Comienza José Bové a cumplir condena
Al volante de un tractor y seguido por una larga y colorida caravana de simpatizantes, el líder agrícola y antiglobalización francés José Bové acudió ayer a la prisión donde comenzó a cumplir una pena de tres meses por haber dañado las instalaciones de un McDonald's en construcción. Bové recorrió los cien kilómetros entre su domicilio, en el sur de Francia, y la prisión de Villeneuve-les-Maguelone acompañado por mil ruidosos simpatizantes.
Bové denunció una vez más la decisión de la justicia, que le condena a tres meses de prisión por haber dañado en 1999 las primeras instalaciones de una obra de construcción de un McDonald's en Millau, para protestar por las restricciones estadunidenses a la importación de productos agrícolas franceses. De hecho, según cálculos de sus abogados, Bové sólo pasara "56 días de detención", si se toma en cuenta las reducciones de su condena.
"Tres años después de haber desarmado el McDonald's de Millau, Europa sigue siendo condenada por haber rechazado la carne con hormonas de Estados Unidos", dijo, y agregó que "es el conjunto de la Confederación Campesina y del movimiento ciudadano que va hoy a la cárcel".
Antes de entrar en la cárcel, aclamado por sus seguidores, miembros de su sindicato, la Confederación Campesina, militantes antiglobalización, simpatizantes del Partido Comunista y de los Verdes, e incluso pro palestinos, Bové dijo estar "sereno" y "que el combate proseguía". Señaló que mantendría una huelga de hambre hasta el 14 de julio para apoyar, "desde donde está el movimiento social", a los excluidos, los sin papeles y los menos pudientes. AFP