DESFILADERO
Jaime Avilés
El otoño luminoso que viene
¿Cuánto dinero aportó Enron a la
campaña de Vicente Fox a cambio de la industria eléctrica?
CINCO PREGUNTAS. Grandes y maravillosas jornadas
de lucha nos esperan a los mexicanos. La iniciativa de reforma constitucional
enviada por el presidente Vicente Fox al Congreso para vender la industria
eléctrica nacionalizada al fraudulento consorcio estadunidense Enron
y a los Amigos de Fox, se va a derrumbar ante un enemigo formidable: usted.
Si permitimos que se adueñen de la Comisión
Federal de Electricidad (CFE) y de Luz y Fuerza del Centro (LFC), nos quedaremos
sin país. Eso fue lo que hicieron los argentinos: privatizaron la
industria eléctrica y después el petróleo, y cuando
políticos y empresarios vaciaron las arcas del Estado -tal como
ha sucedido tantas veces en México-, nadie quiso prestarles un centavo
para salir de la peor crisis económica de su historia. ¿Por
qué? Porque ya no tenían nada, absolutamente nada para respaldar
ningún crédito.
Hoy los argentinos están como están. Usted
los ve diariamente en las noticias, desesperados, enloquecidos, muriendo
de hambre y de rabia ante algo que no parece tener remedio, pero que bien
pudieron evitar. ¿Vamos a cometer la misma tontería, vamos
a ser tan ingenuos como ellos, después de conocer su trágico
ejemplo? Intentemos responder a cinco preguntas. ¿En qué
consiste la iniciativa presidencial? ¿Cuáles serían
sus consecuencias? ¿Quién diseñó el proyecto?
¿Quiénes se beneficiarían de él? ¿Qué
fuerzas van a derrotarlo?
Presente sano, futuro incierto
De acuerdo con las leyes vigentes, CFE depende del presupuesto
anual que le otorga la Secretaría de Hacienda. Con ese dinero construye
nuevas plantas generadoras, da mantenimiento a las que forman la red nacional,
produce energía eléctrica, la transmite y la vende. El año
pasado la CFE tuvo ingresos por 101 mil 313 millones de pesos. De éstos,
entregó 40 mil millones de pesos a la Federación para apoyar,
entre otros, programas sociales del gobierno. Es por lo tanto una empresa
pública sana, que opera con números negros y reporta indudables
beneficios al país.
Poco
menos de la mitad de esos ingresos (45 mil millones) los obtuvo por la
venta de energía eléctrica a la industria y al comercio,
llamados en la iniciativa de Fox los "grandes" y "medianos" consumidores,
respectivamente. La reforma propone que se modifiquen los artículos
27 y 28 de la Constitución para que Enron y los Amigos de Fox compren
energía eléctrica a la CFE -o la produzcan ellos mismos,
con las nuevas plantas generadoras que desean construir- y la revendan
a los grandes y medianos consumidores, con lo cual disminuirían
drásticamente los ingresos de una empresa pública sana, que
opera con números negros y reporta indudables beneficios al país.
Sería un círculo vicioso perfecto: al dejar
de captar 45 mil millones de pesos anuales por medio de la CFE -dinero
que Fox necesita con urgencia para atender sus programas sociales, y que
no puede conseguir de otra manera-, el gobierno se vería en la "penosísima"
necesidad de empezar a vender Pemex, quizá con el mismo esquema
que se nos ofrece ahora como una alternativa "sensata", y que no es sino
un plan con maña para privatizar totalmente los recursos estratégicos
de la nación, lo último que nos queda y sin los cuales pasaríamos
a ser la Argentina del norte.
Además, las nuevas empresas de la industria eléctrica
podrían asociarse para vender energía -comprada a la CFE
o generada por ellas mismas- a los pequeños consumidores domésticos,
es decir, a usted. Sin embargo, tanto CFE como LFC continuarían
dependiendo presupuestalmente de la Secretaría de Hacienda, es decir,
de usted que paga impuestos. Así, el gobierno entregaría
a Enron y a los Amigos de Fox parte de la energía que produce el
país con el dinero de usted, para que Enron y los Amigos de Fox
se la revendan a usted, pero más cara que antes.
No es por picarle la cresta, pero tanto el gobierno como
Enron y los ex banqueros deben pensar que usted es un imbécil y
que va a quedarse con los brazos cruzados.
Enron, amigo de Fox
Ya vimos, pues, en qué consiste la iniciativa presidencial
y cuáles serían sus funestas consecuencias. Ahora, ¿quién
diseñó el proyecto? Naturalmente, Enron, ¿quién
más? Pero su autor específico fue Ricardo Charvel, director
de estrategia y relaciones gubernamentales de Enron de México, SA
de CV. Así lo reconoció el funcionario panista Juan Bueno
Tenorio durante una reunión con inversionistas extranjeros celebrada
el 13 de marzo de 2001 en el hotel Four Seasons. La Jornada publicó
la estruendosa revelación el 25 de enero de 2002 y nunca fue desmentida.
En su carácter de presidente electo, Fox presentó
el proyecto de Charvel en octubre de 2000 en un encuentro con el llamado
equipo de transición económica, que discutía con la
gente de Zedillo la inminente mudanza a Los Pinos. Un mes después,
el senador panista Juan José Rodríguez Prats admitió
que Fox había recibido asesoría de empresas trasnacionales
para apoyar su proyecto de "apertura" del sector eléctrico.
Enron fue la empresa que organizó la privatización
de la industria eléctrica en Estados Unidos y apoyó con generosos
donativos la campaña presidencial de George WC Bush, antes
de declararse en quiebra cuando el fisco de aquel país descubrió
que había duplicado sus estados financieros para ocultar pérdidas
por más de mil millones de dólares, además de dedicarse
al paradójicamente sucio negocio del lavado.
Más: Enron se adueñó en parte de
la industria eléctrica del sur de California, y al hacerlo ofreció
que reduciría sus tarifas, pero éstas, en cambio, se elevaron
50 por ciento en promedio. Sin embargo, en lugar de reinvertir sus utilidades
para mejorar el servicio, descuidó el mantenimiento de sus plantas,
lo que se tradujo en frecuentes apagones, que incluso eran anunciados por
los periódicos locales con días de anticipación para
evitar males mayores en hospitales, fábricas y viviendas.
Estos criminales fueron los "expertos" que le hicieron
a Fox el proyecto de la industria eléctrica mexicana. Charvel sintetizó
el plan en un documento llamado Reglas claras para el desarrollo del
sector eléctrico, y Fox lo copió íntegro en el
texto que presentó en octubre de 2000, con una diferencia: Enron
estimó la inversión en 51 mil 800 millones de dólares;
Fox la cuadró, ahorrativamente, en 50 mil millones a secas.
Una pregunta esencial que Fox no va a responder el primero
de septiembre, cuando rinda su segundo Informe al Congreso de la Unión,
es la siguiente: ¿cuánto le dio Enron para su campaña
presidencial? El secreto está guardado en las cuentas bancarias
que manejó Lino Korrodi en nombre del grupo Amigos de Fox y que
tanto el Instituto Federal Electoral (IFE) como el Tribunal Electoral del
Poder Judicial de la Federación (Trife) han pedido a la Comisión
Nacional Bancaria y de Valores para examinarlos con lupa.
Invocando la protección de la ley para impedir
que se viole el "secreto bancario" en su perjuicio, Korrodi, como se sabe,
obtuvo un amparo con el objetivo de evitar que esos papeles salieran a
la luz pública, obviamente porque éstos dicen con toda claridad
cuánto dinero recibió el Presidente del cambio... de siglo
bajo el compromiso de vender la industria eléctrica nacional a Enron.
Así que no sólo por haber firmado un manifiesto
el 27 de mayo de 2000, en el que juró a sus votantes que nunca privatizaría
la industria eléctrica, sino por haber hecho tratos oscuros con
inversionistas extranjeros indeseables, violando las leyes electorales
y atentando contra los intereses estratégicos de la nación,
Fox carece de autoridad moral para emprender esta reforma.
Ello, sin embargo, explica entonces por qué el
miércoles de esta semana sellaron un pacto en Los Pinos, y se comprometieron
a sacar adelante la reforma en el Congreso, las tres figuras más
sucias y despreciables de la política mexicana: Roberto Madrazo
Pintado, Diego Fernández de Cevallos y Elba Esther Gordillo. Con
la bendición de Fox, los tres intentarán comprar el número
indispensable de senadores y diputados para aprobar la iniciativa y dejarnos
sin país. Pero fracasarán en toda la línea.
En contra
La semana próxima, aseguran los expertos, estallará
una rebelión en el Consejo Político Nacional del PRI, cuyos
mil 500 integrantes ratificaron en mayo su oposición a la privatización
de la industria eléctrica. Madrazo y Gordillo, sus "líderes",
los han traicionado y van a pagar el costo político de su desvergüenza.
Las 100 organizaciones sindicales, sociales y ciudadanas
que forman el Frente Nacional de Resistencia contra la Privatización
de la Industria Eléctrica afinan preparativos para movilizarse contra
Fox, el PAN, la cúpula del PRI y Enron. Por su parte, en un hecho
insólito, la izquierda y la derecha del PRD han cerrado filas por
primera vez en lo que va del sexenio y se aprestan a dar una batalla en
la que tienen todo por ganar.
En los estados calurosos del país -Pacífico
norte, los desiertos del noreste y las costas de Tabasco, Campeche, Yucatán
y Chiapas- donde las tarifas mensuales de energía eléctrica
son impagables para la inmensa mayoría de los pobres, hace años
se han articulado vastos movimientos de consumidores que, en discretas
pero intensas giras de trabajo, Rosario Robles se ha encargado de vincular
con talento y paciencia en fechas recientes.
Estas serán las fuerzas que van a constituir el
núcleo de las grandes jornadas que se avecinan, a las que se añadirán
los 40 luchadores sociales que trabajan en la organización de un
plebiscito nacional sobre el tema y que esperan una participación
sin precedentes en esta clase de ejercicios, superando con mucho la cifra
de 3 millones que alcanzó la consulta zapatista de 1999. Tal vez
no lo sepan todavía, pero Fox, el PAN, la cúpula del PRI
y Enron se van a estrellar con la historia, es decir, con usted.