Eduardo Galeano
Irse
Esta mujer quiere trabajar, que es por necesidad y no
por tendencia al vicio, y no tiene más remedio que irse. Se marcha
al norte, a riesgo de morir de bala o sed en la travesía de la frontera,
y dice adiós a sus hijos, queriendo decirles hasta luego.
Ya yéndose de Oaxaca, se arrodilla ante la Virgen
de Guadalupe, en un altarcito de paso, y le ruega el milagro:
-No te pido que me des. Te pido que me pongas donde
hay.