Directora General: Carmen Lira Saade
México D.F. Martes 16 de julio de 2002
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Espectáculos

La Orquesta Aragón, broche de oro de las actividades

Con exceso de baile, concluyó en Veracruz el festival afrocaribeño

PATRICIA PEÑALOZA ESPECIAL

Veracruz, Ver., 15 de julio. Con exceso de baile, benéfico para la sangre y la piel, el domingo 14 concluyó, tras cuatro días de actividades musicales y culturales, el noveno Festival Internacional Afrocaribeño en el puerto de Veracruz. Tras la presencia de la intensa Xiomara Fortuna, la cantante Rachel y la Orquesta Femenil Anacaona, la legendaria Orquesta Aragón regó sobre el Malecón una retahíla de temas clásicos, mientras la jarochiza y demás allegados le dieron a la alegría y la movida de bote.

El día de cierre, el Malecón fue un mar de agua y de gente. Desde el sábado muchos jóvenes, tras ver a Maldita Vecindad, esperaron el amanecer bebiendo a lo largo de la costera o durmiendo en algunos jardines, al estilo del Cervantino. Y aunque muchos lugareños se manifestaron inconformes porque se les cobraron 5 o 20 pesos simbólicos por derecho a silla y/o cercanía con el escenario (en las emisiones anteriores, siempre fue libre la entrada), el último día cedieron y fueron menos quienes se quedaron tras las barras de contención. Otros tantos se quejaron de que, de 10 días de actividades, se pasara a cuatro, y de que no estuvieran ahora "músicos del nivel de Rubén Blades", acaso sin la mente abierta para conocer artistas de menor notoriedad, pero misma calidad. Por su parte, los organizadores se dijeron satisfechos y anunciaron que para el próximo año, en que el festival cumplirá una década, durará 10 días otra vez.

Tras dos días sin lluvia, la seguridad de que el agua no volvería a caer realzó los ánimos generales para recibir en primera instancia a la dominicana Xiomara Fortuna, quien repitió show después de que a su actuación en el Teatro de la Reforma no asistiera mucha gente. Esta cantante de deliciosa interpretación y honda raíz africana, acompañada por el grupo Kaliumbe, sentó la base percusiva y anímica de una noche que por su ritmo, alegría y entrega, se iría como el agua. Ahora la lluvia fue musical.

Contundente amarre y ritmo efectivo

kole A Xiomara le siguieron los Pregoneros del Recuerdo, veracruzanos de contundente amarre y ritmo efectivo; certeros intérpretes de agraciados números de rumba, guaracha y son, con cierto acento cumbiambero, lo que les hace sonar distinto a cualquier grupo cubano. Fue con ellos que las parejas comenzaron a danzar gustosas. Mas fue con la cantante Rachel, acompañada por la misma agrupación, que el área de baile reventó de gente, quizá no tanto por la candela de aquélla, sino por lo bueno de la orquesta. Y es que aunque esta intérprete cubana mucho llamó la atención por su poder de emisión vocal (vozarrón atronador, grave y tempestuoso, que en mucho emula a Toña La Negra), aún está chava en cuanto a tablas y no ha sabido pulir del todo su enorme don vocal. Aun así, la joven promesa entregó voz y corazón con un repertorio consentido: de Agustín Lara se aventó Palmeras, El Panquelero y, por supuesto, Veracruz; también contagió con Vereda tropical, La Jaibera y Babalú.

La presencia femenina prosiguió con la segunda generación de la cubana Orquesta Femenil Anacaona, integrada en su totalidad por mujeres y dirigida por Jordi Aguirre. Con congas, piano, batería, bajo, metales y tres vocalistas, interpretaron temas originales mediante fraseos evidentemente contemporáneos y rasgos de son, rumba, conga. La reacción del público fue adversa, pues por tratarse de puras chicas, muchos dejaron de bailar para sólo verlas tocar. Desafortunadamente la ecualización del sonido (acaso y del monitoreo también) no les ayudó mucho, y en ocasiones tendieron a descuadrarse. Aun así, el baile brotó esporádicamente y el público las consintió, generoso.

Luego, despliegue de clásicos con la tradicional Orquesta Aragón, creada en 1939 e influencia total sobre famosas sonoras y orquestas. Fue este maravilloso combo, cuyo modo de acomodar la melodía es único, el que clausuró de manera decorosísima el festival. Singulares características las de sus violines antiguos, su flauta transversal en primer plano. Destacados momentos solistas con su timbalero, su violinista, su pianista. Números más que preferidos hicieron que almas de todas las edades sonrieran con los pies, bailaran con sus alegres rostros. Charanga, son, rumba, cha cha chá, danzón, salsa: La calculadora, Silencio, Nosotros, Osiris, Encarnación, El bodeguero, para dar un cierre espectacular con Cachita, tema en que unas 10 bailarinas cubanas subieron al escenario para con su tumbao de caderas arrancar ojos y aplausos a los varones presentes. Las sonrisas son unánimes, la cercanía Cuba-Veracruz es más que latente... Todos listos para el próximo festival.

Números Anteriores (Disponibles desde el 29 de marzo de 1996)
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