Amenaza el procesado: "veremos si quien quiere matarme no muere antes que
yo"
Condenan a muerte al asesino convicto de Pearl
Otros tres acusados recibieron pena de 25 años de prisión
por el homicidio del periodista
ROBERT FISK THE INDEPENDENT
Islamabad, 15 de julio. Morirá en la horca.
Pero el asesino convicto de Daniel Pearl tiene su propia amenaza para el
tribunal secreto iraní que lo sentenció el lunes por el asesinato
del reportero del Wall Street Journal. "Veremos si quien quiere
matarme me mata primero, o si él muere antes", advirtió Ahmed
Omar Saeed Sheikh al juez Ashraf Ali Shah en el sótano de la cárcel
de Hyderabad. "Me defendí en juicio sólo por complacer a
mi padre... ya lo he dicho antes, todo este proceso es una pérdida
de tiempo... es una guerra decisiva entre el Islam y los infieles..."
Pero
la amenaza de muerte del prisionero, nacido en Gran Bretaña, fue
sólo el episodio más extraño de un juicio raro, singular
y -como la defensa ha afirmado constantemente- muy injusto. Se llevó
a cabo en secreto, en el búnker del penal de Hyderabad. No se permitió
que los reporteros presenciaran el proceso, que duró 13 semanas.
El cuerpo que, según se dijo, era de Daniel Pearl, fue desenterrado
en un suburbio de Karachi el 17 de mayo, pero jamás fue identificado
formalmente. Incluso los resultados del análisis de DNA practicado
en los restos se mantuvieron en secreto. Se enviaron muestras de DNA tanto
a laboratorios paquistaníes en Lahore como de Estados Unidos, sin
embargo, ni unos ni otros han informado lo que encontraron. ¿Por
qué?
Pocos occidentales, por supuesto, dudan que Omar Sheikh
haya participado en el asesinato de Pearl, si bien ya estaba en custodia
cuando el consulado estadunidense recibió un video que mostraba
cómo una mano anónima rebanaba con un cuchillo la garganta
del reportero. Incluso un taxista afirmó que vio a Sheikh salir
en automóvil de un restaurante de Karachi con Pearl el 23 de enero,
cuando el reportero realizaba un reportaje sobre extremistas islámicos,
aunque más tarde se retractó de su testimonio. Otros tres
hombres acusados junto con Sheikh fueron condenados a 25 años de
prisión. Uno de ellos, Fahad Nassem, tenía una laptop
en la que, según agentes de la FBI, envió por correo electrónico
fotografías de Pearl con una pistola en la sien. Otros seis hombres,
entre los que presuntamente figuraría el que lo degolló,
siguen en espera de sentencia.
Proceso irregular: defensa
Con todo, Moshin Imam, abogado de Omar Sheikh, impugnó
el veredicto con base en irregularidades de procedimiento, más que
en la inocencia de su cliente. El juez observó el video pero en
el derecho paquistaní, según el abogado, no se puede presentar
un video en la corte sin la presencia de la persona que lo tomó,
lo cual era imposible porque el asesino material no había sido capturado.
Shaik fue mantenido ilegalmente en custodia antes de permitirle tener acceso
a un abogado, dijo Imam, lo cual dio tiempo a la policía de arrancarle
una confesión a golpes. Fue condenado sólo porque Pakistán
quería congraciarse con Estados Unidos.
Sin embargo, la amenaza de muerte de Sheikh en la sala
del tribunal -sin mencionar su participación en el asesinato de
tres británicos en India en 1994 y su liberación de la cárcel
tras el secuestro de un avión de Air India que volaba a Kandahar,
cinco años después- sugiere que hacía mucho más
de lo que su padre Saeed afirmó ayer: organizar un grupo de la sociedad
civil que brindaba ayuda a los pobres. También él aseguró
que Estados Unidos, que apoyó a los combatientes afganos en su guerra
original contra la Unión Soviética, había ordenado
que fuera condenado. "Esos guerreros sagrados eran las niñas de
sus ojos", señala. "Hoy son manzanas podridas."
El miedo sentó sus reales en este caso incluso
antes de la amenaza de Sheikh al juez. El juicio se llevó a cabo
en Hyderabad, a 320 kilómetros de Karachi, por miedo de que los
fiscales fueran asesinados. Los científicos forenses se negaron
en un principio a participar en la exhumación legal en Karachi por
miedo de que también a ellos los mataran. El cuerpo estaba enterrado
en el jardín de una guardería de Sohrab Goth, suburbio donde
viven miles de refugiados afganos.
Lo que encontraron era casi tan estremecedor como el video.
Según una fuente de la policía paquistaní, los desenterradores
encontraron que el cuerpo había sido desmembrado en diez partes.
Estaba colocado boca arriba, con la cabeza cercenada puesta en ángulo
recto sobre la base del cuello. Los brazos habían sido separados
de los hombros, ambas piernas habían sido amputadas desde la cadera
y quebradas de las rodillas abajo. El pie izquierdo se había separado
también a la altura del tobillo. En la tumba la policía halló
tres trozos de cuerda verde, píldoras para la diarrea, dos asientos
de automóvil, tres bolsas de plástico manchadas de sangre
y un jirón de tela que podría proceder del traje que llevaba
Pearl en las fotos enviadas por correo electrónico. Patólogos
paquistaníes estimaron que el hombre fue asesinado el 29 o 30 de
enero, por lo menos cinco días antes de que Sheik fuera arrestado.
Su abogado, Imam, presentará una apelación
de la sentencia de muerte. Por su parte, el fiscal Raja Qureshi impugna
las sentencias de 25 años, que considera benignas, y exige la pena
capital para los tres hombres. Pero en Pakistán la justicia avanza
en formas extrañas. Las apelaciones ante un tribunal tardan 18 meses
en llegar a una audiencia -y si es necesario se elevan hasta la Suprema
Corte-, si bien ayer las autoridades paquistaníes insinuaban que
todo podría quedar concluido en 15 días. Los estadunidenses
querían que Sheikh fuera extraditado para interrogarlo sobre sus
contactos con Al Qaeda, pero Pakistán rechazó la solicitud.
Algunos creen saber la razón: Omar Sheikh podría revelar
a los estadunidenses los vínculos entre Al Qaeda y la propia organización
de inteligencia paquistaní.
© The Independent
Traducción: Jorge Anaya