Empantana la pesquisa al no declarar, opinan
juristas
Echeverría se acoge a la ley como narco:
Alvarez Garín
Insisten los dirigentes del 68 en que debe ser arraigado
GUSTAVO CASTILLO Y JESUS ARANDA
El ex presidente Luis Echeverría Alvarez se acogió
"como cualquier delincuente o narcotraficante de quinta" al artículo
20 constitucional para no declarar en torno al 2 de octubre de 1968 y el
10 de junio de 1971, afirmó Raúl Alvarez Garín, dirigente
del movimiento estudiantil de esos años, al ser informado por la
fiscalía para desaparecidos de que el ex mandatario notificó
mediante su defensa que no contestaría ningún interrogatorio
ni comparecerá ante el Ministerio Público Federal.
Ex líderes del Consejo Nacional de Huelga (CNH)
reiteraron su petición al fiscal Ignacio Carrillo Prieto para que
solicite el arraigo domiciliario de Echeverría y otros implicados
en los hechos, como Alfonso Martínez Domínguez, para que
no se evadan de la justicia, y exigieron la apertura de los expedientes
que aún no han sido enviados al Archivo General de la Nación
por parte de las secretarías de Defensa Nacional y Gobernación,
así como de la Presidencia de la República y del Estado Mayor
Presidencial.
A 24 horas de que se cumpliera el plazo de 30 días
que solicitó el propio Echeverría para entregar sus respuestas
al cuestionario de más de 150 preguntas que le formuló el
Ministerio Público Federal, la oficina de Carrillo Prieto informó
que recibió escritos del ex mandatario referentes a las averiguaciones
previas en las que es indiciado, "mediante los que expresa que se acoge
a la garantía del artículo 20 apartado A, fracción
II de la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos,
que establece que no podrá ser obligado a declarar, aun cuando se
comprometió a esas respuestas".
En tal sentido, la fiscalía anunció que
deberá ser el propio Echeverría quien "en los próximos
días" ratifique los escritos que su defensa hizo llegar a la fiscalía.
La oficina de Carrillo Prieto puntualizó que rendir
la declaración y responder al interrogatorio es uno de los elementos
principales de la averiguación previa que se viene integrando, pero
reconoció que es también un derecho que tiene el inculpado
no responder a las imputaciones en su contra.
La fiscalía especial advirtió que "seguirá
practicando, en todo caso, las actuaciones que sean necesarias para el
esclarecimiento de los hechos y el castigo a los responsables" de lo sucedido
el 2 de octubre de 1968 y el 10 de junio de 1971.
Las reacciones
Raúl Alvarez Garín indicó que "una
conducta de esa naturaleza es una ofensa muy grave al pueblo de México",
porque si delincuentes menores recurren a estos procedimientos que son
legales, esto no tiene ninguna justificación en personas que han
llevado la más alta responsabilidad política en la conducción
del país. "Para la ciudadanía constituye una ofensa y para
ellos un acto de indignidad y deshonor", agregó.
Dijo que no es válida "una actitud cobarde y que
se escude en una disposición que sí es constitucional, pero
no está justificada de ninguna manera, porque está obligado
moralmente a dar cuenta de las acciones en que incurrió".
Jesús Martín del Campo, quien junto con
otros líderes del 68 ofreció una conferencia de prensa a
las puertas de la fiscalía, aseguró que las declaraciones
de los indiciados son muy importantes para distinguir los distintos niveles
de responsabilidad, pero que si no se tienen, "existen los documentos que
no han sido entregados al Archivo General de la Nación, y se encuentran
en la Defensa Nacional, en el Estado Mayor Presidencial, en Gobernación
y en la propia Presidencia".
El del 68, "movimiento pacífico"
Enrique Avila Carrillo, también ex integrante del
CNH, dijo que ante las declaraciones de Luis Echeverría en las que
acusa a los integrantes del movimiento estudiantil de ser delincuentes,
se le entregó al fiscal Carrillo documentos públicos y testimonios
"suficientes para sustentar su carácter pacífico".
Asimismo, indicó que presentaron pruebas de que
con anterioridad al 2 de octubre de 1998 ya habían interpuesto otras
denuncias de hechos que "nunca fueron atendidas", pese a que cuentan con
argumentos y "pruebas suficientes" para "demostrar plenamente que durante
lo sucedido el 2 de octubre de 1968 se cometió el delito de genocidio,
al igual que durante el 10 de junio de 1971 y en la llamada guerra sucia".
Para el constitucionalista Elisur Arteaga, lo que hizo
Echeverría fue seguir el consejo de su abogado, porque cualquier
declaración que hubiera dado le representaría problemas.
"Es lo más fácil acogerse al silencio que tratar de defenderse".
El jurista señaló que al acogerse a su derecho
a no declarar, Echeverría "va a empantanar la investigación.
Pero además, si no declara, ya el ex presidente Gustavo Díaz
Ordaz se echó la culpa a sí mismo y ya no hay más".