ASTILLERO
Julio Hernández López
EL FOXISMO-PANISMO no atina a dar un solo golpe político importante a su favor, mientras el PRI aceita en público sus arreos de guerra para 2003. El matrimonio que gobierna está concentrado en los aspectos logísticos relacionados con su doblemente divorciada presencia en los actos papales, mientras asoman a escena (con la cara pintada para la batalla electoral) el dirigente nacional priísta, Roberto Madrazo, y su muy especializado secretario de asuntos comiciales, César Augusto Santiago, más el heredero de una parte de los secretos de Fernando Gutiérrez Barrios, el nuevo líder cenopista Manlio Fabio Beltrones. Aritmética política simple: dos que viven en el amor que los vuelve uno; tres que son capaces de hacer que dos más dos sumen siete.
VEASE, POR EJEMPLO, a Santiago Creel en plena demostración de patinaje en el asunto de los ejidatarios de San Salvador Atenco, a los que les pinta a machetazos declarativos una raya logística, al advertirles que no aceptará pláticas y negociaciones sometidas a formatos impuestos por la parte campirana. La Secretaría de Gobernación empantanada frente a un movimiento audaz que lleva la iniciativa y establece condiciones: Atenco como una partida de ajedrez instalada frente a un jugador, el gobierno federal, que apenas va aprendiendo a jugar damas chinas (por cierto, en Puebla, en un foro panista, el hombre de Bucareli estableció sus prioridades políticas, al estilo del Presidente que semanas atrás había puesto por delante de la patria su matrimonio: "En este momento -dijo Creel cuando le hablaron del destape en su favor, hecho por Juan Sánchez Navarro- el único pensamiento que tengo en mente es cumplirle bien a la gente, al proyecto político del partido y, sobre todo, al Presidente".
MANLIO FABIO BELTRONES, por su parte, ha sido electo dirigente del sector popular priísta el mismo día en el que el fiscal investigador de represiones, Ignacio Carrillo Prieto, ha aceptado en entrevista con La Jornada la posibilidad de que sigan encarcelados clandestinamente algunos activistas de movimientos sociales y que haya enterramientos secretos, y que indigentes ambulantes fueran guerrilleros tirados a la calle cuando la tortura les hubiera dejado la mente irremediablemente descompuesta. Guerra sucia de la que fue gran mariscal el difunto Gutiérrez Barrios, cuyo heredero, Beltrones, ha llegado ahora al sótano en el que se diseñarán las estrategias para que el PRI gane (si es con votos limpios, mejor) las elecciones legislativas intermedias y las de gobernadores del año venidero (Manlio arrasó en los comicios internos controlados por Elba Es-ther Gordillo: de mil 206 votos posibles consiguió 924, es decir, 76.6 por ciento, dejando muy lejos al ex gobernador de Tamaulipas Manuel Cavazos, quien obtuvo solamente 232 sufragios: san Mario Aburto nos proteja de la resurrección de esas aplanadoras).
EN CHIHUAHUA, POR su parte, ya se ha instalado en su cargo el nuevo presidente municipal de Ciudad Juárez, Jesús Alfredo Delgado (no se esfuerce en memorizar el nombre; basta con que lo recuerde como ahijado político de Francisco Barrio Terrazas, quien lleva tan bien los asuntos de su Contraloría federal que le da tiempo para ir una y otra vez a actos partidistas a la tierra que gobernó, como sucedió este sábado reciente, en la mencionada toma de posesión). Lo llamativo de la reunión oficial fue el abucheo constante que panistas desbordados hicieron contra el gobernador priísta de la entidad, Patricio Martínez, a quien culpan de maniobrar para que en dos ocasiones fuera anulada la elección que finalmente, en su segunda versión, confirmó el tribunal electoral federal. Martínez había sido invitado oficialmente por el nuevo alcalde, a quien no hicieron caso sus enardecidos correligionarios cuando los exhortaba una y otra vez a respetar al mandatario estatal durante la lectura de su discurso. Otro gobernador en problemas fue Ignacio Loyola. El ocurrente y polémico panista rindió su quinto informe anual de gobierno y el consejo directivo de la Universidad Autónoma de Querétaro, con la rectora Dolores Cabrera en primer término, se colocaron de espaldas para escucharlo, en protesta por el incumplimiento de acuerdos de ayuda económica a la casa pública de estudios. Y en Baja California, gobernada también por un panista, continuaba la incertidumbre causada por el asesinato de un funcionario local del Centro de Inteligencia y Seguridad Nacional, José Juan Palafox, caído el jueves anterior al estilo de las venganzas de los narcotraficantes.
PERO NADA DEBE empañar la gran fiesta en curso: ya viene el Papa. Vicente Fox se apresta a escenificar un nuevo desdoblamiento de personalidad, dejando de lado su condición presidencial para convertirse en un simple ciudadano creyente al que contra su voluntad le dan tratamiento preferencial en los actos del pontífice. Vicente y su señora, que pelean con el protocolo vaticano para conseguir que el visitante acepte las reglas de los anfitriones en cuanto al estado civil que éstos guarden: lindísimo Estado mexicano laico y soberano. Y el duelo de personalidades expresado en los regalos a entregar a Karol Wojtyla: oro, plumas y maderas preciosas del lado de Los Pinos; una capa de lana desde el populismo de la jefatura chilanga de gobierno.
ASTILLAS: EL GOBERNADOR DE Tlaxcala, Alfonso Sánchez Anaya, reconoció la semana anterior que entregó dinero al PRI cuando era secretario de Finanzas en el gobierno de Beatriz Paredes. Tal cual había sido señalado en un diario local, que mostró copias de recibos de aquellas transferencias. Sánchez Anaya riñó con Paredes en 1998, cuando habría de elegirse candidato priísta a suceder a Antonio Alvarez Lima, y en cuestión de horas se convirtió en abanderado del cambio y la pureza democráticas en nombre de una alianza opositora. En cuanto ganó, Sánchez Anaya rápidamente consiguió dos cosas: primero, pelearse con todos aquellos que le habían apoyado para llegar al poder y, segundo, usar al PRD como trampolín para que su esposa llegara al Senado de la República. Ahora que se está haciendo luz sobre aquellas maniobras de Sánchez Anaya cuando era secretario de Finanzas, se ha sabido que, por ejemplo, expidió dos cheques por 120 millones de pesos a nombre de quien era delegado del PRI nacional en la entidad, Joaquín Contreras Cantú, un tamaulipeco al que se podría salvar en caso de una catástrofe para dejar ejemplo depurado de lo que era el priísmo tradicional. Este Joaquín era llamado La Quinita por sus relaciones con el cacique del sindicalismo petrolero, que es su paisano. ƑY dónde habría quedado arrumbado ese prototipo de priísmo cuando llegó el gobierno del cambio, el foxismo que había declarado guerra abierta contra el partido tricolor y su clase política? Pues nada, que el presidente Fox, en uso soberano de sus atribuciones constitucionales, tuvo a bien nombrarlo director en jefe del Registro Agrario Nacional, una de las oficinas desde las cuales el priísmo controlaba al campesinado que es, coincidentemente, la base política de Beatriz Paredes Rangel. Eso sí, los panistas, y en especial Felipe Calderón Hinojosa, se quejan por doquier de que "los priístas no quieren soltar el poder"...
Fax: 55 45 04 73 [email protected]