Se soslaya la importancia de los grupos independientes, manifiesta el director de escena
''De risa loca'', el apoyo oficial a la danza en México: Armando García
''El gobierno no va a soltar más dinero y si uno se pone rejego viene la represión''
Ante la incertidumbre decidimos buscar a la iniciativa privada, dice la titular de esa compañía
ANASELLA ACOSTA NIETO ENVIADA
San Luis Potosi, SLP, 29 de julio. No obstante que las compañías independientes de danza demuestran calidad y son reconocidas en el extranjero, parece que en México su trabajo no es serio ni profesional, pues más allá de no contar con un sueldo, sólo pueden presentar, si las autoridades les hacen ''el favor", un promedio de seis funciones en todo el año, circunstancia que es de ''risa loca" si se busca el desarrollo profesional de una agrupación, manifiesta Armando García, director de escena de Barro Rojo, en el marco de la versión 22 del Festival de Danza Contemporánea Lila López.
En el ámbito del apoyo a las agrupaciones no subsidiadas, ''las autoridades están agotadas, no nos van a dar más porque la danza es un pato feo", ironiza García. Por ello, agrega, si estas compañías quieren sobrevivir deben buscar alianzas con la iniciativa privada.
Antes el director de la compañía yucateca Umbral, Cristóbal Ocaño, que participa en el festival con el patrocinio de la Cervecería Superior, mencionó que para lograr la subsistencia de la agrupación que dirige ha debido convertirse en publirrelacionista, promotor y maestro, y ''convencer" a las autoridades de que la atención a la cultura es importante, al igual que los problemas económicos y sociales.
Vivir con dignidad
Laura Rocha, directora de Barro Rojo, una de las compañías independientes con mayor desarrollo en el país, expresa: ''No podemos continuar con la constante angustia de no saber cuánto durará nuestra vida artística y si es que vamos a tener funciones o no", por lo que decidimos relacionarnos con la industria privada para abrir nuevos caminos y lograr un sostén económico.
Armando García considera que ''las personas involucradas en la danza y las que están en el entorno no advertimos lo importante que es no sobrevivir de la danza, sino vivir con dignidad en cualquier profesión; tal parece que es una inercia muy difícil de romper.
''Una compañía de danza profesional en México sólo ofrece seis funciones al año y sólo hay tres espacios para este arte: la sala Miguel Covarrubias y los teatros de la Danza y el Raúl Flores Canelo. Si las autoridades dan una temporada, es de tres días, lo que es de risa loca para consolidar cualquier trabajo profesional. El máximo de funciones al año son 15, lo más ridículo del mundo."
García explica que ''las instituciones están agotadas, no se les puede exprimir más; el gobierno federal no va a otorgar y menos a la danza, que es un pato feo".
Señala que los sueldos son ''miserables", mientras las instituciones siempre piden estrenos, pero ''cómo vamos a sacar tres obras al año, con qué dinero, si los bailarines se mueven de un grupo a otro para sobrevivir. Parece que lo que se hace no es serio ni profesional y eso es mentira".
Hay excelentes bailarines y coreógrafos que merecen vivir de manera digna, pero se requiere salir del circuito y del ámbito cultural del Estado, no porque los rechacemos, pero si queremos sobrevivir y trascender debemos buscar otros horizontes, pues una producción de medio millón de pesos, no deja ni 5 mil, expresa.
"El gobierno no va a soltar más dinero y si uno se pone rejego viene la represión: si daban seis funciones ahora darán una."
Sobre la posibilidad fiscal que existe para que las empresas deduzcan impuestos por sus donativos a agrupaciones culturales, García reconoció las ''dificultades legales" y los innumerables requisitos para que esta disposición se haga efectiva.
Hace un llamado a los bailarines y coreógrafos: "O nos profesionalizamos o nos cortamos la coleta, como los toreros, y nos dedicamos a vivir dignamente de otra cosa. No se trata de pedir, sino de ofrecer".