MEXICO S.A.
Carlos Fernández-Vega
MUCHOS SECTORES DE la opinión pública estadunidense reaccionaron con escepticismo al mensaje que el martes difundió el presidente George W. Bush sobre lo que definió "la nueva era de la ética en los negocios y la responsabilidad empresarial".
NO ES PARA menos. La desconfianza se apuntala cuando se sabe que el propio mandatario estadunidense y el grueso de los integrantes de su gabinete registran un pasado inmediato estrechamente ligado a un selecto grupo de poderosos consorcios privados, que hoy -en la mayoría de los casos- son investigados por la justicia de aquel país por prácticas contables, fiscales y empresariales poco transparentes, por no decir fraudulentas, como las cuestionadas anteayer por el presidente Marlboro.
UN CASO CONCRETO es el del actual vicepresidente de Estados Unidos, Dick Cheney, quien de 1995 a 2000 fue ejecutivo en jefe de la trasnacional Halliburton, la mayor proveedora mundial de productos y servicios para las industrias petrolera y energética, y una de las 20 primeras contratistas del sector defensa -a nivel internacional-, cuyos contratos con el Pentágono sumaron 650 millones de dólares en 1999, poco más de un año antes de que este personaje -también secretario de Defensa en el gobierno de George Bush padre- asumiera su cargo. Ahora, en plena recesión, entre los pocos sectores económicos que reportan crecimiento en Estados Unidos se cuentan, precisamente, los asociados con el aparato guerrero.
LA FUNDACION DE Halliburton se remonta a 1919, y se ha convertido en una de las más importantes proveedoras de productos y servicios para las industrias petrolera y energética, que emplea a 85 mil personas en alrededor de cien países, por medio de sus dos grandes grupos operativos: la propia Halliburton (que entre otras cosas se dedica a explorar, explotar y refinar mantos y productos petrolíferos, así como edificar y operar la logística de "monumentales proyectos de infraestructura para operaciones militares", de acuerdo con su propia versión) y el consorcio KBR (gran constructora, productora y operadora de plantas de gas natural y gasoductos). Entre sus subsidiarias se cuentan E&C, Brown & Root, Dresser Industries, M.W. Kellogg, Landmark Graphics Corporation, Wellstream y asociaciones con Bredero-Shaw, Enventure, Well Dynamics y Halliburton Subsea.
OBVIAMENTE HALLIBURTON y subsidiarias operan en México, y sus oficinas se localizan no en las depauperadas y amplias áreas agrícolas del territorio nacional, sino, por una casualidad, en las grandes zonas petroleras y gaseras. La principal se encuentra en Villahermosa, Tabasco, pero también está representada en Ciudad del Carmen, Campeche; Poza Rica, Veracruz; Reynosa, Tamaulipas; Reforma, Chiapas (KBR); Monterrey, Nuevo León, y en el Distrito Federal (KBR-Landmark Graphics). Lo más seguro es que los contratos de servicios múltiples que promueve el director general de Pemex, Raúl Muñoz Leos, estarán al alcance de esta recta y transparente trasnacional, sin mencionar el esquema Pidiregas.
EL HECHO ES que de tiempo atrás la empresa Halliburton y, junto a ella, el ahora vicepresidente de Estados Unidos han sido severamente cuestionados por probables prácticas fraudulentas y señalados como responsables de defraudar a los accionistas. De tiempo atrás, también diversas instancias han procurado sentarlos en el banquillo de los acusados, pero los intentos, hasta ahora, han sido infructuosos. De hecho, en mayo pasado la propia trasnacional reconoció que la comisión de valores de Estados Unidos (SEC, por sus siglas en inglés) estaba investigando la forma en la que la empresa había contabilizado ciertos costos relacionados con trabajos de construcción.
SIN EMBARGO, AYER el grupo Judicial Watch presentó una demanda civil en la corte federal de Dallas, donde tiene su sede Halliburton, en la que sostiene que Dick Cheney, la trasnacional y la ya famosa firma de auditoría Andersen -que daba generoso servicio a Enron- "defraudaron a los accionistas en cuestiones de contabilidad... Mientras Cheney era el jefe de Halliburton, él y otros directores de la compañía inflaron las cifras de facturación, lo que hizo subir -de manera ficticia- el valor de las acciones de la firma", de acuerdo con un reporte de Reuters.
JUDICIAL WATCH, organización dedicada a combatir la corrupción gubernamental, sostiene que cuando Cheney la manejaba, la empresa -con sede en Texas- registró en sus libros como ingresos un monto de dinero que aún no había recibido, relacionado con contratos que todavía eran "especulativos" y estaban en disputa. "Exageraron su facturación por decenas de millones de dólares y esto es una estimación por lo bajo... El aumento artificial de la facturación resultó a partir de algunos cambios contables que el consorcio nunca hizo públicos, tal como requiere la ley, y que inflaron el precio de las acciones."
LA DEMANDA FUE presentada ante la corte federal de Dallas, en nombre de dos accionistas de Halliburton que perdieron "mucho dinero", aunque Judicial Watch no especificó el monto que se pretende obtener con el recurso legal interpuesto. "Buscamos una compensación de millones y millones de dólares... y castigar a la gente involucrada en la acusación."
LA CASA BLANCA, por medio de su portavoz Ari Fleischer, difundió que había hablado con la oficina de Cheney y que "ellos piensan que la demanda no tiene mérito... La SEC desarrollará la investigación de Halliburton hasta donde le lleve, y descartó cualquier sugerencia de que los investigadores podrían resultar presionados para retroceder en caso de que el vicepresidente estuviera implicado en irregularidades".
EL PRESIDENTE BUSH cuenta, en el caso de Halliburton-Cheney, con una excelente oportunidad para demostrar a los 60 millones de inversionistas registrados en Estados Unidos y a los cada vez más nerviosos mercados financieros y bursátiles internacionales que su intención de inaugurar "la nueva era de la ética en los negocios y la responsabilidad empresarial", así como de "aplicar la ley", es real y no un simple recurso retórico para silenciar el escándalo provocado por las acciones fraudulentas de sus amigos y financieros de campaña, y no verse afectado en las próximas elecciones legislativas de noviembre.
Las rebanadas del pastel:
LA SIGUIENTE EN el orden al bat: La compañía estadunidense de telefonía local Qwest Communications International, cuarta en importancia y con sede en Denver, Colorado, reconoció ayer que la fiscalía de Estados Unidos inició una investigación penal en su contra, aunque aseguró "desconocer el motivo". Las acciones del consorcio se desplomaron una vez divulgada la noticia y llegaron a perder 40.38 por ciento de su precio en la Bolsa de Valores de Nueva York. Qwest tiene una deuda de 26 mil millones de dólares... SI TIENE UNA silla, úsela: el presidente de la Comisión Nacional de Salarios Mínimos, Basilio González Núñez, estimó que se requieren más de tres décadas para recuperar el poder adquisitivo que los salarios mínimos tenían en 1976, siempre y cuando haya un crecimiento real del salario de 2 por ciento anual.
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