El autor de Vísperas dedica la distinción a su hermano Eliseo Diego
''La literatura es variable y la poesía eterna''
CESAR GÜEMES ENVIADO
Guadalajara, Jal., 8 de julio. Con todo y las dificultades técnicas, siempre presentes cuando la distancia está de por medio, finalmente se escuchó del otro lado del teléfono la voz todavía recia de Cintio Vitier. El poeta, autor de Vísperas, La luz del imposible, Nupcias y Dama Pobreza, entre una docena de poemarios más; el ensayista, con títulos como Experiencia de la poesía, Temas martianos, Para una historia de la eticidad cubana, Para llegar a Orígenes, y el muy reciente, Resistencia y libertad; el narrador: Los papeles de Jacinto Finalé, Rajando la leña está y Cuentos soñados; y el traductor de Las iluminaciones, de Arthur Rimbaud.
-ƑCómo está, maestro?
-Con una enorme emoción -respondió desde la isla el escritor-, porque además recuerdo de manera entrañable el Premio Rulfo que le confirieron a mi hermano, Eliseo Diego, en 1993. Ahí estuve, compartiéndolo con él. Para mí este reconocimiento era desde entonces muy apreciado. Es más, desearía, si esto fuera poéticamente posible, dedicárselo a la memoria de Eliseo. Para un cubano un premio que otorga México tiene un enorme significado. Esas son las palabras que tengo por ahora al respecto. Sólo por ahora.
-ƑCómo siente que es su relación con el trabajo literario de Rulfo?, Ƒes alguien cercano a su quehacer?
-Creo lo mismo que pensaba mi hermano Eliseo Diego, que alguna vez lo dijo también, que la obra de Rulfo, más que literatura, es poesía. Siempre distingo entre literatura y poesía: la literatura es variable, la poesía es eterna. Los libros que constituyen la obra de Juan Rulfo son de una inspiración poética evidente, lo cual desde luego no niega la calidad narrativa que poseen. Pedro Páramo y El llano en llamas son una especie de visión absoluta de la realidad humana, la vida y la muerte, el anverso y el reverso. Y digo que tuvo la suerte de escribir sólo estas dos obras relativamente breves y al mismo tiempo intemporales.
Crédito a Fina García Marruz
-Más allá de sus coincidencias con Eliseo Diego, de grata memoria en México, Ƒesperaba dentro de los múltiples reconocimientos a su obra el premio Rulfo?
-La verdad es que estaba ausente de esa situación -dice muy en cubano- no esperaba nada semejante. Ha sido una conmoción, me cuesta trabajo asumirlo a cabalidad. Pienso que me quedan unos cuantos meses para acostumbrarme a la idea, antes de que se entregue el galardón. Espero que Dios me permita salud para estar en México y recibirlo. Quisiera apuntar que este premio es también para Fina García Marruz, mi esposa, porque los dos hemos recibido la noticia con una profunda gratitud. Ella es mejor escritora que yo, mejor poeta que yo y mejor martiana (de Martí) que casi cualquiera. Sin ella yo no sería nada.
-De algún modo el premio reconoce el trabajo realizado por usted dentro de grupos y revistas literarias como Orígenes. ƑEstá de acuerdo?
-Bueno, mi esposa y yo formamos, en efecto, parte del grupo Orígenes, que encabezó José Lezama Lima. Esto ha tenido cierta trascendencia en la literatura cubana y latinoamericana porque todavía los que restamos vivos continuamos con nuestros proyectos, escribimos, publicamos, damos nuestros puntos de vista y participamos tanto como nos es posible de la vida cultural.
-ƑCómo es hoy su vinculación con la literatura mexicana?
-Pues en las últimas décadas hemos vivido un tanto aislados. Sin embargo, mi conocimiento de las letras mexicanas se relaciona sobre todo con la poesía, que para mí llegó a su plenitud con Octavio Paz, a quien tuve el honor de conocer allá por 1949, en París, y a partir de ese momento tuvimos una amistad y un epistolario que siempre agradecí. En fin, puedo decir que aquí a mano tengo la famosa antología Laurel, que consigna a varios de mis poetas preferidos de México. En cuanto a los pensadores, recuerdo con especial cariño a don Alfonso Reyes y José Vasconcelos, quien por cierto estuvo en mi casa, en Matanzas. El caso es que con este viaje a México espero ponerme al día con los escritores más jóvenes.
-En fecha muy reciente hubo un diferendo entre los presidentes de Cuba y México. Hoy usted obtiene el Rulfo. ƑCuál cree que serán a partir de ahora las relaciones entre los creadores de ambos países?
-Creo que la amistad entre los intelectuales mexicanos y cubanos está por encima de cualquier incidente posible. Me parece que el pueblo de Cuba lo siente así, y puedo pensar que lo mismo le ocurre a los mexicanos. La cercanía que tenemos va más allá de las discrepancias, que a veces son legítimas y debemos respetar.