Directora General: Carmen Lira Saade
México D.F. Miércoles 14 de agosto de 2002
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Política

Guadalupe Medina relata lo que ha significado vivir 14 años de desesperación

"No me hago a la idea de que maten a mi niño"

ELENA VEGA ESPECIAL PARA LA JORNADA

javier-juarez3Houston, Tex., 13 de agosto. En la noche se le va el sueño, no duerme, sólo cuenta los minutos. En el día ve pasar las horas, que cada vez son menos. Guadalupe Medina no puede resignarse a la idea de que su hijo Javier va a ser ejecutado este miércoles.

En entrevista con La Jornada, habla desesperada sobre la idea de perder a su vástago, a quien describió como una persona buena, optimista y positiva.

El crimen que Suárez pagará con su vida, dice Guadalupe Medina, fue producto de "la fatalidad, que hizo que se encontrara con algún amigo que lo metió en todo esto.

"Algún mal amigo que encontró, algún mal muchacho que no pensó en el daño tan grande que nos iba a hacer", agrega.

A los 19 años Javier Suárez Medina mató a balazos a un agente de la oficina antidrogas de Estados Unidos (DEA, por sus siglas en inglés), a quien trató de venderle cocaína. Los abogados aseguran que hubo una serie de irregularidades durante el juicio que se siguió al mexicano.

Guadalupe Medina no habla mucho de abogados, habla de su hijo y de lo que han sido para ella y su familia estos 14 años sin poder tocarlo: "me entra tal desesperación que quisiera meter la mano por cualquier rendija para tocarlo.

"En una carta mi hijo me dice que lo que más le duele es que nunca ha podido abrazarme y nunca me ha podido dar un beso, que eso es lo que el más desea en la vida, darme un abrazo y un beso. Yo le digo: 'mi amor, cierra tus ojitos e imagínate que me estás abrazando y me estás dando el beso que quieres darme.'"

Cuenta que durante todos estos años su familia ha visitado al condenado una vez al mes. Realiza un viaje de cerca de diez horas desde el poblado de Uvalde, Texas (ubicado al sur de San Antonio), hasta Livingston (al norte de Houston) para verlo. Ahora, desde que se estableció la fecha de ejecución, la familia trata de viajar cada semana.

La Jornada trató sin éxito de contactar a la familia del policía al que Suárez Medina asesinó: Larry Cadena.

Guadalupe Medina dice que su hijo fue un joven a quien le gustaba bailar, que tenía muchos amigos, una novia y un trabajo en un restaurante Burger King de la ciudad de Dallas, Texas.

"Antes de que esto pasara era como cualquier muchacho normal: trabajaba, estudiaba, bromeaba con sus hermanos. Dios quiera que nunca le pase nada a mi hijo, pero si le llega a pasar, me va a dejar bonitos recuerdos.

"Nunca, nunca lo he mirado enojado, Javier nunca se supo enojar", señaló la madre del mexicano condenado a muerte. Asegura que 14 años de encierro no han logrado cambiar el carácter de su hijo, quien sigue siendo una persona positiva.

Durante el juicio, recuerda Guadalupe Medina, cuando fue condenado a la pena de muerte, "me quise volver loca, no quería aceptar lo que estaba viviendo en ese momento, me quise volver loca porque se me hacía que en ese rato me iban a matar a mi muchachito".

En los 14 años que Suárez Medina ha estado preso ha recibido 14 fechas de ejecución; todas han sido pospuestas. "Cada fecha es matarnos y revivir cuando se la cambian", expresa Guadalupe. Añade que en una visita que realizaron hace unas cinco semanas, su hijo le informó sobre la fecha de ejecución: "nos dijo que quería que lo aceptáramos, que lo pusiéramos en manos de Dios y que nos resignáramos a su voluntad, que él ya estaba preparado".

Guadalupe afirma que se siente bien de saber que su hijo está tranquilo con la idea de la ejecución, "pero nosotros estamos sufriendo contando los días, hasta me equivoco, ya no sé en qué fecha estoy. Por las noches se me va a el sueño pensando, mirando y pensando que ya está pasando una hora más, y otra y otra, y otro día más, y ya se hizo de noche, y ya amaneció, y así estoy con desesperación.

"Dios es el que nos está haciendo fuertes para cuando vayamos a mirar a mi hijo siempre tener una sonrisa, sostener una plática bonita, que él se sienta acompañado, siempre estamos con él con todo nuestro corazón."

Guadalupe dice que su fe en Dios es grande y que ha puesto la vida de su hijo en sus manos: "él me lo prestó y es el único que me lo va a poder quitar, pero yo no me hago a la idea de que maten a mi niño".

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