CIUDAD PERDIDA
Miguel Angel Velázquez
Metro: latente amenaza de paro
EL CHOQUE DE convoyes parece inevitable. El líder del sindicato de Metro y su clientela, es decir, no todos los trabajadores, montó ya una estrategia "infalible" para cumplir con la amenaza de parar el sistema de transporte que trae y lleva hacia diferentes destinos a unos 4.5 millones de personas cada día.
POR SU LADO, el Gobierno del Distrito Federal asegura haber establecido un programa de seguridad que evite, sin llegar a la violencia innecesaria, la toma del Metro por los fieles a Espino y, en caso de que se cumpla la amenaza, poner en marcha un sistema paralelo al del Metro, con transporte gratuito para los usuarios.
MIENTRAS ESO PASA, entre los trabajadores del transporte empieza a surgir una serie de preguntas dirigidas hacia el "liderazgo" sindical, y de acuerdo con las respuestas se podría llegar a una solución justa en este conflicto.
PARA DAR UNA idea de cómo van las cosas en esa organización sindical, se tiene que poner énfasis, primero que nada, en el asunto de la permanencia de Espino en los puestos de control del sindicato, que ya se extiende por casi tres décadas.
A ELLO SE une su militancia en el PRI, desde donde apoya su paso hacia el trabajo legislativo, que le ha permitido permanecer inmune a un sinnúmero de denuncias en su contra.
BAJO ESE MANTO protector, Espino Arévalo creó un sistema de control con gente de su confianza, que estableció formas de terror entre los sindicalizados quienes, sin embargo, luego de la elección de Cuauhtémoc Cárdenas como jefe de Gobierno, empezaron a romper las redes de control y se proponen como fuerza alternativa a la organización que comanda el líder.
HOY, UNA DE las demandas más importantes para el grupo del líder priísta es que las autoridades del Metro desconozcan a las otras organizaciones creadas por los trabajadores de la empresa de transporte.
DEMANDA QUE, POR supuesto, no fue aceptada por las autoridades y que podría constituirse en el pretexto para que la dirección sindical lleve a la paralización del sistema de transporte masivo más importante del DF.
Y FRENTE A todo esto, los cuestionamientos. Para muchos trabajadores que ponen en duda la honradez de Espino, no hay mucho que pensar: si es verdad que el líder sólo piensa -como lo ha manifestado en reiteradas ocasiones- en el servicio que se presta a los usuarios, debería renunciar al cargo sindical, a la diputación local y presentarse ante las autoridades para dar curso a las demandas judiciales interpuestas en su contra.
DE ESA FORMA, se podría despejar el ambiente enrarecido que se plantea en torno a un conflicto que debería correr en el sentido de lo laboral, únicamente. Eso, dicen los trabajadores, reivindicaría no nada más a Espino, sino también el quehacer sindical.
POR LO PRONTO la idea empieza a tomar cuerpo entre los trabajadores y ésta podría ser la última aventura del líder priísta sobre las vías del Metro.
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