Elena Poniatowska
Dolores Olmedo
''He tenido cuanto he querido'' /II
La recámara de Lola Olmedo es muy reveladora. Es un poco oscura, de terciopelo rojo, porque rojo es uno de los colores favoritos de Lola, con una cama imponente, demasiado grandilocuente y frondosa para mi gusto. Por un lado cuelga una fotografía amplificada de Miguel Alemán, por el otro una de Carlos Trouyet y otra de Carlos Hank González inclinándose sobre ella desde su altura. Otra fotografía es de Alejandro Gómez Arias, que parece un pelo en la sopa del poder. šQué bonita carita la de Alejandro Gómez Arias! ƑSería su amante, como lo fue de Frida Kahlo? Allí está él junto a un crucifijo, Ƒo qué será eso? De lo que sí estoy segura es de ver a la Virgen de Guadalupe. Los cortinajes son espesos. Sobre las mesas muchas fotografías de políticos del momento, Plutarco Elías Calles (que llamaba a Lola La Planchada por su pelo lacio), Adolfo López Mateos, López Portillo en Oaxaca, Echeverría y, claro, miles de Riveras panzones y con cara de sapo. Por lo visto a Lola no le dio miedo acercarse al poder. Me recorre un escalofrío. Jamás tendría una foto de un político en mi recámara; para eso, mejor un bandido de Río Frío, no fuera a asaltarme en la noche. Lola no le tiene miedo al PRI, al contrario, señala a los poderosos con gusto.
-No he tenido mejores amigos que ellos. Los adoro porque me ayudaron a incrementar mi fortuna, pero yo también les ayudé a incrementar las suyas. Trouyet, adorable; Miguel Alemán, fascinante; López Mateos, también muy chévere, Carlos Hank a todo dar.
Vuelvo la cabeza al verdor del jardín de Xochimilco.
-ƑY los alcatraces? Pensé que su jardín estaría lleno de alcatraces en homenaje a Diego Rivera. Allá por ejemplo, en contra de este larguísimo muro, podrían darse muy bien los alcatraces.
-Tenía yo muchos pero se me secaron. Sabe usted, aquí tenemos un problema de agua.
-ƑEn Xochimilco un problema de agua?
Lola Olmedo, que tiene fama de ser un tycoon de las finanzas, un expertazo que se las sabe de todas todas, un águila descalza a quien no se le va una ni uno, me habla -nunca la vida dejará de sorprenderme- de venados, pavorreales, flamencos y golondrinas, con una voz muy dulce y una expresión aún más dulce en su rostro que muchos han calificado de "máscara". A mí no me parece una máscara; me gusta la boca amplia y demasiado pintada, los dientes fuertes, las pestañotas como de vaca, la sonrisa, y sobre todo la risa, que me parece cálida, consentidora. Lo que no me gusta son tantos presidentes.
-ƑNo hay algún presidente que le haya caído gordo, Lola?
-Sí, Ruiz Cortines.
-šAy, pobre viejito!
-ƑPor qué pobre? A ningún presidente puede llamársele pobre... (Cambia la conversación y la vuelve idílica). Todas las mañanas salgo a caminar a las seis de la mañana. Recorro todo el jardín, camino más de cinco kilómetros, mire usted el tamaño del jardín que he ido aumentando al comprar los terrenos aledaños. Empecé con 15 mil metros cuadrados. Personalmente vigilo a los jardineros e inspecciono el estado de los árboles, veo las hortensias, yo misma ordeno los injertos de los frutales, pido que me suban tal o cual enredadera, que me amarren tal o cual bugambilia.
Siempre he sabido imponerme
-Yo sé mandar, Elenita, siempre he sabido imponerme, siempre he sabido darme a respetar. Todos estos trabajadores tienen conmigo entre quince o veinte años, pero saben que yo sé dirigir y que lo que yo ordeno debe llevarse a cabo. A uno de los jardineros, que fue también de Diego Rivera -se llama El Candado-, lo regaño mucho. El otro día me mató una planta y lo corrí. Van varias veces que lo corro. Sólo se hace a un lado cabizbajo, se recarga contra un árbol o un muro, dándome la espalda, y a la mañana siguiente allí está otra vez y me lo encuentro en mi caminata. A las ocho de la mañana, ocho y media, cuando llega el periódico, me vuelvo a meter a la cama y lo leo íntegramente de la primera a la última página, con guantes porque qué sucio es el papel periódico. Luego me lavo las manos, desayuno, me baño, me arreglo mucho, me visto para salir a conquistar el mundo. Mire, por la ventana se ven los venados, me regalaron una pareja hace veinte y de esta pareja han salido todos. La vaquita Jersey anda suelta, pero como hay tantísimo terreno no corro el riesgo de que me destruya el jardín, al contrario, me lo poda. Los pavorreales han nacido todos aquí: tengo 30 nada menos. Ayer mandé 30 huevos a la incubadora, tendré entonces 60 pavorreales. La incubadora está en San Angel y yo misma paso a ver cómo van mis huevos. Los únicos que se me han muerto son los flamencos. Sólo quedan tres, pero creo que se mueren los viejos, porque ya tengo con ellos casi 15 años. Luego tengo muchos patos. Un pato me llegó aquí un día de octubre, puso huevos debajo de una mata y allí se quedó y nunca se volvió a ir, y tengo ahora más de 150 patos. Son muy bonitos, blancos y negros con una cosa como roja en la cara. La pata que llegó traía un anillo y un número en la pata, lo mandé a la embajada estadunidense para que lo reconocieran, porque me pareció muy fino. Me suscribo a la revista Au Don Bon, un gran científico que se consagró al estudio de las aves. No sabría deletrearle exactamente su nombre, espero que venga en la enciclopedia. El se ocupó muchísimo de las aves migratorias y a mí este tema me interesa por mis patos y por las golondrinas que antes aquí anidaron por millares y han dejado de venir. Este año y el pasado casi no vinieron.
-ƑPor qué?
-Dicen que se están extinguiendo con los insecticidas. Como vienen de muy lejos, en el camino encuentran muchas trampas, mucha muerte; a California llegan todos los años, el 19 de marzo, y el año pasado y este no llegaron. Esta es una tragedia terrible, porque son preciosas.
Una gran as de los negocios
(No salgo de mi asombro por el hecho de que una señora tan metalizada como Lola Olmedo -tycoon de todos los mares, tiburón de las finanzas- no me hable sino de aves migratorias y su terrible suerte. Me siento casi criminal o, por lo menos, muy burda al regresar al tema que inició la entrevista: el del desnudo de Lola Olmedo que subastó en 800 dólares en Sotheby Parke Bernet en Nueva York, el jueves 26 de mayo de 1977.
A propósito de desnudos, es interesante saber lo que dijo Diego Rivera de sus modelos a Gladys March, quien habría de publicar en 1960 el libro Diego Rivera. My life and my art. ''Mis modelos no eran modelos profesionales, sino al contrario, pertenecían a las más ricas familias de México. Y todas confesaron la misma razón para desear que las pintara desnudas, un deseo de permanecer eternamente desnudas en una pieza grande profusamente iluminada, en la cual los hombres sin inhibición alguna las desearían. Conscientes de la pasión que su cuerpo despertaba, cada una de ellas se sentiría siempre deseable, a pesar de los cambios y finalmente los destrozos del tiempo. En mis óleos permanecían siempre jóvenes".
Lola Olmedo, quien posó en varias ocasiones para Diego -en distintas épocas de su vida, porque todavía antes de morir, unos años antes, le hizo un "vale por un dibujo a cambio de un desnudo"-, me habla del tema con la mano en la cintura.
-Yo no nací prejuiciada. Mis hijos saben que estoy pintada en la Secretaría de Educación Pública, que Diego me pintó desnuda un montón de veces. El padre de mis hijos, Howard S. Phillips, era un pintor aficionado bastante decoroso, hizo buenos retratos de la gente del pueblo, de tipos populares; toda la casa estuvo siempre llena de desnudos míos, están acostumbrados, crecieron con ellos. Mis hijos son muy cultos, muy bien educados, se desenvolvieron en un ambiente de arte, no creo que puedan escandalizarse ya con ninguna actitud mía, su propio padre me pintó varias veces desnuda. En los últimos tres años de su vida el maestro Rivera, en mi casa de Acapulco, me pidió que le posara y ridículamente, como ya mis hijos estaban grandes, pensé: ''šNo, posar desnuda, ya eso no!". Se fue pasando el tiempo, se fue él y ya no hubo retrato. Inclusive tengo un vale que dice: "Vale a Lolita Olmedo por un autorretrato de Diego Rivera a cambio de un desnudo", y me quedé sin autorretrato y sin desnudo.
Pita Amor en Bellas Artes
-Pero, Lola, Ƒpor qué hay desnudos que suscitan tanto escándalo? šRecuerdo que el de Pita Amor causó un verdadero rebumbio!
-Sí, porque Pita tenía un gran renombre, es una de las más grandes poetisas que hemos tenido, por eso su desnudo hizo tanto ruido. Además era el primer cuadro de la exposición en Bellas Artes del maestro Rivera, pero a Pita Amor no creo que le haya importado un pito que se hayan metido con ella o la hayan criticado, como no me importa a mí a la fecha. A Pita no la conozco más que por teléfono.
-Sin embargo usted tiene un retrato precioso de ella, quizá el más bonito, que la muestra como un querubín de Tonantzintla, con una expresión de asombro y unos bucles de ángel.
-ƑVerdad que es bonito? Como también es bonito el dibujo en el comedor de ella con una mascada en la cabeza que el maestro le hizo para la portada de su novela Yo soy mi casa.
-Pero, Lola, Ƒa poco usted a los 11 años ya estaba formada? Supongo que no tenía pechos ni nada.
-Si tenía mis pechitos y los tuve toda mi vida muy bonitos, por eso me escoto y sigo haciéndolo, porque lo bonito hay que enseñarlo, muy, muy bonitos mis pechos, y en esa época no había silicones, se lo aseguro -Lola Olmedo echa una carcajada.
En los cincuenta, la afición
por los cuadros de Rivera
-ƑCuándo empezó, Lola, a comprar cuadros de Diego?
-En los cincuentas.
-ƑCuando ya era viuda?
-Yo no soy viuda, nunca he sido viuda, yo estaba divorciada de Phillips.
-šPero si él ya murió!
-Sí, murió hace... Bueno, va a cumplir cuatro años de muerto. Yo me divorcié de él.
-ƑPor qué?
-Porque no nos entendíamos. A él le molestaba todo lo que yo hacía; tenía esa vanidad que muchos hombres aún conservan, de que la mujer brille en el hogar; pero que trabaje, se baste a sí, tome sus propias decisiones, haga sus propios negocios, se valga por sí sola, eso Phillips no lo podía soportar.
-ƑA qué edad se casó con él?
-Me casé siendo una jovencita, debo haber tenido 15 o 16 años.
-ƑCon un gringo rico, Phillips?
-Ni era gringo ni era rico, era nacido inglés y cuando la Primera Guerra Mundial se nacionalizó mexicano. Era un hombre de bastante edad. Me llevaba más de 40 años.
-ƑY entonces por qué se casó con él?
-Porque me pareció un tipo interesante y muy inteligente, y le debo mucho a él. Le guardo un cariño muy respetuoso y una gran ternura. En esa época vi poco al maestro Rivera, porque mis cuatro hijos estaban pequeños y no tenía tiempo más que para ellos. Muy pronto tuve que trabajar para mantenerlos, porque el señor Phillips tenía dinero pero era un inglés cuidadoso de sus cosas, no era muy generoso que digamos. Por eso empecé a trabajar en una tabiquera.
-ƑY qué hacía usted?
-(Ríe) Tabiques, Elenita. Compré un horno de tabique y yo dirigía el trabajo de mis tabiqueros y así empecé mi capital.
-ƑY de unos tabiques salió toda esta casota y esta espléndida colección?
-Si, Elenita. Luego compré otro horno y llegué a controlar todos los hornos de San Bartolo Naucalpan. Le vendía material de construcción a la compañía ICA -sí, la de Bernardo Quintana-, hasta que hice mi propia compañía, que conservo hasta la fecha.
-ƑCómo se llama?
-CICSA. Compañía Inmobiliaria y Constructora.
-šAh, pues entonces es una águila descalza!
-Eso sí, mi madre me enseñó a ser muy ambiciosa, a mí me educaron para triunfar, Elena, Ƒy a usted? María Patiño me decía que las mujeres de su raza no lloraban, que trabajan y pelean por las cosas que quieren y así las consiguen.
-ƑAsí es que usted nunca llora?
-A veces si he llorado, cómo no; cuando murió mi madre, cuando murió el maestro y en algunas otras ocasiones, pero en público no lloro jamás. Así empecé mi dinero, como le digo, haciendo tabiques y vendiendo cremas a mis amigas.
-ƑCremas para la cara?
-Sí, Elenita.
-ƑY las hacía como cuentan que empezó Helena Rubinstein, con mantequilla?
-No, no, no, con una receta que mi mamá me dio, con la grasa que sacan de la lana de borrego y con agua de rosas, benjuí y glicerina, es muy buena la glicerina. Una crema que mi madre usó toda su vida y me enseñó a usar, y como decían que tenía muy bonito cutis, le saqué raja, y empecé a hacer mis cremas que me compraron todas mis amigas al ver los buenos resultados en mi propia cara. Tenía cuatro hijos, imagínese usted si no tuve que luchar por todos lados. Empecé a vender material de construcción, me hice de un nombre, empecé a ganar dinero y cuando no me pagaban con dinero me pagaban con terrenos, nunca dejaron de pagarme, nunca lo habría permitido, y con la misma compañía que formé hicimos construcciones. Construí yo toda la terminal de carga de Ferrocariles Nacionales de México, Pantaco, levanté cuatro mil casas para los petroleros en la Nueva Santa María, y construí la estación de ferrocarriles de Buenavista, yo me encargué de toda la obra negra, antes de que se pusieran vidrios, paredes, pinturas, decoraciones. Soy muy buena para los negocios y no le tengo miedo a tomar decisiones, tampoco le tengo miedo a recurrir a los amigos y a convencerlos. Lo de la estación de Buenavista lo hice cuando era director Manuel R. Palacios. Se vendieron muchos terrenos y yo tuve el buen tino de comprarlos para después construir. Fui accionista de ICA, colaboré con Bernardo Quintana cuando él estaba en un garage todo fregado, yo misma les llevaba los tabiques, Quintana era bastante guapo. Hice el edificio del Sindicato de Electricistas de México... Mire, Elena, yo no heredé de nadie mi dinero, todo es producto de mi trabajo, soy disciplinada, soy muy cumplida, les exijo a los demás porque me exijo a mí. Hice obras no sólo en el Distrito Federal, tambiém en Jalisco; justamente porque mi fama de buena constructora cundió. Nunca se me ha ido un negocio, Elena, los amarro todos. Así fue como hice mi dinero y sigo trabajando en mi compañía. Si no, no tendría dinero para darme los lujos de ir a pelear Riveras al extranjero.
-ƑEntonces usted ha hecho una cantidad bárbara de dinero?
-Sí, bárbara, como usted lo dice. He hecho mucho, muchísimo dinero.
-Pero Ƒquién le ayudó?
-Al principio, un amigo de Chicago McCarter a quien le caí de maravilla por aventada y me consiguió 5 millones de dólares.
-ƑCuánto?
-Cinco millones de dólares, mucho dinero para la época... Ahora, casi la mayor parte de mi capital la tengo invertida en obras de arte, porque poseo las cuatro grandes épocas de nuestra cultura. Tengo increíbles piezas de arte prehispánico, lo colonial lo representa esta casa, que es una joya del siglo XVI, La Noria. Tengo el museo con los más hermosos Riveras del mundo y tengo una colección de arte popular envidiable por única. Además he luchado como nadie por conservar la tradición del Día de Muertos, a quien el Halloween gringo pretendió darle en la torre. En el Anahuacali, cada año, personalmente le levanto una ofrenda al maestro Rivera y creo que he elevado el Día de los Muertos a la categoría de actividad artística-cultural y no sólo ritual místico, como se practica aquí cerca, en Mixquic, o más lejos, en Janitzio.
Rivera me enseñó a escoger
-ƑSólo colecciona usted Riveras, ninguna obra de otro pintor?
-Sólo Riveras, Kahlos, Angelina Beloff y la espléndida colección de arte popular, muy bien escogida, guardada en las bodegas del Anahuacalli, porque cada año la uso para mis ofrendas; cada año pongo distinta artesanía popular. Esto, para que vea, me lo agradece mucho el pueblo de Xochimilco.
-ƑPor qué es tan buena su colección?
-Porque el maestro me enseñó a ver, a saber, a escoger, a leer, a enterarme; él mismo escogió algunas piezas.
-ƑY el arte moderno?
-El arte moderno, en mi casa, lo representa exclusivamente el maestro Rivera.