Llama José Agustín a reconsiderar la lista malinchista

Montemayor: privilegió la SEP lecturas "comerciales"

Para Bárbara Jacobs, la selección es "amplia y variada"

ERICKA MONTAÑO GARFIAS

La manera en que se seleccionaron los títulos que conformarán las bibliotecas de aula de la Secretaría de Educación Pública (SEP), a partir de la oferta de las editoriales privadas, demuestra que no hay idea de amor a México, de respeto por el patrimonio cultural, histórico y artístico mexicano y, por lo tanto, no hay interés en impulsar una idea clara de lector y de la cultura en el país, afirmó el escritor Carlos Montemayor.

Un día después de que el subsecretario de Educación Básica y Normal, Lorenzo Gómez Morín, justificó la ausencia de autores como Carlos Fuentes y Octavio Paz en la lista de 259 títulos con los que contarán 750 mil salones de clase de prescolar a secundaria, argumentando que podrían ser "inadecuados" para la competencia lectora de los niños, Montemayor señaló que el listado refleja que se trata de una selección realizada "a partir de ofertas editoriales, y no de una selección pensada con criterios pedagógicos históricos, culturales y científicos para proponerse la formación de una nueva generación de lectores en México".

El listado, expuso el autor de Guerra en el paraíso, no partió de un proyecto claro de cultura, sino de una selección de disponibilidad de mercado editorial, de acuerdo con lo que explicó el presidente de la Sociedad General de Escritores de México, Víctor Hugo Rascón Banda, en su artículo del martes en La Jornada.

Para Montemayor es una lástima que el gran acervo que la SEP tiene en el Rincón de la lectura haya sido puesto de lado para escoger materiales comerciales y no aquellos plenamente probados como proyectos de lectura en la propia secretaría, y añadió: "Es una vergüenza que en los títulos de literatura infantil no se haya propuesto ninguna selección especial de literatura colonial mexicana, de literatura de la Conquista, de literatura del siglo XIX o de los pueblos indígenas. Pudieron haber hecho una serie de antologías mexicanas en lugar de haberse reducido a los títulos que las editoriales más grandes les ofrecían, sin tomar en cuenta el acervo propio de la SEP".

A su vez, el escritor Augusto Monterroso expuso: "Comprendo la aflicción de algunos de mis colegas al no encontrar sus nombres en las listas de ciertos libros que serán enseñados a los niños de las escuelas públicas. Al final del discurso que pronuncié en Oviedo, España, en ocasión de recibir el Premio Príncipe de Asturias de las Letras 2000, me permití expresar que mi ideal último como escritor consistía en ocupar algún día en el futuro media página en el libro de lectura de una escuela primaria de mi país. Acaso esto sea el máximo de inmortalidad a que pueda aspirar un escritor".

Variada en todos los sentidos

Bárbara Jacobs, también escritora, dijo que si la finalidad de la SEP es que los niños entre los seis y los 13 años se familiaricen con los libros en sí, que pierdan el prejuicio de que les son inaccesibles, resulta intrascendente qué títulos constituyan la lista elegida que, por otra parte, le parece "suficientemente amplia y variada en todos los sentidos". Lo primero es saberse lector posible; de qué temas y qué calidad de libros se da por añadidura.

Para José Agustín, autor de La tumba y Tragicomedia mexicana, la lista debería replantearse, abrirse a la sociedad entera y hacer una buena consulta "No hay ninguna prisa con esto, si hemos tenido toda la historia sin bibliotecas en las escuelas, ya que las vamos a hacer hagámoslas bien".

Consideró que el proyecto de las bibliotecas de aula es demasiado importante para dejarlo en las manos de quienes se dejó. "Creo que tenemos una carencia espantosa de bibliotecas, más en las primarias y en las secundarias, y si van a hacer esto debería hacerse con todas las consultas al medio especializado y a la sociedad en general, no es una cosa para resolverse por un grupo de supuestos especialistas en unos cuantos días".

A partir de lo que revela Rascón Banda, "me parece tremenda la manera acerca de cómo se realizó esto, a través de peticiones de las editoriales, lo cual explica mucho la naturaleza de los libros que escogieron. Creo que fue un error muy grande, una irresponsabilidad de la SEP encargar esto directamente a las editoriales y no hacer la consulta debida en el medio intelectual y artístico y, sobre todo, los maestros en general, que son los que tienen la experiencia". La lista de la secretaría que encabeza Reyes Tamez "es espantosamente malinchista y subestima el potencial creativo y didáctico del país, y creo que se debería reconsiderar".