
míos, incluso ése. Se lo dije a Sales y lo declaré
ministerialmente", afirma el abogado Lamberto González Ruiz, quien
junto con otra penalista, Pilar Noriega, arrendaban desde hace muchos años
ese despacho.
"Declaré, y lo reitero, que ese libro lo adquirí
en un puesto de libros usados en un tianguis hace varios años junto
con otras obras de literatura relacionadas con el tema de la muerte, como
un libro de Elías Nandino, durante una época, ya lejana,
en la que me interesé por ese tema. También declaré
que las anotaciones en los márgenes del poemario seguramente fueron
hechas por anteriores propietarios del libro. Y sostengo que el hecho de
que el libro sobresaliera del resto en el librero es un detalle intrascendente.
No era el único. El librero nunca estuvo bien ordenado."
Nadie sabe de dónde salió un arma inusual
Los peritos y detectives del caso no han podido determinar
de dónde salió la pistola semiautomática checoslovaca
calibre .22, que desde el inicio fue calificada por los expertos de "rara".
No se conoce qué pesquisas se efectuaron ?o si no se realizaron?
para rastrear en el mercado informal de armas cómo pudo llegar una
pistola de ese tipo a una mujer sin experiencia en la materia. Algunos
periódicos han divulgado que según versiones de fuentes "policiacas",
el arma que se accionó contra Digna Ochoa estaba guardada en la
oficina de Zacatecas y que había sido regalo de uno de sus hermanos.
Ninguna de las dos cosas es cierta.
Ismael Ochoa y Plácido, sargento segundo recién
dado de baja en el Ejército, refiere lo siguiente. "En octubre vine
a México ?radico en Puebla? y Digna me invitó a comer en
su departamento. Me platicó de su viaje a Petatlán, del acoso
de los militares, y me dijo: 'Te voy a enseñar algo'. Salió
de la cocina y regresó con algo envuelto en un paño blanco.
'Para mi defensa', me explicó. La revisé, me pareció
rara, bien cuidada. Estaba recién empavonada, hasta pensé
que era nueva. Se la limpié, pero no la desarmé porque es
un arma distinta a las que conozco. Luego se la llevó a guardar
de nuevo. Eso es todo. Ya no la volví a ver.
"El 23 de noviembre me citaron a declarar ante el Ministerio
Público. El encargado era todavía el licenciado Nicolás
Chávez. Sobre la pistola me estuvieron presionando. Me decían:
'Dinos que tú se la diste; a cambio de eso nosotros podemos darles
una información del Centro Pro que les va a interesar'. Yo reiteré
lo que es cierto: no sé a quién le compró el arma
Digna. Yo la vi y la tuve en mis manos, pero no se la regalé."