ENTREVISTA
Ricardo García Sáinz, ex director del
Seguro Social
La crisis del IMSS sí tiene solución
ANGELES CRUZ
Para Ricardo García Sáinz, la crisis del
IMSS tiene solución. Implica aumentar las cuotas obrero-patronales,
modificar el contrato colectivo de trabajo y, sobre todo, rescatar la capacidad
de la institución como organismo asegurador. El proceso deberá
ser gradual. Tal como está actualmente "es insostenible".
Admite que en la época de bonanza económica
hubo errores de cálculos en las reservas, los cuales pueden corregirse
para subsanar el pasivo que tiene el IMSS en su carácter de patrón.
Pero también deberá cambiar el régimen de jubilaciones
y pensiones de sus trabajadores, y adecuarse a la nueva realidad demográfica
del país.
En entrevista con La Jornada, el experto también
señala el deterioro continuo en la calidad de la atención
médica. Es consecuencia, dice, de la caída a la cuarta parte
del valor real de los salarios a partir de 1982, así como de la
negligencia y omisiones deliberadas de que ha sido víctima para
no aportarle recursos económicos.
Califica de "grandes mentiras" las reformas que se hicieron
en 1997 a la Ley del Seguro Social y la realizada en diciembre pasado,
pues han sido de carácter financiero y nunca han tenido como objetivo
el bienestar de los trabajadores.
García Sáinz conoce muy bien la estructura
y la problemática del órgano de seguridad social más
importante del país. Más de 20 años de su historia
en la administración pública se escribieron ahí. En
una primera etapa (1965-1978), con responsabilidades cercanas a la dirección
general. A partir de 1982 y hasta 1991, como titular de la institución.
A García Sáinz le tocó la creación
y fortalecimiento de los 10 centros médicos nacionales con que cuenta
el IMSS, luego de que el ahora Centro Médico Nacional Siglo XXI
fue reconstruido en su totalidad. Los sismos de 1985 lo habían dejado
inservible.
El supuesto equilibrio, con cargo a los derechos de
los trabajadores
-¿Cómo evalúa la actual situación
del IMSS? -se le pregunta.
-Su situación financiera no es desahogada. Ha habido
un supuesto equilibrio que se ha logrado desde hace varios años
con cargo a los derechos de los trabajadores y sus familias. Los diversos
seguros, servicios y el pago de pensiones han cargado con el ajuste presupuestal,
con el consecuente deterioro de la calidad de los servicios. La eficiencia
y la oportunidad se han visto brutalmente afectadas. Prueba de ello es
que frente al crecimiento de la población, la infraestructura -que
determina la capacidad de atención- se ha mantenido estática.
-¿Por qué el seguro de enfermedades y maternidad
es deficitario?
-Cuando
nace el IMSS se establece que los excedentes de las cuotas para las pensiones
se inviertan en la construcción de infraestructura. Los centros
médicos, clínicas y hospitales eran propiedad de los seguros
diferidos y debieron tener un rendimiento que no se fijó por insuficiencia
estructural de las cuotas del seguro de enfermedades generales y maternidad
(SEM). Esta, a su vez, obedece a todo un fenómeno de contención
y a una serie de omisiones graves.
"La primera fue ampliar la cobertura a la esposa y a los
hijos, sin modificar el valor de las cuotas. Después se establecieron
topes a las cotizaciones, y durante muchos años los incrementos
salariales no se reflejaron en aumento de cuotas.
"La reforma a la ley de 1973 corrige esta ficción,
que devengaba grandes beneficios al sector empresarial. Se establecieron
las cuotas con base en un porcentaje del valor de los salarios, pero otra
vez se puso el tope de 10 veces el salario mínimo. Posteriormente
se amplió a 25. Entonces, igual que ahora, era fundamental contar
con un volumen mayor de contribuciones."
-¿Cuándo se agudiza el problema financiero?
-Empieza en 1982, con la caída del valor real de
los salarios y la insuficiente generación de empleo. Desde entonces
el valor real de los sueldos bajó a la cuarta parte y, por lo tanto,
los ingresos de la institución para el SEM se redujeron en la misma
proporción. Es un ajuste muy grande, demoledor, sobre el valor de
las contribuciones. Esto, unido a que la tasa de generación de empleo
no crecía, determinó que en estos 20 años el IMSS
haya tenido una pérdida ininterrumpida de ingresos.
-¿Qué pasó en la reforma a la ley
de 1997?
-La reforma tenía propósitos financieros.
No tuvo nada que ver el bienestar de los trabajadores. El diagnóstico
de 1995 habla del déficit del SEM. El ex presidente Ernesto Zedillo
inventa dos grandes mentiras. Una, que se restituiría la capacidad
del SEM y se le darían ingresos adicionales. No fue así.
Los ingresos que ahora tiene el SEM, conforme a la nueva distribución
de las cuotas, son en pesos, los mismos que antes de la reforma legal,
pero con un costo adicional al erario de unos 40 mil millones de pesos
al año. En un acto de soberbia el gobierno asumió la contribución
que históricamente correspondía a los patrones y, en menor
medida, a los trabajadores. Hasta entonces la cuota del gobierno era de
5 por ciento del salario del empleado y se incrementó siete veces.
"La otra gran mentira fue que con el sistema de Afores
las pensiones serían dignas, pero lo cierto es que los trabajadores
recibirán pensiones con un valor real menor a las del régimen
solidario.
"Aunque también se habló sobre la problemática
de la contratación colectiva y la marcha del instituto, el tema
se les olvidó y ahora el valor de los pasivos del régimen
de jubilaciones y pensiones (RJP) es uno de los aspectos de la problema
institucional.
"Además, en la ley que entró en vigor el
1 de julio de 1997, el gobierno asumió la obligación de pagar
el costo de las pensiones durante el proceso de transición del sistema
solidario al sistema de ahorro individual. Por eso la erogación
federal por el IMSS y el subsidio del ISSSTE es superior a 90 mil millones
de pesos."
-Se ha dicho que enfermedades como la diabetes, el cáncer
y el sida han tenido un peso importante en la actual situación.
-No, lo que ha pesado es la negligencia, la omisión
deliberada de no darle recursos al instituto. Responde a un modelo para
quitar responsabilidades al Estado. Según eso, la gente debe tener
lo que logre a partir de su esfuerzo personal. El país debe estar
basado en la teoría de sálvese el que pueda.
-¿Cuál era la situación financiera
del IMSS durante su gestión?
-En la primera etapa fue de gran crecimiento. Consolidamos
la seguridad social aprovechando la inmensa capacidad instalada. Se incorporaron
muchos asegurados. Fue una época de bonanza relativa. Se inauguraron
los centros médicos y la medicina de excelencia.
"A partir de 1982, con la crisis, fue distinto, pero teníamos
algunos márgenes. Recién concluido el sexenio de José
López Portillo había recursos por el auge petrolero. Se hicieron
muchas inversiones y otra vez se fortaleció la planta básica
del IMSS.
"Todavía no comenzaba la caída del valor
real de los salarios. Estaban en el punto más alto. Valían
cuatro veces más que ahorita. Aun cuando no se generaban los empleos
necesarios y no había suficientes divisas, se buscaba el crecimiento
y fortalecimiento de la seguridad social."
-¿Se veía desde entonces el peso que en
el futuro tendría el contrato colectivo de trabajo (CCT) del IMSS?
-Claro. Los regímenes especiales de jubilaciones
existían en el Seguro Social, la banca de desarrollo, Pemex, la
Comisión Federal de Electricidad, dentro de una lógica distinta
a la actual. En aquella época se pensaba que si alguien había
dedicado 28 años de servicio, 27 si era mujer, tenía derecho
a una pensión completa. Las expectativas de vida eran menores. Hoy
es de 73 años, en promedio, y tiene que haber cambios. El mismo
presidente Vicente Fox ha dicho que estos regímenes de excepción
son insostenibles.
-¿Modificar el CCT?
-Sí, modificar el contrato, pero de todos los regímenes
de jubilación de excepción, de acuerdo con la nueva realidad
demográfica del país. Se debe terminar con los abusos históricos
y establecer edad mínima de jubilación, tiempo de disfrute,
monto de contribuciones a dar, número de beneficiarios, base de
cálculo de los retiros, dinamismo de la pensión; si ésta
debe mantenerse en el valor real del último salario, y que ya no
se le den al pensionado los incrementos de productividad que gana el trabajador
en activo. Se puede hacer con gradualismo.
Hay tiempo para solucionar el problema
-¿Es cierto que no habrá dinero suficiente
para que el IMSS cumpla sus obligaciones como patrón?
-Ahorita puede empezar a recomponer el pasivo que se generó,
sí, para la construcción de clínicas y hospitales.
Tal vez hubo errores de cálculos en las reservas, pero hay tiempo
para solucionarlo, porque no es un problema que se vendrá de golpe.
Las jubilaciones de los trabajadores ocurrirán en el transcurso
de los próximos años. Ya que (las actuales autoridades) han
señalado la crítica situación, pueden empezar a resolverla.
-¿Cómo debe resolverse?
-Lo primero es rescatar al IMSS en su capacidad de organismo
asegurador frente a terceros, y para eso no hay más remedio que
pagar mayores cuotas por la seguridad social. Las soluciones tienen que
ser graduales.
-Una propuesta de este tipo generaría inconformidad
social.
-La pregunta, entonces, sería si creemos que los
trabajadores y sus familias tienen derecho a la protección o no.
Si la respuesta es sí, el mejor camino son las instituciones públicas,
porque son más eficientes, menos onerosas que las privadas. Pero
tenemos que darles plena vigencia con dinero que les permita hacer frente
a sus compromisos con el exterior.
-¿Se necesita una nueva reforma a la ley?
-Sí. La que se hizo en diciembre pasado tuvo como
objetivo convertir al instituto en organismo fiscal autónomo, pero
no abordó los temas torales. Por eso en un artículo transitorio
se exige al IMSS que antes del 15 de octubre presente una fórmula
para mejorar la prestación de servicios médicos y dar pensiones
dignas.