martes 20 de agosto de
2002 |
Marcos a la medida El señor secretario n Marcos Winocur |
El señor secretario, en
representación del señor director, es la figura del
acto público. Que aún no comienza. De modo que, si no
está siendo particularmente observado, tiene tiempo.
Echa una mirada a su derredor, y notando distraídos a
los asistentes, rápidamente se pasa revista. Lleva su mano al cabello, como quien aclara sus ideas: sí, está peinado. A la barbilla; sí, está rasurado. A la corbata; sí, está el nudo hecho y en su lugar. Al botón del saco; sí, esta prendido. No se atreve a bajar todavía más y verificar si el cierre de la bragueta cumple su misión. Eso sí, con un movimiento imperceptible de piernas, alcanza a acomodar los blanquillos, que mal habían caído al ponerse de pie. Pues ya ha comenzado el acto, la orquesta acaba de arrancar. La bragueta sigue siendo fuente de angustias, en cuanto pueda, una escapada al sanitario, y verificar con toda libertad, echando de paso... una mirada en el lugar adecuado. Para entonces, seguro de sí mismo, regresar triunfante al acto y soltar su discurso. Dicho y hecho, hay una pausa después de la música; ahora es cuando; el señor secretario hace su escapada al sanitario, comprobando que sus temores eran infundados. Y regresa triunfante, etcétera. Pero... al echar hace un momento la mirada en el lugar apropiado, tuvo necesariamente que bajar el cierre de la bragueta y... ¿lo subió? El señor secretario empalidece mientras desde los altavoces se anuncia que tiene la palabra. |