La cámara es elemento esencial en esta cinta

Pretendemos que Tiempo real tenga carácter de cine de arte: Stieglitz

JUAN JOSE OLIVARES ENVIADO

Jalapa, Ver. Hugo Stieglitz es un experimentado actor bilingüe que ha participado en más de 180 filmes. Es duque del videohome (habría que preguntar a los Almada y a Jorge Reynoso quién es el rey), interviene en tres o cuatro al mes. Produce y actúa a la vez y puede presumir que una de sus "cintas favoritas", Robinson Crusoe, se ha traducido a 30 lenguas y que en muchas escenas él hizo la acción sin dobles. Pero más que todo eso, Stieglitz, profesional de la ingeniería y de ascendencia austrohúngara, es un bohemio y un personaje aventurero que goza, entre otras cosas, de divertirse mientras filma ("no hay porqué no hacerlo, no es una reclusión", dice). De sus experiencias mientras maneja en carretera, pero sobre todo, de producir a jóvenes y entusiastas realizadores, como Fabrizio Prada con su proyecto fílmico Tiempo real, trata esta entrevista.

La interlocución con Stieglitz es de dos días. Empieza desde el traslado del Distrito Federal a Jalapa, en su camioneta; continúa en un hotel céntrico jalapeño del siglo XIX y finaliza en un tradicional antro de la ciudad veracruzana.

"Desde que filmé Robinson Crusoe (1968), que produje y actué, supe que lo mío era el cine de acción. Cuando llegó el proyecto de Tiempo real a mí, en la Muestra de Cine de Guadalajara, supe que era una aventura más. Percibí, luego de ver un primer ensayo, que con poca producción había la posibilidad de hacer una gran película con una toma de 86 minutos. Yo nunca había pensado porque había limitaciones técnicas. Sentí que haciéndola con buenas bases cinematográficas, podía crecer. Convine con Fabrizio en que él dirigía la puesta y yo diseñaba la logística. Era como un diamante que había que pulir."

Stieglitz habla con bases. Ha trabajado con personalidades como John Huston (Bajo el volcán), Sean Connery, Umberto Lenzi, Paco Rabal, Albert Finney, Barbara Carrera, Jaqueline Bisset, Pedro Armendáriz, Emilio El Indio Fernández, entre otros.

Afirma: "La cámara, elemento esencial en Tiempo real, es un personaje más en el cine. Es como una dama con la que vas a bailar, no puedes bailar con una muchacha pisándola. Tienes que guardar tu distancia con ella y decirle a diario: buenos días, porque es la que al menos a mí me ha dado de comer durante 35 años. Entonces le debo un respeto, la quiero, y ella me quiere, hay un amor entre los dos. Debe haber una intimidad para que la cámara pueda percibir emociones reales. No hay actores buenos o malos, hay actores que la cámara acepta y otros a los que rechaza. Muchos le tienen miedo o se esconden de ella, en vez de enamorarla y cachondearla".

Desde su mancuerna con Laborde, Stieglitz mostró abierto interés por trabajar con jóvenes. "No estoy de acuerdo en que juventud no es sinónimo de experiencia; ésa se las puedo ofrecer yo. Me gusta ser perfeccionista, por lo que en Tiempo real tuvimos que pensar en muchos detalles como las distintas iluminaciones de los sets, los rebotes de luz, el sonido de los micrófonos, los ruidos de la calle, detalles que acrecentaban el presupuesto. La solución fueron César Balestra, quien se convirtió también en productor, y el apoyo institucional del estado, desde el gobernador Miguel Alemán, el Instituto Veracruzano de Cultura, la Universidad Veracruzana a través de su fundación, el municipio y los vecinos del lugar. Lo realmente difícil de esta cinta fue mostrar una realidad palpable, aunque sepamos que el cine es una ficción, era como si te subieras a un camión que van a secuestrar y tú eres la cámara. Lo duro fue hacer que los actores tuvieran que sentir la cámara."

Me gusta el cine joven, afirma

Las palabras del actor son de una persona que vive para y por el cine. No se pueden olvidar La noche de los mil gatos (1970), en la que encarna a un latin lover; El señor Osanto, Tintorera (1976), Bloody Marlene (1977), Oro rojo (1978), por enumerar sólo algunas. "El cine es una cosa fascinante porque puedes conocer diferentes lugares, personas. Te rodeas de un mundo de vivencias y conocimientos. Te alimentas con todos los paisajes donde grabas."

-ƑLe hacen falta estos proyectos al cine nacional? Se le pregunta.

-Me gusta el cine joven. Ahora en el cine mexicano hay mucho entusiasmo, pero están encasillados en esa comedia ligera de cine urbano. Cuando llega este proyecto (Tiempo real) percibo una propuesta diferente y un nuevo reto en mi vida. No me gusta platicar en cafés, me gusta hacer las cosas, vivir la realidad, no me gusta engañarme con lo que no puedo lograr. Mientras, sigo con mi vida normal: haciendo películas para la televisión, dirigiendo cintas pequeñas y me aventuro en este tipo de proyectos. Tiempo real es muy teatral. El director dijo: acción, y ya no lo volví a ver.

-ƑTiempo real tiene semejanza con las tv movies que haces?

-No tiene nada que ver porque tv movies es un cine con una proyección para la televisión muy definida. Tiene que ser muy rápida para que no te cambien el canal. Con esto pretendemos hacer una obra de arte. La televisión no es arte, el videohome no es arte. La televisión es sólo un medio de comunicación. Esta película tiene las virtudes de ser la primera de su tipo y quisimos hacer algo perfecto, aunque el cine sea imperfecto. El videohome no es cine, sólo son historias para que la gente las vea en la tele, el cine lo ves en los cines. En el caso de Tiempo real pretendemos que tenga un carácter de cine de arte, al tiempo que comercial y de entretenimieto.

Para el ganador de premios en festivales internacionales, "lo más bonito es comenzar una historia y acabarla, o adaptar una novela y actuarla y llevarla hasta sus últimas consecuencias; todo el proceso cinematográfico me apasiona". Y él, como todo el equipo de producción de maniacos del celuloide de Tiempo real, espera llevar hasta lo último este proyecto.