El artista festeja el onomástico con la edición de un compilado
de dibujos
En sus 50 años, Bellon ratifica su progresismo
Repasa en su trabajo la situación del país y problemas actuales,
como la bulimia y la anorexia
ANGEL VARGAS
El humor y el erotismo son esenciales en la vida del pintor
Alberto Bellon, como lo son también la conciencia política
y el compromiso social. Por eso no resulta nada extraño encontrar
esos elementos de manera muy evidente en su quehacer artístico.
El
más reciente trabajo, un libro de dibujos, no es la excepción,
pues en él pone el dedo en llagas tan dolorosas como procurar mostrar
que, a casi un siglo de la Revolución, el país no sólo
ha presentado pocos avances en términos políticos, económicos
y sociales, sino incluso "grandes retrocesos".
De igual forma, analiza algunos de los rasgos de la época
actual y, mediante el uso indistinto de la ironía o el buen humor,
describe cuánto y cómo la globalización ha trastocado
la estética y el erotismo femeninos e impuesto patrones que incluso
atentan contra la integridad y la salud físicas. El mismo análisis
dedica a las músicas popular y tradicional, así como al estado
en que la humanidad mantiene al planeta en términos ecológicos.
Ni las "altas facturas" que ha debido pagar durante largo
tiempo, como "estar congelado durante casi dos sexenios", han logrado minar
un ápice el pensamiento progresista de Bellon, quien aprovecha que
este 2002 cumple medio siglo de vida y 35 años de trayectoria para
reafirmarse como un "artista contracorriente".
Reaprendizaje y retorno
El mencionado libro, que lleva por título Alberto
Bellon. Dibujos, es, de hecho, parte de los trabajos que el pintor
ha contemplado para celebrar ambas efemérides. Sin embargo, cabe
aclarar que ése no era el propósito preestablecido cuando
comenzó las carpetas que integran el volumen.
El hecho de dedicarse exclusivamente a dibujar durante
parte del año pasado y el reciente fue más bien, dice, para
"reaprender" y poder regresar así al realismo, luego de que consideró
finalizada su etapa dentro del abstraccionismo.
Bellon se asume comprometido con la forma y el fondo,
así es que le preocupa tanto el mensaje final como los valores estéticos
de la obra. De allí que se desligue de lo meramente político
y enfatice que su quehacer siempre ha evitado caer en lo panfletario o
en lo propagandístico.
Se define más como un cronista o relator de los
sucesos de su tiempo que como un analista o estudioso, y agrega: "pinto
o dibujo lo que me inquieta, lo que me gusta o disgusta, lo que me llega
a provocar; lo mismo la belleza que la tragedia. Siempre he estado pendiente
de la actualidad, de lo que de ella me conmueve".
Esencial en su trabajo es la presencia de la denuncia
y la sátira, pero sobre todo del erotismo y el humor, acerca de
los cuales guarda la convicción de que al ser dos de los pocos elementos
que nos reafirman como humanos, son asimismo poderosas herramientas que
ayudan a la persona a enfrentar toda locura y cualquier tipo de crisis.
En
la carpeta de desnudos femeninos que integra el libro --que fue presentado
hace unos días en el Palacio de Bellas Artes y que se encuentra
disponible, entre otros lugares, en la galería López Quiroga
y en las librerias El péndulo y la Torre de Lulio--, Bellon reitera
su compromiso con el erotismo, así como con el aspecto crítico.
"En los desnudos resalto toda esa parafernalia que se
vende a la mujer dizque para verse mas sexy, el universo del fetichismo.
Ejemplifico también cómo los países industrializados
nos quieren imponer el paradigma de que sólo las delgadas son bellas
y aceptables, lo cual está generando una globalización de
la anorexia y la bulimia", señala.
"Me parece absurdo y denigrante que en un mundo donde
hay un sinfín de pueblos con hambruna, las niñas ricas también
mueran de hambre, pero en su caso sólo por no querer perder la línea.
Por eso es que dibujé una gordotota hasta el final, para que las
gordas vean que también tienen cabida en este mundo y no se acongojen
tanto porque no tienen un cuerpo de fideo. Esas imágenes llevan,
entonces, mucho un trasfondo que hay que leer entre líneas".
El escaso reconocimiento del dibujo como arte en sí
mismo y como herramienta esencial de las demás artes visuales, es
uno de los aspectos que también causan gran intranquilidad en Alberto
Bellon.
"Desde hace décadas un número considerable
de jóvenes artistas no se preocupa por aprender a dibujar; no es
una actividad que se considere necesaria más aún con esta
moda de querer utilizar sólo la fotografía, el video o la
instalación para crear arte", opina.
"Para cualquier artista visual no saber dibujar es como
si a los chavitos de primaria, en lugar de enseñarles el
proceso de las operaciones matemáticas básicas, les pidieran
calculadoras como parte de los útiles. Es claro que, con estas leyes
del menor esfuerzo, el sistema busca construir una sociedad cada vez más
inútil, para así impedir el desarrollo de la gente".
Antes de centrarse de manera definitiva en el realismo,
el pintor se despide del abstraccionismo con la exposición de su
última serie en el género, Abstracto matérico,
integrada por 35 piezas. La muestra podrá ser apreciada a partir
de este lunes y hasta la primera semana de septiembre en la estación
Auditorio del Metro.