Falló el intento de que sus actos fueran encubiertos por la impunidad
perpetua
La memoria popular venció a los represores que
apostaron al olvido, afirma Poniatowska
ANDRES MORALES Y DAVID CARRIZALES CORRESPONSALES
Los responsables de la guerra sucia en México
apostaron al olvido para que sus actos fueran encubiertos por la impunidad
perpetua, pero no contaron con la memoria popular, que aun con el tiempo
transcurrido se resistió a dormirse y hasta el momento recuerda
a cada uno de los asesinos de sus hijos, expresó ayer en Veracruz
Elena Poniatowska.
En entrevista concedida a una radiodifusora del estado,
la escritora consideró que es un signo de "justicia pública"
obligar al ex presidente Luis Echeverría Alvarez a comparecer ante
los tribunales judiciales por su responsabilidad en las matanzas de 1968
y 1971, así como enfrentarlo a la opinión pública.
"Independientemente de los posibles resultados de la investigación
o castigos penales, la gente demostró que nunca olvidó y
recuerda a Echeverría como un asesino, desfachatado y represor;
ése es el castigo popular."
La autora de La noche de Tlatelolco agregó
que tanto la comparecencia del ex mandatario como el reconocimiento oficial
de que existió represión sistemática a los movimientos
sociales en México son hechos sin precedente en la historia nacional.
"Lo que está sucediendo no tiene antecedentes,
porque en México los funcionarios, y sobre todo los presidentes
y ex presidentes, eran intocables, nunca se les acusaba de nada, sólo
se murmuraba, pero legalmente jamás se les había acusado.
(...) Echeverría jamás pensó que las represiones del
2 de octubre de 1968 y del 10 de junio de 1971 tendrían repercusiones
a lo largo de los años y tuvo que enfrentar abiertamente lo que
en silencio se murmuró durante más de 30 años: los
calificativos de asesino, cínico, desfachatado y represor."
Añadió que la muchedumbre que endilgó
al ex presidente el calificativo de "provocador" también recuerda
que Echeverría siempre ha tratado de reivindicar su imagen tras
la guerra sucia, y de eso también hablan varias situaciones
pasadas, como cuando ingresó a Ciudad Universitaria y fue recibido
a pedradas.
Al igual que Echeverría, abundó, todos los
gobernantes involucrados en los actos de barbarie y en la represión
de movimientos populares apostaron al olvido y esperaron que el halo de
impunidad encubriera perpetuamente sus acciones.
"En 1968 no hubo reacción inmediata, pues la gente
se sentó frente a sus aparatos de televisión a ver las Olimpiadas,
y entonces pensaron que la matanza no iba a trascender, pero no imaginaron
que sexenio tras sexenio sería la pregunta al rojo vivo que se haría
a cada uno de los presidentes."
Agregó: "la memoria del pueblo se impuso a los
intentos de olvido y esos acontecimientos han sido definitivos en la vida
política y social del país".
Este lunes informarán médicos sobre la
salud de Martínez Dominguez
Por otra parte, en Nuevo León, el cardiólogo
José Luis Assad Morel y Homero Cantú, médico de cabecera
del ex regente capitalino Alfonso Martínez Domínguez, darán
a conocer este lunes un dictamen sobre las condiciones de salud del político,
y si es posible que comparezca en la ciudad de México ante la Fiscalía
Especializada en Movimientos Sociales y Políticos del Pasado, o
si, por el contrario, por conducto de su defensa solicitará que
se le permita declarar en su domicilio o por escrito sobre los hechos del
Jueves de Corpus.
Salvador Pérez Chávez, vocero del también
ex gobernador de Nuevo León, informó lo anterior, e indicó
que el sábado por la noche Martínez Domínguez retornó
a su casa ubicada en la colonia Bosques del Valle, en Monterrey, luego
de permanecer "una semana en reposo" en su finca El Aguacate.
Agregó que a pesar de que lo observó más
"recuperado", aún se ve débil, y sólo los médicos
dirán si es posible que pueda comparecer ante la fiscalía
especial.
El vocero de Martínez Domínguez dijo que
éste mostró buen humor, platicó con todos sus hijos
y confirmó sus intenciones de acudir a la ciudad de México
a declarar sobre los hechos del 10 de junio de 1971.
Sin embargo Pérez Chávez añadió
que, en su opinión personal, las condiciones de salud del ex regente
no le permitirán comparecer, y que por eso la familia pensó
que lo mejor es que los médicos sean quienes respondan a las preguntas
de los representantes de los medios de comunicación en torno a si
es posible que viaje en avión y por cuánto tiempo podría
estar en un interrogatorio judicial.