Rocío Carrillo dirige ese espectáculo interdisciplinario que hoy se estrena
Corpus populi critica un modelo lesivo de mujer
ANASELLA ACOSTA NIETO
Una paradoja en la que todavía no se detiene la crítica progresista da vida al espectáculo interdisciplinario Corpus Populi, montado por el grupo Organización Secreta: los logros del combate feminista cercenados por las multimillonarias industrias cosmética y de productos dietéticos que fabrican un modelo dañino de mujer.
Dirigida por Rocío Carrillo, el grupo estrena función este jueves en el Teatro de las Artes del Centro Nacional de las Artes (CNA) dentro de la Temporada Milenium, con una propuesta que parte del llamado ''teatro personal", dramaturgia que nace de la experiencia particular de actores y directores.
Carrillo comparte la indignación que le provoca la publicidad en la que el cuerpo femenino o la mujer sigue siendo ''tonta, vacua y bien buena". Como ejemplo cita los promocionales de El Palacio de Hierro.
A lo anterior se suma la preocupación de que su hija, de cuatro años, le preguntara sobre las ventajas de ser gorda o flaca y le cuestionara Ƒsoy bonita?, como muestra de que la influencia de los estereotipos empieza a muy temprana edad.
La experiencia de Rocío Carrillo se suma a la de Gabriela Reynoso, protagonista de la obra, quien tuvo una hija adolescente con bulimia.
Por tanto, la crítica del montaje se encamina hacia la publicidad, pues si bien la bulimia y la anorexia tienen diferentes causales sicológicas y neurológicas, explica la directora de Organización Secreta, esto se ve fortalecido por el bombardeo publicitario que promueve una visión estética del cuerpo anoréxico. Así, algunas mujeres creen que ''entre más flacas, ojerosas y pálidas serán más aceptables".
Viaje onírico madre-hija
Hoy persiste una gran paradoja, expresa la directora de Organización Secreta. Por un lado, la lucha feminista tiene grandes avances en lograr la pertenencia de la mujer así misma, como sujeto que toma sus decisiones sin sentir culpa; pero en contrapeso, las industrias cosmética, alimenticia y de productos dietéticos se convierten en poderosas multimillonarias al fabricar un modelo de mujer que se vuelve dañino.
Para ejercer la crítica mediante el arte, Carrillo, Reynoso y Alejandro Juárez trabajaron a partir de un diario de sueños. Carrillo realizó una selección para formar cuadros con realidades en apariencia, independientes unas de otras, pero cuya temática general es el cuerpo y la persona que lo ocupa.
En una de las escenas, explica la directora, hay un hombre que canta semienterrado, cuyo estado anímico fluctúa entre la exaltación y la gran disposición a la vida y una profunda nostalgia e insegur
idad que lo entierra más. Mientras, hay una proyección de lo que ocurre en su mente.
La historia que da contexto al total de la obra es el viaje onírico que realiza Gabriela junto con su hija en el afán de rescatarla de la bulimia, en una escenificación en la que los tiempos se trastocan y la protagonista recorre con su corporalidad diferentes estados emotivos.
El montaje ha sido integrado con un breve texto que alterna con la improvisación. Las técnicas dancísticas, el video y la música -acústica, electrónica y una amalgama de sonidos concretos- son elementos indispensables en la construcción de esta ''dramaturgia colectiva".
La escenografía, que consiste básicamente en una tela gigante, fue diseñada por Juan Manuel Marentes. La música para el violonchelo en vivo fue escrita por Betsy Pecanins; la electrónica es original de Paolo Marcellini.
(Funciones en el Teatro de las Artes, en Churubusco y Tlalpan, colonia Country Club, hoy y mañana a las 20:30 horas; sábado a las 19 y domingo a las 18 horas.)
