jueves 18 de julio de
2002 |
n Algunas, ubicadas en Acatlán, Tecamachalco, Tepeaca y Huejotzingo |
7 plantas tratadoras de agua en el estado, abandonadas: CEAS |
Jorge Machuca Luna n |
En la entidad hay por lo menos siete plantas tratadoras de aguas residuales en igual número de alcaldías, que tienen entre dos y tres años de permanecer sin ser usadas debido a los altos costos que representa para los gobiernos municipales mantenerlas funcionando, confirmó ayer la Comisión Estatal de Agua y Saneamiento (CEAS). |
Francisco Palomino, coordinador técnico
de la dependencia, explicó que ha iniciado un programa
de rehabilitación y modificación de tales procesadoras,
que consistirá en abaratar el sistema de procesamiento
del líquido a la mitad de su costo actual, que va de los
12 mil a los 30 mil pesos mensuales y que los ediles se
niegan a pagar. Cuando se le pidió al declarante detallase la ubicación de las plantas, recordó sólo la localización de cuatro de éstas: Acatlán, Tecamachalco, Tepeaca y Huejotzingo; luego refirió que inicialmente se trabaja en la elaboración del proyecto para reutilizar la primera de las tratadoras enlistadas, y de manera simultánea se ha comenzado a gestionar ante la Secretaría de Finanzas y Desarrollo Social la obtención de los recursos económicos con el fin de rehabilitarlas. Durante una entrevista hecha al término de una gira gubernamental por Atempan, Palomino Echartea añadió que poco tiempo después de ser puestas en funcionamiento, las plantas de referencia eran apagadas por las noches y encendidas durante el día -con el afán de ahorrar electricidad por instrucciones de las alcaldías- haciendo que el tratamiento del líquido no se llevase a cabo con efectividad, ya que las plantas no deben apagarse, y si el procesamiento de agua es interrumpido, tarda varios días en reanudarse con efectividad "dependiendo si es aerobio o anaerobio" -con o sin oxígeno-. La electricidad para mantener funcionando una planta tratadora de aguas residuales, continuó el especialista, le costaba cada mes a las autoridades hasta 30 mil pesos, que se debía sumar al pago de los salarios de las personas que se encargaban de la misma, por lo que les resultó incosteable y optaron por cerrarlas definitivamente. En la víspera, la CEAS ha comenzado a hacer un diagnóstico de las mismas para diseñar la forma de disminuir el costo de operación hasta en 50 por ciento, para que las autoridades municipales las pongan en funcionamiento nuevamente; aclaró que también se pedirá a los alcaldes que aporten dinero para arreglarlas. |