CIUDAD PERDIDA

Miguel Angel Velázquez

El campo arrebatado

EL MUY sensible aparato olfativo de los sectores más conservadores del país, ya detectó un aroma a rebelión procedente del campo mexicano, que se halla en situación de desastre.

A CONTRAPELO de sus correligionarios de la derecha, los neoliberales de dentro y fuera del gobierno insisten en la máxima de "comprar o usurpar" y desatan sus ambiciones ante los hombres del campo sin medir las consecuencias de inestabilidad a las que pueda llegar el gobierno.

POR ESO, no se puede desdeñar la declaración de uno de los abanderados del conservadurismo en México, Ignacio Burgoa, quien advierte en el conflicto de Atenco y, desde luego en la imposición gubernamental, presionada y apoyada por los grupos neoliberales, un descontento en constante aumento entre la gente que vive del producto de la tierra.

Y ES que, más allá de la defensa campesina, la discusión entre la derecha sobre Atenco pasa de mesa en mesa y de oficina en oficina, donde los señores del dinero aguzan los sentidos para medir la situación.

AUNQUE LA táctica gubernamental hoy es no hacer olas para no mojar las actividades de la iglesia durante la visita de Juan Pablo II, para no enterarlo de los pecados cometidos, la discusión entre los grupos de poder sigue adelante.

SI BIEN los dos grupos de mayor peso en el gobierno federal -Diego Fernández y la Secretaría de Gobernación, por un lado, y Francisco Gil y Castañeda, por el otro-, coinciden en avanzar sobre los intereses de la gente con tal de cumplir con los compromisos adquiridos aún antes de llegar al poder, existen diferencias en el cómo solucionar el asunto.

HASTA AHORA, se dice que el binomio Gil-Castañeda lleva la delantera. Para ellos no hay otra forma de solución que no sea la de la fuerza. Aunque no lo digan de esa manera, para ellos lo mejor es hacer "cumplir con la ley", meter a la cárcel a los supuestos infractores y arrasar.

MIENTRAS, POR la Secretaría de Gobernación se quiere "llegar a acuerdos" que permitan la construcción del aeropuerto, para lo que ya hay inversiones y compromisos contraídos.

SIN EMBARGO, en ninguno de los casos se contempla dejar por la paz el asunto, convertido ahora en un cruel capricho de grupos de poder que amenaza con romper el punto de resistencia de la gente en Atenco.

ES PRECISAMENTE eso lo que empieza a incomodar el sueño de otros señores de las mismas corrientes, pero ubicados en diferentes intereses, que perciben ese tufo de coraje reprimido que augura graves problemas.

A PESAR de los avisos, las provocaciones para la gente del campo persisten. El proyecto del Plan Puebla-Panamá contiene acciones de gobierno iguales o parecidas a las que sufre Atenco. De ser así, pronto se verán, también, reacciones como las del poblado del estado de México.

TODO ELLO parece hasta ahora no surtir efecto en la conciencia de la gente del gobierno federal o entre los inversionistas que, si no pueden comprar usurpan, arrebatan lo que quieren, aunque no les pertenezca.

š VIVA LA democracia!

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